• El final de Yuuichirou •

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Durante la mañana del día que marcaría su destino final, Yuuichirou Ichinose estaba en la escuela, como típicamente debe estar un joven de dieciocho años a punto de graduarse de la preparatoria e ir a la universidad, aunque no es que supiera qué q...

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Durante la mañana del día que marcaría su destino final, Yuuichirou Ichinose estaba en la escuela, como típicamente debe estar un joven de dieciocho años a punto de graduarse de la preparatoria e ir a la universidad, aunque no es que supiera qué quería hacer con su vida, es decir, con suerte estaba respirando. Pero bueno..

Estaba sentado en su asiento, había llegado temprano a la escuela y miraba a un punto fijo sin pensar en nada, simplemente ignorando todo; incluso el gentil toque en su hombro lo asustó y giró sobresaltado, encontrándose a Mikaela Geagles, su autoproclamado mejor amigo desde niños.

—Lo siento, no quería asustarte —sonrió él, algo divertido—. Buenos días, Yuu-chan, ¿dormiste bien?

—Sí, ¿y tú? —mintió; las ojeras bajo sus ojos lo delataban tan claramente como ver a través de vidrio.

—Yo sí dormí bien —contestó sabiendo que su amigo mentía, pero por más que le preguntara, él insistía en que no era nada. Suspiró—. ¿Puedes venir conmigo un momento? Quiero decirte algo.

—Pues dime.

—No, no aquí —murmuró nervioso—. Ven conmigo, es algo personal.

Confundido, y aunque sintiéndose ligeramente bien porque el rubio le eligiese para contarle algo privado, se levantó y le acompañó, ya que aún faltaba una media hora para que las clases empezasen y la escuela estaba casi vacía. Le gustaba salir a esa hora de su casa, así no escuchaba a su madre gritarle cuando desayunaba y se quejaba de la resaca por los tragos del día anterior.

Mikaela le llevó hasta detrás del edifico escolar, donde estaba el pequeño jardín que tenía el club de jardinería de la escuela. Aquello lo extrañó y lo puso ciertamente incómodo, sobretodo porque él se veía demasiado nervioso. No sabía qué le iba a decir y también estaba ansioso; ¿qué estaba pasando? ¿tal vez lo había descubierto? ¿quizá se puso en evidencia al mirarlo demasiado?

Ojalá no le pidiera que se alejara de su vida, no lo soportaría. Podría soportarlo de cualquiera, pero no de él. No él.

—Yuu-chan, yo quería decirte que... —titubeó rascándose la mejilla, sonrojado; apenas podía mantener la mirada con él y eso era raro. Dio dos pasos hacia atrás y sacó de su bolsillo trasero una pequeña cajita—. Sé que estás pasando por mucho, pero... Um... Quería decirte que yo... siempre he... Bueno, m-me gustas... mucho y...

Dejó de escucharlo cuando dijo aquello. ¿Le gustaba? ¿cómo? ¿cuánto le habían pagado para que dijera eso? ¿acaso era una broma? Si así era, qué mal gusto tenían; miró hacia todos lados tratando de hallar la "cámara oculta".

Era imposible, es que él jamás podría tener sentimientos hacia su persona, sería estúpido siquiera considerarlo. Su corazón se estrujó.

—¿De... De qué estás hablando? —indagó frustrado; ¿acaso se estaba burlando después de haber descubierto sus sentimientos? Apretó el puño en su pecho.

The letters [MikaYuu] |Short-Fic| (Terminado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora