Tras el repentino suicidio de su hijo, una semana después, Mahiru había dejado la casa de su esposo y estaba viviendo con su padre, el cual se quedaba con ella diariamente para evitar que hiciera algo estúpido. Pero para ser honesto, estaba demasiado sorprendido con su reacción, primeramente porque todos pensaban que odiaba a Yuu, y también porque había dejado de beber, lo que no sabían si era algo bueno o no.
Pasó todas las tardes sentada en el jardín con la mirada perdida, meciéndose en un columpio amoblado*. Contestaba cuando le hablaban, mas sus ojos estaban apagados, carentes de vida y su piel tan pálida como un fantasma. Pronunciaba muy pocas palabras y la mayor parte del tiempo estaba metida en sus pensamientos.
Sus hermanos no estaban en realidad preocupados por ella, más bien la dejaban ser; hasta dirían que estaba haciendo teatro del tema, así que continuaban con sus vidas como si nada, solo negándose a sufrir la pérdida de su sobrino. Y Tenri solo observaba a su hija desde su estudio, ahogándose en alcohol para sobrellevar el duelo. Al final, Yuu era su único nieto, y antes de que todo se empezara a pudrir entre Guren y ella, había tenido la oportunidad de convivir un montón con él. En otro momento hasta habría dicho que era su protegido.
La situación no hacía más y más que empeorar, con los días, Mahiru parecía más y más distante, hasta había hecho que la servidumbre no organizara su alcoba, y no les permitía entrar. Cuando Tenri se enteró de esto, a dos semanas del fatídico hecho, decidió que ya era suficiente y ordenó que hicieran una limpieza exhaustiva en aquella habitación y que su asistente le buscara al mejor psicólogo del país.
Estando en ello, Mahiru ni enterada, pues pasaba todo el día en ese columpio, una de las sirviertas le fue a dejar un té de manzanilla y un bocadillo, lo que agradeció con un movimiento de cabeza. Pensó ella que se iba a retirar como de costumbre, mas se quedó. La vio rebuscar en el bolsillo de su delantal.
—Mahiru-sama, Tenri-sama nos ordenó limpiar su habitación, y bueno, recuerdo que para el velorio de Yuuichirou-sama usted llevaba un abrigo gris —murmuró nerviosa, sin verla. Ella detuvo su balanceo y la miró—. Iba a llevarlo a lavar, así que revisé los bolsillos y encontré esta carta.
Sus ojos rojizos bailaron sobre el papel como si de alguna clase de enigma se tratara, levantó su mano temblorosa y la tomó.
—Si necesita algo, no dude en llamarme —dijo la sirvienta—. Con permi...
—Espera —era la primera palabra que le oía decir en toda una semana. La miró expectante—. Necesito una toalla.
—¡S-Sí!
Ella salió rápidamente a buscarla y Mahiru contempló el sobre marcado con su nombre. Recordó que ese hombre se lo había entregado y ella lo guardó para después, olvidándolo al estar envuelta en pena. Dudó muchísimo antes de abrirlo, paseaba sus dedos por todo el papel y releía y releía su nombre, como si estuviera escrito en braille y tratara de leerlo con sus manos.
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The letters [MikaYuu] |Short-Fic| (Terminado)
Short Story"Cuando Yuu le escribió cartas a todo aquel que hubiera marcado su vida como despedida". Fanfic corto. Advertencia: suicidio, feelings, drama. GureShin, KimiYoi, ReCus, CrowRid leve. Gracias al solecito precioso que es @blas_phemy- por la maravillos...