Fútbol Girl, ¿lo han escuchado antes?
Mack Moretti viene siendo una chica como cualquier otra, pero su ambición y determinación les dice que ella está destinada a jugar su deporte favorito con su hermano; A el fútbol, y con Gabo Moretti.
Le ponen...
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Antes de irme al Haul dejé mi equipo, para entrenar, en la cama ya echa porque hoy comenzarían los entrenamientos para nosotros.
—Hola cómo están, mis panas. Hoy me encuentro en una entrevista exclusiva desde mi canal para Mackenzie "Mack" Moretti.
—Hola —saludé a la cámara.
—Bueno, Mack. ¿Cómo te vienes sintiendo con la presión de ser la única chica que va a jugar el Mundial en un equipo de fútbol?
—La verdad me quedo tranquila al pensar que tengo un equipo que me respalda y saber que puedo dar más de mi 100%.
Jefferson asintió, supongo que entendiendo mis palabras.
No sabía lenguaje corporal de entrevistadores.
—Tengo entendido que los entrenamientos de los Halcones comienzan hoy —asentí—. Buena suerte.
—Gracias, Jefferson.
Me sentía mejor en estas entrevistas que con las de Joaquín.
No sé lo digan, gracias.
Seguimos charlando sobre cosas tácticas—sin decir nada sobre como jugaremos—, hasta que me preguntó cosas personales.
—¿Te molesta si te pregunto cosas personales?
En realidad, me importaba, si se pasaba de la raya, pero si no, pues no.
Negué.
—¿Con quién te llevas mejor en el equipo?
—Bueno —suspiré—. Para llegar al Mundial el grupo, en sí, se tiene que llevar bien, pero podría decir que, obviamente, Gabo, Dedé, Tristán y Arturo. Y un poco Gastón ya que compartimos habitación ahora.
—¿Te acomplaste al sistema de juego de Tristán, Gastón y Arturo?
—En realidad, juego en muchas posiciones, por lo que ellos prácticamente se tenían que adaptar a mí en los entrenamientos del IAD.
—Muchas gracias, Mack. Con ustedes, la única chica en un equipo de fútbol, Mackenzie Moretti.
Y después de eso, me fui corriendo a la habitación de nuevo para saltar a mi cama y dormir por lo menos media hora más.
El entrenamiento de hoy iba a ser muy duro.
Llamé a Ricky mil veces pero no me contestaba. Seguramente estudiaba con Daniel ya que allá en el IAD seguían dando exámenes.
Dedé me mandó mil audios cuando terminó unos de sus primeros entrenamientos en Vélez y le había ido de maravilla.
Dejé mi celular a un lado y empezamos la elongación en el entrenamiento.
