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Capítulo ocho.

"¡Y es mi carne!"

Ella lo miró con incredulidad ante su repentina pregunta, la cuál causó que por mero reflejo se alejara de el pelinegro

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Ella lo miró con incredulidad ante su repentina pregunta, la cuál causó que por mero reflejo se alejara de el pelinegro.

¿Él hablaba enserio?

Luffy frunció las cejas con extrañeza ante las expresiones faciales que hacía de vez en cuando la chica.

— ¿Na-Nakama?— Inquirio señalándose así misma, —¿Quieres que yo sea tu Nakama?

Luffy asintió.

Ella soltó una carcajada antes de negar con la cabeza, —Debes estar loco para quererme a mi como tú Nakama.

— ¿Que tiene de malo?— cuestionó sin comprender.

Ella lo miró a los ojos antes de dar un largo suspiro.

—No, lo siento.

—¿Por qué no?

—Por que yo vivo acá, tengo...— pensativa mordió uno de sus labios, —Te-Tengo...

Repentinamente enmudeció.

¿Tenía algo en esa isla a la cuál extrañaría?

Desde que era una simple niña, había perdido a las personas más preciadas, Su madre, su padre y hermana, todos a manos de un  hombre cuya justificación había Sido que quería contraer matrimonio con ella..una niña de 9 años. Era algo realmente estúpido pero las personas de sus alrededores solamente se dedicaron a creer en sus estúpidas palabras, las cuales se encargó a callar en una noche, en la que con un cuchillo perforó su garganta.

Algo realmente sorprendente para una muchacha de esos pocos años de vida.

Días después fue acogida por una anciana quién le prometió techo y comida a cambio que vendiera su cuerpo a hombres completamente desconocidos.

Prácticamente a la única persona que tenía era ella misma. ¿Quién la extrañaría si dejara la isla?

Luffy acercó repentinamente su rostro al de la muchacha, quién estaba tan sumida en sus pensamientos que no lo noto hasta el punto en que esté la cargase en sus brazos.

—¿Qu-Que estás -

—Nos vamos a mi barco shishishi.— respondió sonriente.

—Pero yo-

Sin dejarle terminar besó repentinamente sus labios, dejándola en completo silencio,

—Sé mi Nakama.— Susurró a escasos centímetros de sus labios.

¿Acaso estaba tratando de seducirla? Por qué si era así, estaba funcionando a la perfección.

Ella tubo el atrevimiento de lamer los labios de el pelinegro antes de ensanchar una divertida sonrisa en sus labios.

"La Isla De La Seducción" |Monkey D Luffy x Lectora| [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora