Amor Ardiente (AU) (G¡P)

No quiero ensuciarme

Kate se enfureció aún más. De repente, sintió un líquido caliente fluir de su nariz, así que extendió la mano solo para descubrir que se trataba de sangre. "¡Te mataré, perra!" , exclamó rabiosamente.

De inmediato, corrió para abalanzarse sobre Lena, pero sus amigos la apartaron antes de que pudiera tocarla.

"Cálmate, Kate. No lo hagas. No somos rival para ellos".

"Tiene razón. Acabas de operarte la nariz el mes pasado. ¿Qué pasaría si te golpearan ahí?".

Kate ansiaba vengarse de Lena, pero apenas escuchó las palabras de sus amigos, se quedó inmóvil mientras palidecía.

Lena se dio cuenta de ninguno de ellos pensaba pelear, así que lanzó una risa burlona y se fue con Andrea.

Kate pisoteó con furia mientras las veía alejarse.

Acababa de sufrir una humillación tan grande que no perdonaría fácilmente a Lena.

Su mirada se volvió colérica. De inmediato, sacó su celular y llamó a su nuevo novio, Eddie Thawne, el hijo del decano.

Kate empezó a llorar desesperadamente apenas él respondió. Por un momento, el hombre se quedó atónito cuando escuchó sus sollozos. "¡Oye, bebé! ¿Qué pasó?", preguntó consolándola. "¿Quién te hizo llorar?".

"Lena" , respondió ella entre llantos.

"Está bien no llores. Tus lagrimas rompen mi corazón. No te preocupes. No importa lo que pase, te ayudare a desahogar tu ira", dijo Eddie, tranquilizándola pacientemente.

Kate se alegró al darse cuenta de que él había mordido el anzuelo. Sin embargo, fingió mostrarse reservada. "¿Puedes intentar darle un demérito en su registro?", preguntó.

No podía evitar enfurecerse cada vez pensaba en la actitud arrogante de Lena.

A sus ojos, ella era una sinvergüenza que no tenía derecho a presumir nada.

Eddie se rio entre dientes. "Bueno, sí puedo hacerlo. Pero... ¿qué pasa con mi propuesta anterior? ¿Puedes aceptar?".

Sabiendo lo que quería decir, Kate se sintió tan disgustada que estuvo a punto de vomitar. Si no fuera por la influencia de la familia Thawne, nunca se habría fijado en el fenómeno de Eddie, y mucho menos estaría con él.

"¿Estás de acuerdo?", insistió Eddie al no obtener una respuesta.

Kate apretó los dientes pensando en Lena. "Está bien" , contestó a regañadientes.

Mientras tanto, la otra se encontraba de muy buen humor, ya que se había deshecho de Kate. Ella y Andrea conversaron entre risas durante el camino de regreso a la residencia de los estudiantes.

Acababan de llegar al edificio cuando, de repente, sonó el celular de Lena.

Era un número desconocido, pero aun así ella contestó. "¡Hola!" , saludó cortésmente. "¿Puedo saber quién habla?".

"¡Hola! ¿Es usted la señorita Lena Luthor? Mi nombre es Hank Hall, el asistente del decano".

"¡Oh, sí, señor Hall! ¿Qué puedo hacer por usted? ", respondió Lena mientras le guiñaba un ojo a Andrea para indicarle que se callara.

"Bueno, en realidad, llamo para comunicarle que recibimos un informe acerca del problema que causó en un bar. ¿Acaso no sabe que es una violación a las reglas y las regulaciones de esta Universidad? La junta escolar lo discutió y llegamos a una decisión. Lamento informarle que le daremos un demérito a su registro".

"¿Demérito? Pero, señor Hall, debe haber algún malentendido".

Cuando escuchó las palabras de Lena, Andrea adquirió una mirada seria y se inclinó más hacia su amiga para intentar escuchar la conversación.

"No, señorita Luthor, este es un problema serio. La escuela no sacaría conclusiones precipitadas sobre este asunto. Lo hicimos verificar y confirmamos que es cierto. ¿Tiene alguna objeción?".

"Bueno, en vista de que ya lo ha confirmado, ¿de qué serviría presentar una objeción?" , contestó Lena, malhumorada.

Obviamente era una víctima de acoso. ¿Cómo así se convirtió en una alborotadora?

"Tenga cuidado con su actitud, señorita Luthor. Como no desea presentar ninguna objeción, emitiremos el aviso de acción disciplinaria en unos días. Eso es todo" , anunció Hank y colgó el teléfono.

Lena estaba furiosa, pero antes de que pudiera decir algo, su celular volvió a sonar. Era otro número desconocido.

"Dime, Lena, ¿cómo se siente recibir un demérito? ¿Estás molesta?" , preguntó una voz llena de sarcasmo apenas ella contestó.

Era un tono rasposo y masculino que sonaba desagradable y obsceno en sus oídos. ¿Quién más podría ser? Era Eddie, el hijo del decano que siempre la molestaba.

Ahora Lena entendía por qué había obtenido un demérito en su registro sin motivo alguno. "Así que fuiste tú quien lo hizo" , murmuró con una mueca.

"Eres muy inteligente, pero no puedes culparme. Golpeaste a mi novia, ¿verdad?", replicó este orgullosamente.

Lena recordó la disputa con Kate hacía un momento y finalmente entendió lo que estaba pasando. "Muy bien. Ustedes dos son la pareja perfecta".

Eddie era tan idiota que no percibió el verdadero significado de sus palabras. "¿Cómo te sientes ahora?" , volvió a insistir con una voz complaciente. "¿Te arrepientes? Pero tengo una oferta para ti. Si aceptas acostarte conmigo, puedo ayudarte a lidiar con ese asunto".

Lena lanzó una pequeña risa. "No, gracias" , respondió. "No quiero ensuciarme".

"Tú...".

Eddie estaba tan enojado que quiso insultarla, pero antes de que pudiera empezar a hablar, ella colgó la llamada.

Luego, bloqueó su número.

Andrea no podía seguir conteniendo su ansiedad. "¿Qué pasó?" , preguntó apenas su amiga colgó. "¿Por qué obtuviste un demérito?".

"El asistente del decano dijo que armé un escándalo en el bar. Debe estar refiriéndose a lo que sucedió en mi fiesta de cumpleaños" , respondió Lena, encogiéndose de hombros.

Sin embargo, tenía una expresión bastante tranquila.

"No, no puedo soportarlo. Alguien está conspirando a tus espaldas. Debe ser esa perra de Kate" , espetó Andrea, tan molesta que su saliva casi salpicó el rostro de Lena.

Ella le dio unas suaves palmaditas en la espalda.

"No importa, de verdad"

"Vamos al decano y aclararemos las cosas", insistió Andrea.

De inmediato, arrastró a su amiga hacia la oficina del decano, a pesar de su negativa.

Cualquiera que no supiera la verdad pensaría que ella era la agraviada.

Cuando llegaron a su destino, Andrea tocó la puerta por un largo rato, pero nadie respondió.

"El decano no está. Volvamos otro día" , sugirió Lena. Luego, se dio la vuelta y bajó las escaleras.

Realmente no le importaba. Incluso le parecía conveniente que el decano no estuviera en su oficina.