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Chaeyoung era una niña preciosa. Keonhee  no podía evitar sonreír cada vez que la tenía en sus brazos, verla tan chiquita e indefensa lo hacían querer protegerla durante toda la vida. Dongju
también estaba felíz, mirar como Keonhee le murmuraba cosas a la niña mientras se paseaba por la habitación con ella en brazos lo entretenía demasiado. El doctor le dicho que podía seguir durmiendo, que debería descansar todo lo que se le permitiera antes de que se fuera a casa, pero él sólo quería mantenerse despierto
para ver a Keinhee con su hija en brazos.

Esa tarde, después de haber recibido
su almuerzo y el biberon que le daría
a Chaeyoung, había decidido que dormiría un rato antes de irse, porque el doctor ya le había informado que se podía ir una vez que su esposo firmara el acta. Pero justo cuando ya había cerrado los ojos, escuchó la puerta de la habitación y luego escuchó pasos, pensó que sería una enfermera pero al abrir los ojos se encontró con que se trataba de Keonhee, que había ido directo a la cuna donde Chaeyoung se encontraba. Y desde que el menor había llegado, él se había mantenido mirandolos en silencio.

Parecía que Keonhee ni siquiera se había dado cuenta de que él estaba despierto.

- Keonhee -lo llamó, y el chico lo miró
sorprendido. Sonriendo mientras se
acercaba a dejar a Chaeyoung en la cuna.

-Pensé que estabas dormido -dijo
acercandose y dejando un beso en su
mejilla. Dongju negó mientras se acomodaba para sentarse, siendo
ayudado por Keonhee.

-Iba a dormir cuando entraste y me
quedé prendido con la imagen tan
bonita que creas cuando cargas a Chaeyoung  y le dices cosas -Dongju rió un poco cuando las mejillas del moreno se sonrojaron. Keonhee tomó una silla para sentarse junto a la camilla en la que estaba el rubio—. ¿No fuiste a clases?

-Sí, pero el profesor no llegó -se
encogió de hombros, y luego pareció
recordar algo porque pegó un brinco
haciendo asustar a Dongju-. Papá
me dijo que preparara tu salida que él
vendría por nosotros en media hora.
Me entretuve con la mariposa que estaba afuera que no le puse atención a lo otro que dijo, pero tenía que ver contigo.

- Keonhee, debes prestar más atención a las cosas ―lo regañó, pero como siempre, Keonhee estaba entretenido con otra cosa

―. Keonhee, ve a la recepción a preparar todo y luego regresas por mí.

Keonhee asintió y se puso de pie, dejando un beso en su frente y luego se acercó a la cuna para besar una de las manito de la niña.

Quizás una hora y media más tarde,
Keonhee conducía el auto de Kanghyun
mientras éste se encontraba en el asiento trasero junto a Dongju, que llevaba a la pequeña Chaeyoung en brazos. Kanghyun le contaba sobre lo emocionados que estaban los chicos por verlo, Seoho y Dongmyeong estaban ansiosos por conocer a la niña. Goeun había ido al día siguiente del nacimiento a visitarlo, junto a Soobin por supuesto, pero también estaba ansiosa por darle el regalo que le compró junto a su enamorado. Y Dongju debía admitirlo, esa semana había sido muy larga y también estaba felíz de volver a su casa.

El ceño del de cabellos lilas se frunció cuando notó que iban en dirección contraria que la de la casa Lee. Y cuando quizo preguntar a dónde se dirigían, Kanghyun se le adelantó:

-¿A dónde vamos? - Dongju enarcó una ceja mientras veía a Keonhee a travéz del espejor retrovisor.

Dongju se fijó entonces, que estaban frente a la casa de sus padres y recordar las últimas palabras de su
madre, lo hicieron casi ponerse a llorar.

-Tus padres merec-

-No bajaré.

-Dongju-

-No lo haré, Keonhee. No después de
todo lo que me dijo, no quiero que mi hija tenga un mal rato.

Kanghyun se aclaró la garganta,
incómodo, pero tampoco podría
entrometerse en la discusión de ese par.

Sabía la razón por la que Dongju tomaba esa desición, él mismo le había
contado, y aunque quisiera decirle que
no fuera rencoroso, no podía hacerlo
porque no tenía el derecho y tampoco
quería que esa gente conociera a su nieta.

Sólo con todo lo que le habían hecho y
dicho a Dongju, ya sentía que le
desagradaban.

Después de varios minutos en que
Keonhee y Dongju mantuvieron la mirada, el menor encendió el auto y
comenzó a conducir hacia su propia casa.

Kanghyun tomó a Chaeyoung en brazos para que Dongju pudiera salir del auto,
Yonghoon salió de la casa para ayudarlo a caminar mientras Keonhee colocaba al lado contrario. Dongju sonrió cuando visualizó a Dongmyeong en la entrada de la casa, dando brinquitos mientras lo saludaba, y Seoho estaba junto a él, mostrándole una gran sonrisa.

Encontrarse con toda la familia de
Keonhee en el salón: sus abuelos y sus
tíos, hicieron que se sintiera cálido por
dentro. Los abrazos y felicitaciones
que él y Keonhee recibían, hicieron que
los recuerdos que había tenido antes,
volvieran a lo más recondito de su mente y que disfrutara del gran momento que todas esas personas le regalaban.

Sin duda alguna, se sentía como en
familia.

Surprised ♡ KeonJuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora