Ese era mi último año antes de ir a la universidad, cosa que arruiné al escaparme y dejar los estudios.
Aunque bueno, el interés que tenía por lo que estaba estudiando era más bien nulo. Nunca tuve claro qué hacer con mi vida. Como mis padres no querían que me quedase de brazos cruzados, me "recomendaron" estudiar derecho para llegar a ser abogada y ganar mucho dinero, pero yo le había terminado cogiendo demasiado asco al verlo como una obligación.
Por esa razón, no me gustaba nada ir a clase. Me saltaba algunas clases. Bueno, bastantes. Vale, la verdad es que nunca llegué a ir una semana completa.
Solía justificar las faltas desde el móvil haciéndome pasar por mi madre. Para los profesores más tiquismiquis falsificaba justificantes médicos. Mis padres no se enteraban, o al menos no lo hicieron durante un buen tiempo. Estaban siempre ocupados trabajando. Creo que a veces se olvidaban de que convivía con ellos.
Pese a eso, conseguía aprobar y sacar mis notas adelante. Solía estudiar el día de antes (si es que lo hacía) y de esa manera llevaba sacándome todo el Bachillerato. Supongo que me quedaba rápido con las cosas y aparte me dejaba llevar por la lógica o sentido común.
Sin embargo, siendo sincera las pocas veces que iba al instituto lo hacía por Sergio. Lo consideraba como mi mejor amigo. Aunque bueno, tampoco tenía otros amigos. No era de lejos el mejor, pero soportaba mi pesimismo a diario y eso ya tenía mucho mérito. Él era una razón que me motivaba a levantarme por la mañana, porque sabía que si iba podría verle. El simple hecho de su compañía era algo que me agradaba y me hacía olvidarme por momentos de todo lo demás.
Un día, tras un examen de economía, tenía pensado salirme en el recreo con Sergio, pero mi prima Lucía me insistió mucho en que me quedara con ella y tuve que hacerlo a regañadientes.
—Cristina, prima, anda hazme el eyeliner que me gusta más como te sale a ti —me pidió sentándose en el lavabo del asqueroso baño del instituto.
A muchos la idea de estar con un pariente de su edad en su misma clase podría parecerles divertido, pero para mí era una auténtica pesadilla. Quería a mi prima porque al fin y al cabo era familia mía, pero era una mierda de persona. Me había hecho demasiadas putadas, que sólo por el único y simple hecho de compartir sangre había tenido que perdonarle. Si hubiese sido cualquier otra persona le hubiera dejado de hablar hace años.
Mi padre siempre me pedía que tuviera un mínimo de amabilidad con ella, algo que me era difícil siendo como soy pero, a mi parecer, mi trabajo era más que excelente. Lo que yo no sabía era que eso significaba que la iba a tener como una lapa toda mi vida. Y especialmente en ese entonces, que hacía no tanto mis tíos se habían divorciado.
Saqué el delineador negro del bolsillo pequeño de mi mochila, en la que había de todo menos libros del instituto. Me acerqué a ella y le levanté la barbilla. Mientras, ella estaba mascando un chicle.
Aproveché ese momento en el que mi prima estaba con los ojos cerrados y yo me encontraba maquillándola para compararnos y pensar que en cuanto a físico, no éramos tan distintas, pero aún así siempre le había gustado hacer comentarios para hacerme sentir inferior.
Ambas teníamos piel pálida, cara redonda y labios gorditos. Las dos poseíamos característicos ojos marrones, algo grandes, lo que hacía que fueran bastante llamativos. Compartíamos también nariz delgada y recta, aunque yo tenía un arito plateado en el lado derecho, que me gustaba mucho. Me lo había hecho el año anterior en el baño de una discoteca, con unas medidas de higiene un tanto cuestionables, pero estaba en perfecto estado.
—¡Nenaaa! Mira que eres lenta, termínalo pronto que me aburro, ¿eh? —me exigió con una voz chillona que me irritaba muchísimo y pasé al otro ojo.
Ella se apartó dos mechones de la cara y se los pasó por detrás de las orejas para hacerme el trabajo más fácil.
Su pelo era negro y liso por los hombros. El mío era moreno, marrón muy oscuro, algo ondulado en las puntas y lo tenía por la mitad de la espalda.
—Ya está —le avisé cuando terminé de hacerle el maquillaje.
Ella se puso en pie, quedando las dos frente al sucio espejo.
Nos observé y pensé que lo que más nos diferenciaba era el cuerpo. Aunque las dos teníamos uno muy bueno y compensado, yo era alta y ella creo que apenas superaba el metro cincuenta.
Mi prima tenía mucho ego. Las dos éramos guapas, lo que nunca entendí era qué clase de sartén le pegó en la cabeza cuando nació, porque pensaba siempre que era la mejor. Intentaba ser el centro de atención, presumía de todo y creía que todos iban detrás de ella. Algo que me daba mucha rabia era que si yo le contaba cualquier cosa, ella le restaba importancia y redirigía la conversación a contar con quién se había liado el fin de semana.
Era muy pesada. Hace unos meses incluso le puso los cuernos a su novio y después no fue capaz de hablar con él o tratar de darle alguna explicación. Pero hubo un momento en el que empecé a pasar de esos temas. Cuando de vez en cuando me preguntaba qué haría yo en su lugar, le decía que hiciese lo que le diera la gana, porque al final era lo que siempre acababa haciendo.
—¿Qué te parece? —pregunté y le dediqué una media sonrisa.
Ella inspeccionó su cara y me dio una mirada de reojo.
Efectivamente, yo era la única chica que quedaba a su lado, porque las demás se habían ido alejando al darse cuenta de cómo era. Y yo lo hacía por obligación, que conste. Pero no estaba sola. Está en todo momento rodeada de tíos que la querían por su cuerpo y por lo que habían ido escuchando de ella. Todos los findes tenía fiesta a la que ir y yo estaba obligada a arrastrarme tras ella.
—Me lo esperaba mejor —soltó con cierta indiferencia e incluso podría decir que asco y explotó una pompa de chicle.
Controlé mi rabia y retuve mis ganas de reventarle el cráneo contra el espejo, clavando las uñas en mi puño.
—De nada, Lucía —dije con claro desánimo.

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𝐋𝐨 𝐦𝐞𝐣𝐨𝐫 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐭𝐢
Teen FictionCristina, una adolescente a punto de terminar el bachiller, ya tenía planeado escaparse de casa, lo que no esperaba era tener que convertirse en fugitiva tras cometer un crimen que ni siquiera recuerda. Spin-off de "Como a un hermano" (contiene algu...