bésame

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Soobin había aceptado con gusto la invitación del menor, moría de las ganas de verlo y últimamente por lo distante que este había sido, verse no fue posible.

Él no había insistido pues sabía que era la primera vez que Yeonjun salía con alguien de su mismo sexo y no quería abrumarlo, aunque por dentro moría de ganas por sacar toda su intensidad y cariño con el.

Durante todo el tiempo que llevaban sin siquiera escribirse, Soobin intentó pensar positivamente, quizás Yeonjun no notó que estaba ghosteandolo, quizás estaba asustado, como sea, se negaba a pensar que el menor ya no quería verle.

- Gracias.- Le dijo al portero del edificio que había abierto la puerta por el, este le respondió con una pequeña reverencia y Soobin siguió entonces su camino.

Había pasado por helado antes de llegar a donde Yeonjun vivía y estaba casi tan congelado como los potes que traía en aquella bolsa. Estaba tan nervioso como la primera vez que se vieron pero no iba a huir cuando moría por verlo.

En cuanto llegó al piso y tocó la puerta, un nudo se le empezó a formar en la garganta y apretó fuerte sus puños al oír los pasos acercarse.

- Soobin, pasa.- Dijo el azabache haciéndose a un lado.

El mayor entró a casa de Yeonjun sintiéndose inseguro, todo se veía tan inesperadamente grande, se veía que al menor no le hacía falta absolutamente nada.

- ¿Que tienes ahí?- Indagó curioso observando a la bolsa que el contrario traía en manos.

- Helado.- Murmuró inseguro ahora si, observando de pies a cabeza al menor, que era un poco más bajo que el pero sus piernas se veían más largas que las suyas, traía unos jeans a la cadera y un sweater que dejaba ver su abdomen con cualquier pequeño movimiento.

Lucía hermoso.

- Okay..- Dijo el azabache luego de intensos segundos en silencio. -Vamos a guardar eso en el congelador, quieres?

Soobin lo siguió sin decir más, Yeonjun alteraba todo en el, quería decirle lo hermoso que se veía y que le había extrañado, pero se sentía tan intimidado ante aquellos ojos filosos que lo observaban como con.. ¿odio? ¿deseo? ¿ganas de asesinarlo? Yeonjun era muy difícil de leer.

- ¿Que vas a querer de comer?- Le preguntó tras cerrar el congelador y apoyándose sobre la mesada a esperar una respuesta.

¿Acaso Yeonjun estaba tramando apuñalarlo en cuanto volteara?

Soobin no sabía que hacer o decir, el menor lo miraba de una forma.. diferente, actuaba diferente y en cuanto sus ojos se desviaron a sus labios quiso desaparecer.

- Lo que sea.- Murmuró nervioso, necesitaba salir de ahí o él mismo iba a suicidarse del pánico.

- Corn dog, ¿Que tal?- Sugirió acercándose a el.

- Bien.- Respondió dando unos pasos atrás en cuanto el menor se inclinó frente a el.

- "Bien".- Remarcó el contrario rodando sus ojos.

¿Estaba molesto?

Yeonjun ahora si que quería matar a Soobin, estaba siendo tan difícil hablar con el, y su único deseo era que el mayor lo subiera a esa maldita mesada y lo besara tan salvajemente hasta saciar sus ganas. O al menos hasta callar esos pensamientos sobre que ya no le atraía.

Estaba agotado y Soobin no hacia más que guardar distancia, tenía que actuar.

- Soobin.- Suspiró mirándolo a los ojos.

- ¿Si?- El mencionado respondió casi que con miedo y dudando de todo lo que había hecho durante toda su vida, temía lo que fuese a salir de los labios del menor.

- ¿Por qué no me besas?- Cuestionó desanimado, y a Soobin no le hicieron falta más de dos segundos para ruborizarse como un tomate.

Entonces era eso lo que tenía a Yeonjun así. Se alegró de que sea eso pero su corazón no se tranquilizaba aún.

- Lo siento.- Balbuceó intentando buscar una forma de explicarle a Yeonjun lo que pensaba. -No quería abrumarte, sé que soy tu primera relación con alguien de tu mismo sexo y no quería arruinarlo.

El corazón del menor se apaciguó luego de aquella confesión, las dudas que tenía habían sido desplazadas y terminó por confirmar que Soobin era más que perfecto, pero aún así deseaba que lo besara.

- ¿Entonces si vas a besarme?

- Ahm..- Carraspeó luego de ahogarse con su propia saliva.

¿Debería?

Aquella pregunta no dejaba de repetirse en su mente, era lo que Yeonjun quería y él había deseado, ¿Por qué lo pensaba tanto? Se acercó al menor sin saber de donde sacó el valor para hacerlo, este lo miraba expectante y todos sus temores se esfumaron al acercar sus rostros.

Soobin acabó con la escasa distancia de sus labios y casi sin notar como, ambos marcaron un ritmo lento y relajado, al menos así era hasta que el mayor posó sus brazos en la cintura del contrario, atrayendolo aún más cerca de su propio cuerpo, el castaño podía sentir el piercing del menor rozando con sus labios, no era incómodo, más bien todo lo contario, aunque temía que al pequeño le doliera.

A Yeonjun extrañamente le gustaba, el sabor de Soobin, sus manos grandes, su altura y la forma lenta y cálida en la que le besaba, un tanto torpe como si temiera lastimarlo, nunca lo había imaginado desear tanto estar donde estaba, pero eso lo hacía aún mejor.

Deseaba que Soobin lo besara para siempre.

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© danwnzzn_

twitch guy // soojunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora