Durante los últimos dos meses, Mikaela Geagles se había encerrado en su cuarto, incapaz de levantarse de la cama, de ir a la escuela, de comer o de bañarse siquiera. Sus padres estaban más que preocupados.
El shock de perder a Yuu, su más preciado amigo y también a quien amaba, fue el golpe más duro que alguna vez pudo recibir. Cada día deseaba despertar y que todo fuera una pesadilla. Lloraba constantemente y tiritaba a solas, sin poder consolarse.
Es que cuando su madre le comunicó aquella noticia, el mundo pareció caersele a pedazos encima. Por un segundo, la realidad se detuvo y antes de que pudiera reaccionar estaba llorando. No podía respirar y su corazón parecía haberse detenido. Su mundo había sido destrozado sin piedad.
Para él, Yuu era como su otra mitad. Cuando se fue, se llevó una parte suya con él, y le arrancó las ganas de existir. Todos los días se culpaba pensando en que, si hubiera tratado de aclarar las cosas, él no se habría suicidado. Tal vez, en lugar de haberse puesto a sí mismo como prioridad, debió cuidar más de sus sentimientos.
¿Ahora cómo seguía adelante? Si cada pequeño rincón de su cuarto le recordaba a él, a todo el tiempo que habían pasado juntos, a todos sus años siendo amigos y teniendo sentimientos románticos por su persona. Cerraba los ojos y todo lo que veía era a él, a su preciosa sonrisa que, en los últimos años, rara vez veía y a sus hermosos ojos carentes de vida.
Lo extrañaba tanto que era doloroso.
—Mikaela, te traje la cena —tocó la puerta su madre mientras entraba a su habitación.
En la mesa de noche vislumbró la charola en que le llevó el almuerzo, tal y como la había dejado: él no había ni mirado la comida. Soltó un largo suspiro. Dejó la charola en el suelo y se sentó a los pies de su cama.
—Cariño, sé que te sientes triste, pero necesitas comer —pidió con voz suave.
—No tengo hambre —contestó. Su voz sonaba queda, rasposa, sin ánimo.
—Incluso sino, te vas a enfermar. Come un bocado, por favor —pidió angustiada.
Él no le contestó. Llevaba casi que tres meses así, no podía permitirlo más, y a ella no se le ocurrió nada mejor:
—Estoy segura de que a Yuu no le gustaría verte así.
Mikaela la miró muy enojado, pero no le contestó, solo se envolvió más en sus cobijas.
—Vamos, cariño, sé que donde sea que esté, Yuu debe estarte observando y no debe gustarle que sufras hasta llegar a este punto —insistió.
Entonces él se descobijó, y se sentó mirándola con el ceño fruncido.
—¿Y tú qué sabes? Si a él le importara, para empezar, no se habría suicidado —sollozó con sus ojos empezando a cristalizarse. Su madre intentó abrazarlo—. ¡Déjame! Quiero estar solo.
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The letters [MikaYuu] |Short-Fic| (Terminado)
Short Story"Cuando Yuu le escribió cartas a todo aquel que hubiera marcado su vida como despedida". Fanfic corto. Advertencia: suicidio, feelings, drama. GureShin, KimiYoi, ReCus, CrowRid leve. Gracias al solecito precioso que es @blas_phemy- por la maravillos...