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Los cinco estaban cenando mientras la televisión sonaba de fondo dando las noticias del día. Nadie había abierto la boca todavía para hablar y Ann, por su parte, no tenía ganas de hacerlo. Sentía que todavía tenía sentimientos mezclados por Lucci aunque, dentro de poco, esos sentimientos se iban a esfumar junto con él.

En realidad ella nunca estuvo enfadada con sus hermanos cuando le obligaron a cortar con Lucci, bueno, sí que lo estuvo los primeros 3 días dejándoles de hablar. Pero luego, cuando las cosas se calmaron, comprendió que lo hicieron por ella y que, al fin y al cabo, una relación siendo tan joven no iba a durar mucho. Quizá ahora que ella era algo más madura, sobre todo mentalmente, podía tener una relación con él. Pero ya no valía la pena. No solo porque él se iba, sino también porque si ella iba a empezar la universidad quizá estaría demasiado ocupada y, de alguna forma, quería pasar página. En resumen, que la relación parecía imposible. Al final, sus hermanos, como siempre, tenían razón, cosa que le costaba aceptar.

Después de mil removidas de tenedor, Ann, a diferencia de sus hermanos que ya iban por la segunda ronda, a penas había tocado la comida por estar dándole demasiadas vueltas a la cabeza . Pero sus pensamientos fueron, finalmente, interrumpidos por Dadán, quien se empezó a preocupar por el silencio que corrompía la mesa.

—¿Se puede saber a qué viene este silencio? —preguntó casi histérica—. Ann, a penas has tocado el plato —alegó haciendo que sus tres hermanos por fin le prestaran atención—. ¿No te gusta mi nueva receta?

—No es eso, mamá —murmuró dejando el cubierto encima del plato—, es que he comido bastante antes y no tengo mucha hambre —explicó con una sonrisa forzada y Luffy cogió su plato para comerse lo que quedaba, pero Dadán le pegó en la mano y comenzó a guardar las sobras en un túper.

—Bueno, te lo comerás mañana. No pienso hacer una receta con tanto amor para que luego no te la comas —dijo guardando el túper en la nevera y volviendo a sentarse en la silla—.Ni se os ocurra tocarlo —advirtió a los chicos con una mirada desafiante—. Bueno, ¿te lo has pasado bien entonces?¿Con quién habías quedado?

Ann se quedó callada sin saber qué decir mientras todos la miraban. A penas quedaba con sus "amigas" y por lo tanto no era como si quedasen siempre. Se podría decir que se sabía que la amistad con ellas iba en declive. Koala esa tarde estaba trabajando y Sabo lo sabía, así que tampoco era una opción viable. Y era obvio que no podía decir la verdad ya que sus hermanos le harían mil preguntas y se enfadarían con ella, en especial Ace, a quien había mentido antes.

—Ha quedado con Lucci —soltó Luffy como si nada haciendo que sus dos hermanos dejaran caer sus cubiertos a la mesa y casi escupieran la comida mientras que Dadán se quedó confusa sin saber quién era el nombrado.

 Ann miró molesta a su hermano quien simplemente se encogió de hombros y por un momento Ann se arrepintió de pensar que había madurado.

— Lo siento, era un poco imposible de esconder —admitió el más joven y ella miró a sus hermanos que parecían decepcionados

—¿Se puede saber por qué has quedado con él y me has mentido?—preguntó Ace molesto.

—¡Simplemente me había preguntado! P-pero no entiendo porque actúas así, ¡no estamos saliendo!—exclamó mirando a sus hermanos y Dadán, finalmente, supo de quién estaban hablando—.Solo hemos quedado para hablar, ¿vale? Deberías dejar de hacer un espectáculo cada vez que hago algo que no te guste que haga, ¡no mandas en mi vida! Y era obvio que no te iba a decir la verdad porque habrías actuado justo como ahora.

—¿Y por qué estás así?—preguntó Sabo de manera más calmada.

—Es solo que me tenía que decir algo y me ha-

OJOS GRISES [ Law x Lectora ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora