Pasó un latido.
— ¿Mamá? — Susurró el omega. La voz se le atoraba en la garganta, le ardía. Le quemaba por todos esos años alejado.
Jinyan llevó la mano a su boca. Miró a su hija que estaba a su lado en la puerta y luego a su hijo. Parpadeó.
¿Se encontraba frente a una visión? Una que había soñado por años...
— ¿Renjun? — La vista se le nublo gracias a las lágrimas. Las piernas se le aflojaron, y sintió que la gravedad hacia efecto en ella.
— ¡Mamá! — La alfa la sostuvo, y Renjun dudó si debía acercarse o no. Jeno lo sostenía por detrás mientras el omega estaba llorando, silenciosamente.
— Mi hijo, mi hijo, — balbuceó la mujer, sosteniéndose por la puerta. — Mi bebé, mi chiquito, — su voz era estrangulada, débil. Extendió sus brazos, mientras la chica la sostenía por la cintura.
— Ve, amor, — susurró Jeno, detrás de su chico. Renjun estaba tieso. Vaciló un instante, y se abalanzó a los brazos de su madre. Ansioso.
Esos que tanto había añorado día y noche. Sin siquiera darse cuenta, ambos estaban sumergidos en un mar de llantos, y abrazos por todos lados. Ojos que se buscaban y encontraban, necesidad de madre e hijo. Una madre y su eterno cachorro.
— Mami, mami, — lloriqueo, y es que Renjun era como un bebé grande cuando estaba sentimental.
Detrás, Jeno contenía el llanto en su garganta. Veía, con sus ojos brillantes, una de las escenas más tiernas, alegres y dolorosas, todo junto a la vez. Renjun era un niño pequeño en brazos de su madre, nuevamente, de dónde no tuvo que haber sido arrancado.
— ¡Oh, mi bebé! Estás aquí, estás aquí, — chilló, acariciando el cabello de su hijo. Estaba más largo, mucho más largo que la última vez que lo vio. — Yuqi, es Renjun. Es Renjun, — murmuró, sin soltar al chico y mirando de reojo a su hija.
Ella le acarició la espalda, con suavidad y ternura.
— Lo sé, mamá. Te dije que lo iba a encontrar, cueste lo que cueste, — sonrió a su pequeña familia. Nuevamente junta. — Te lo prometí, y aquí está, — carraspeó, intentando contener el llanto.
Jinyan asintió, todavía con los ojos húmedos y Renjun mirándola a los ojos.
— Mi pequeño cachorro, — murmuró ella, viendo a los ojos verdes a los cuales vio nacer. — Mi chiquito ¡Estás en espera! Yo no-no lo puedo creer, — miró con premura el vientre de Renjun. Llevaba solo un suéter.
— Es mejor que entremos, — sugirió Yuqi. — Renjun no puede pasar frío en éste momento. —
— Mamá, — masculló Renjun. Se le había olvidado como pronunciar esa palabra en voz alta. — Él... él es Jeno. Es mi alfa, — murmuró, indicando hacia el alfa, detrás de ellos.
La omega le dio una mirada. Renjun se movió de ella a los brazos de su alfa.
— Un gus-— Jeno no pudo finalizar. La mujer los había abrazado a ambos, con fuerza y cariño.
— Gracias, gracias, por traerme a mi hijo de vuelta, — sollozó la mujer. Jeno le acarició la espalda.
Quien tenía que agradecer era él, por haber dado a luz a la persona que cambió su vida por completo. Jeno hizo un sonido estrangulado con la garganta, no podía, literalmente no podía hablar. Miró a su chico, y tenía la felicidad rasgada en el rostro y no había otra cosa que deseara más para él.
— Gracias, señora, — tragó saliva. Jinyan se separó.
— Oh, dime Jinyan. Por favor, querido, — comentó, limpiándose las lágrimas de los ojos. — Entren, vamos, entren, — murmuró la omega.
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𝐁𝐮𝐫𝐝𝐞𝐥 | ♡ 𝐍𝐨𝐑𝐞𝐧 ♡
FanfictionLee Jeno es un alfa, fuerte y seguro, concurre una noche al burdel Petit Omega para culminar el día de su cumpleaños, casi obligado por su amigo de la vida, pero éste está seguro que es mala idea. Lo que no sabe, es que conocerá a un Omega de ojos v...