17 de Febrero de 2024

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Jerónimo

Me estaba acercando de a pocos a un edificio al que me habían citado, las organizadoras de las pasantías eran unas chicas con quienes, sin querer, me había hecho muy cercano, lo juro que de haberlo querido no habría podido meter ese golazo, pero para mí siempre ha sido muy importante ser muy amable con todas las personas, en especial aquellas que nos prestan un servicio, y desde que era un primíparo saludaba con cercanía casi familiar a las mismas muchachas que siempre me sacaban de apuros en la secretaría académica, porque parecía que siempre la estaba embarrando, y ya para cierto momento se convirtió en costumbre que cuando el bolsillo me lo permitía les llevaba una chocolatina o un tinto para cuando hacía mucho frío, y así, de año en año nos fuimos cogiendo un cariño cómplice, por eso esta primera proximidad a lo que sería el hogar de mis prácticas por, Dios quiera, un año al menos, me tenía muy emocionado, sabía que ellas habían tratado de darme la mejor vacante posible en mi carrera entonces me había propuesto permitirme la sorpresa, no había hecho una investigación previa y sólo acudía a la dirección que figuraba en mi citación, iba perfumado y usando el mejor vestido que teníamos en la casa, sentía que me sudaban un poco las manos aunque no se tratara de mi primera entrevista de trabajo, o de mi primer empleo, pero era un momento en el que sentía que se definía mi carrera profesional, en que podía dejar atrás los años de estar sirviendo mesas o repartiendo alcohol a los borrachos, y por más que agradeciera la oportunidad de haber tenido como pagar mis estudios y ayudar en mi casa, ya sentía como una deuda a mí mismo poder trabajar en algo que me hiciera feliz.

Nada más entrar sentía que había algo que me resultaba extrañamente familiar, como si lo hubiera visto antes aunque sabía que no había pasado por esos corredores en alguna vez anterior, por otro lado me sentía casi un impostor, como si estuviera acostumbrado a ver todo aquello desde afuera. Me senté en una sala como me lo indicaron, mientras veían algunos de los papeles que tenía que llevar y luego así iniciar con el recorrido y las presentaciones rudimentarias, mientras se hacía aquel proceso saqué el libro que tenía de lectura del maletín y me intenté desconectar un poco, cuando sentí de nuevo casi como un llamado silencioso del reino terrestre pausé mi lectura sin apartar mi vista de las páginas, como poniéndome alerta a ver que iban a decir, me pareció oír una voz conocida respondiendo a la solicitud de atenderme, cuando me decidí a levantar la cara y poder verlo...pude sentir muchas cosas, la primera de ella definitivamente fue un ardor en las mejillas y un subidón de temperatura, la segunda una necesidad de verificar algo que tenía más que claro y era el autor del libro que estaba leyendo, mientras él me miraba y yo trataba de ocultarme detrás del libro que él había escrito, tenía en frente a mi escritor favorito.

Emmanuela

Traté de llamar a Cristobal en varias ocasiones, llamamos de mi teléfono y del de Fede pero nunca tuvimos respuesta, ella estaba más preocupada de lo que quería admitir y yo sentía una vergüenza inmensa de interrumpir a Jero en un día tan importante como era este para él, pues empezaría sus prácticas y estaba muy nervioso, pero se me empezaban a agotar las ideas y trataba de evitar hacer alguna aseveración que pudiera asustar a Fede, después de unas cuantas horas recorriendo las principales páginas de noticias donde se daba información sobre las manifestaciones en frente de la Nacional*1 y poco a poco quedarnos sin noticias me decidí a levantar a Fedora de la esquina donde había permanecido y ponernos en movimiento, tal vez llegando directamente al lugar dónde se le había visto por última vez algo podríamos averiguar.

Fede insistió en manejar ella pero no estaba segura de que ella pudiera manejar todo lo que estaba pasando desde el día anterior, había lidiado muy bien con lo que me había pasado la tarde anterior, pero apenas había podido dormir pegada de la pantalla de su celular, imagino yo que esperando recibir alguna noticia de Criss, sin haber dormido, después de haber tocado a medias el desayuno que le hice y sin tener a quién pedirle ayuda no podía dejar que tuviera alguna reacción nerviosa al volante. Mientras se acomodaba a regañadientes en el asiento de copiloto pude meditar la mejor ruta para llegar en el menor tiempo posible, sentía la necesidad de devolverle el favor que me había hecho el día anterior casi olvidándome que Cristobal también era mi amigo, tal vez estoy sintiendo que debe serle muy difícil todo lo que lleva con él, pues no puede demostrar libremente que le importa o que lo quiere, no como conmigo por ejemplo, ella puede disponer de todos sus recursos en situaciones como la mía, pero en este caso esa relación es casi un secreto, una persona como ella no tendría razón para relacionarse con alguien como Cristobal, y apesar de sus afinidades sólo hay una razón para que ese amor se haya dado, y se llama Saturno.

Seres de SaturnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora