Favor #2

3.3K 330 97
                                    

Espero que les guste~

-Odio los viajes en sombra...- se queja Wukong, tambaleándose al salir de aquella oscuridad.

-Lo sé~- esta satisfecho ante la mala cara del dios. Empieza a caminar hacia la sala, sabiendo que lo estaban siguiente y se asoma, viendo que su hijo sigue en donde lo dejo, aunque ahora parece un poco mas despierto y se esta riendo ligeramente. Wukong abre la boca con asombro al ver al niño, sorprendido, en serio esperaba que fuera falso o algo así. -¿Te gustaron los panqueques, MK?- se le acerca, sonriendo al ver el plato vacío.

-Estaban muy ricos~- muestra una sonrisa, limpiando con un repasador las manchas de chocolate en sus mejillas.

-Eso es bueno- se sienta en el suelo, pasando sus dedos por el cabello castaño oscuro en una suave caricia. -Alguien vino a visitarte-

-¿En serio?- lo mira con confusión y curiosidad, no había escuchado la puerta u otra voz.

-Hey, Kid~- el dios decide acercarse en ese momento, mostrando una gran sonrisa, divertido cuando el menor se voltea a verlo y abre los ojos enormemente. Es adorable en persona, vestido con pijamas con monos como estampa y el cabello despeinado.

-Eres...Eres...- esta sombrado y muy sorprendido. -¡Eres Monkie King!- se levanta de un salto, con una sonrisa deslumbrante y los ojos brillantes.

-El mismo- movió la cola con animo, sonriendo. -Un pajarito emo me dijo que hoy es el cumpleaños de alguien~- se agachó, ignorando la mala mirada del mono de las sombras.

-¡El mío! ¡El mío!- dio pequeños saltos, acercándose ligeramente. -¿Viniste sólo por mí cumpleaños?- esta tan feliz de la visita repentina.

-Exacto~- su sonrisa se ablanda, enternecido por el entusiasmo ajeno. -Feliz cumpleaños, MK- recuerda el nombre que había escuchado decir a Macaque. El niño chilla de puro deleite, dando un salto y lanzándose para abrazar al dios, quien se sorprende momentáneamente pero es rápido en relajarse para corresponder el gesto. Puede escucharlo murmurar agradecimientos contra su hombro mientras lo abraza, Wukong acariciando su espalda con una sonrisa cariñosa, aunque se aprovecha de la cercanía para verificar al menor. No parece tener ningún sello o hechizo encima por lo que puede verificar pero puede sentir los sellos de protección que tiene la ropa del niño. -Muy bien...- se separa del menor, mostrando una gran sonrisa que él le devolvió. -...¿Qué quiere hacer el cumpleañero ahora?-

-¡Quiero mostrarte mis dibujos!- chilla con emoción, ya pensando en donde había dejado su cuaderno. -Podemos jugar algunos juegos y...y...- sus ojos brillan, mirando al mayor con emoción apenas reprimido. -...¿Me dejarías ver tu nube?- parecía ilusionado por esa posibilidad.

-Por supuesto~- no duda en decir, la emoción del kilo siendo contagiosa. -Estoy seguro que hasta podemos convencer a su papá de que te deje dar un paseo- puede sentir la mirada fulminante de su contraparte en su persona pero la ignora.

-¡¿En serio?!- da salto de emoción, volteándose a ver al de pelaje oscuro. -¡Papá!- salta encima de él, quien suelta un bufido fingido ante el repentino peso. -¡¿Puedo dar un paseo en la nube voladora con Monkie King?!- el mono sudo ante eso.

-Lo pensaré- es la mejor respuesta que le puede dar a su hijo por el momento. -¿Quieres buscar tus dibujos?- decide distraerlo.

-¡Iré a buscarlos!- y corre hacia su habitaciones, dejando al par solo en la sala.

-Eres un maldito- bufo Macaque, manteniendo su audición atenta a su hijo.

-Te estoy haciendo un favor, ¿y así me tratas?- se lleva una mano al pecho, haciéndose el ofendido, aunque tiene una sonrisa burlona en su rostro.

-Te detesto- gruñó entre dientes, aunque relaja su expresión cuando escucha los pasos del menor acercándose.

Pasan las horas, el par de monos estando sorprendentemente tranquilos teniendo en cuenta que estaban en la misma habitación, MK sin darse cuenta de nada, demasiado entusiasmado de tener a su ídolo y a su papá en el mismo lugar. Wukong entretiene al menor mientras Macaque cocina, levantándose cuando esté los llama.

Después del almuerzo, MK tiene el estómago lleno y el corazón contento, así que no puede evitar bostezar ampliamente, sintiéndose repentinamente somnoliento.

-Es hora de la siesta~- Macaque sonrió, viendo cómo su hijo se esfuerza para mantener sus ojos abiertos.

-Siesta...- murmura el niño, apoyándose contra el costado del dios, quien no puede evitar sonreír con cariño.

-Estoy seguro de que tu cama es mucho más cómoda, Kid- rio, alzándolo y sintiendo como el menor se acomoda rápidamente en su hombro, murmurando algo que no puede entender.

-No quiero...- bufo, apretando la tela de la ropa del dios entre sus manos.

-Necesitas una siesta...- Macaque rodó los ojos, divertido. Este tipo de conversación es muy familiar a estas alturas. -...recuerda que para cenar iremos a lo del enano, dijo que haría tu favorito- deja los platos limpios a un lado para que se secaran y se acercó.

-¿Y Monkie King?- no quiere ir a dormir, no cuando el dios está justo allí por su cumpleaños.

-¿Quieres que vaya, Kid?- se ofrece ante de pensarlo, como siempre. Lo siente asentir contra su hombro, haciéndolo sonreír. Es adorable, en serio que sí. -Ve a dormir entonces y luego iremos a esa cena de cumpleaños, ¿si?-

-Yay~- tararear, ya con los ojos cerrados, su respiración volviéndose lenta y tranquila. Macaque extiende las manos, tomando a su hijo y empezando a caminar hacia el cuarto ajeno, el menor dormido mucho antes de haber sido acostado. El mono lo arropa, le deja a Momo entre sus brazos y sale, dejando la puerta entreabierta.

-Se durmió...- suspiro al salir, acercándose al dios que lo mira con curiosidad.

-Aún no puedo creer que tengas una casa y un hijo...- una casa con muchas protecciones por todos lados y un niño que tenía la ropa en el mismo estado. -...es demasiado adorable~- agrego con una sonrisa.

-MK tiene una extraña habilidad de meterse en el corazón de la gente- sonrió, recordando al pequeño grupo de amigos que su hijo había conocido cuando estaba en la calle, quienes estaban dispuesto a todo para cuidarlo.

-Es difícil resistirse a esos ojos brillantes y esa enorme sonrisa- rio ligeramente, antes de mirar de reojo al mono de pelaje oscuro. -Tu también necesitas una siesta- comenta, pudiendo sentir el agotamiento que emanaba su contraparte.

-¿Y dejarte a cargo de todo, conociendo tu legado?- frunce el ceño. -No que estuviera loco- rueda los ojos, esta cansado y quiere dormir pero está tan desesperado.

-¡Oh, vamos!- hizo un puchero. -No tocaré tu cocina ni nada por el estilo, solo me quedaré en la sala para mirar televisión y cuidare del chico cuando despierte- sonrió, haciendo un gesto hacia el sillón. -No haré nada- Macaque de lo piensa. Necesita dormir un esto, en especial si debe salir dentro de un rato y seguirle el ritmo a su hijo, quien de seguro estará hiperactivo después de dormir y con todos los dulces que le van a dar.

-Si algo le sucede a mi hijo o a mi departamento, te degollare y usaré tu asqueroso pelaje como tapete de entrada- gruñó, moviendo la cola con algo de molestia, ya sintiendo que se arrepentía y que se estaba volviendo loco.

-Entendido y anotado- asintió rápidamente, sintiendo que esa amenaza se cumpliría si metía la pata.

-Más te vale...- y fue a su cuarto, decidido a usar sus audífonos anti-sonido por un rato y recostándose, dejando por si las dudas un clon atento en las sombras.

Papa MacaqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora