Notita:
¡Contenido sexual!
No soy tan buena escribiendo estos temas pero intentaré mejorar :)
¡Disfruten! 🌚
Capítulo cuatro.
"¿Dónde está el baño?"
La mirada de el pelinegro le parecía realmente indomable. Sus negros ojos parecían brillar a medida que sus mejillas se tornaban de un ligero sonrojo. Una gota de sudor resbaló desde su frente hasta su mentón, lo cual se le hizo aún más atractivo, ¿Cómo podía existir un hombre con apariencia que hace pensar a cualquiera que a tenido sexo, cuando resultaba ser igual de inocente que un niño?
Con lentitud empezó a quitarse la fina y pequeña ropa interior hasta lanzarla a pocos metros de ambos, todo ante la atenta mirada que le dirijía el pelinegro.
— Sientate. — indicó con tranquilidad.
El pelinegro sin decir una palabra obedeció. Notó como la castaña se acomodaba a horcajadas nuevamente sobre él, causandole cierta impaciencia.
La castaña se apoderó una vez más de los labios de el pelinegro, pero no por mucho tiempo ya que el Mugiwara se dejó guíar por sus instintos lo suficiente como para tenerla jadeante entre sus labios mientras su lengua se encargaba de profundizarlo aún más. La castaña un tanto deseosa guío una de las manos de el pelinegro por debajo de el delgado velo, lo cuál al parecer el pelinegro no notaba ya que estaba demasiado extasiado ante la sensación de su lengua rozando exquisitamente con la de ella.
La castaña fue guiando su mano hasta su intimidad, la cuál parecía estar empapada.
— Agh...— jadeo entre sus labios ante el más mínimo tacto de su mano con su intimidad.
El pelinegro bajó su vista hacia su mano, la cuál movió con torpeza entre sus piernas. Sin tener ni la más remota idea de qué hacer al respecto.
—Yo te enseñaré. — suspiró dejándose caer sobre la cama, mientras era vista por el pelinegro.
Un tanto avergonzada de ser vista tan directamente por él, se apartó el velo lo suficiente como para dejar a la vista su intimidad, la cuál en ningún momento había dejado de humedecerse.
—Tu mano. — indicó.
El pelinegro sin saber sus intenciones le entregó su mano a voluntad.
—Tus dos dedos mantenlos extendidos.— susurró dejando caer su cabeza hacia atrás mientras mordía levemente sus labios, —Ahora humedecelos con tu saliva.
La mujer observó atentamente como el de cabellos negros se llevaba dos de sus dedos a los labios y Deslizaba su lengua lentamente sobre ellos hasta humedecerlos lo suficiente.
—Ahora ven aquí.
El pelinegro obedeció y se dejó guíar por ella, quién guío su mano hasta su intimidad y le indicó entre susurros cómo introducir sus dedos.
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"La Isla De La Seducción" |Monkey D Luffy x Lectora| [1]
FanfictionLuffy parece haberse precipitado demasiado y esta vez no solo será a costo de la típica persecución de la marina. Será a costo de algo desconocido para el capitán. Algo extraño pero exquisitamente deseoso y lujurioso. ...... «Barrios rojos» Un lug...