ᴜɴ ᴀɴɢᴇʟ

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El joven pálido de cabellos oscuros se apoyó en el espejo empañado

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El joven pálido de cabellos oscuros se apoyó en el espejo empañado. Su respiración estaba agitada y su holgada camiseta estaba casi cubierta por sudor. Yoongi maldecía el momento en que aceptó ser parte de esa agencia.

Hace unas semanas Bang PD-nim les había contado sobre su idea de hacer un grupo centrado en el hip-hop, pero que al mismo tiempo, no tuviera limitaciones para hacer lo que quisieran respecto a música, y sí, sonaba fantástico.

¿El problema?...Tenían que bailar.

Y allí estaban, los tres trainees más prometedores de la empresa según los productores. Yoongi, Namjoon y Hoseok, siendo el último recientemente agregado al grupo.

En medio de sus delirios y maldiciones, la puerta de la sala de practica se abrió llamando la atención del trío.
Yoongi pudo jurar que aquella persona que ingresó parecía un ángel, luciendo tan frágil, etéreo e incluso nervioso por un momento. Tenía una expresión seria, cabello de color castaño oscuro y vestimenta relajada.

—H-hola, disculpen la interrupción —El chico realizó una reverencia—¿Esta es la sala de bangtan? — Esperó una respuesta de pie en el marco de la puerta.

—¡Oh, sí! —Namjoon se levantó rápidamente para darle la bienvenida al nuevo integrante — Déjame ayudarte...

Y el pelinegro con la mirada puesta en el castaño, sintió como lentamente se perdía en ese hilo de conversación.

Y el pelinegro con la mirada puesta en el castaño, sintió como lentamente se perdía en ese hilo de conversación

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—¿Hyung? —La risa de su chico lo hizo sonreír tímidamente.

Habían días así, días en los que se aislaban de todos en el estudio del mayor y terminaban hablando toda la madrugada, abrazados en el sillón de color negro que estaba detrás del escritorio.

Solían conversar sobre sus problemas, posibles producciones y discutían sobre la relación que involucraba a ambos.

—Lo siento bebé, estaba recordando la primera vez que te vi —Mencionó casi susurrando, acariciando los cabellos de su novio.

MinJun soltó un suspiro antes de levantarse y quedar sentado en el regazo del mayor, dejando el cómodo cuello del contrario en paz por unos segundos.

—No puedes estar hablando enserio, hyung...

—¿Por qué? —Su sonrisa gomosa se mostró orgullosa, sus manos se posaron en la cintura de su enamorado.

—¡Yaah, Yoongi-ah!

—¿Qué, Lee MinJun? —Subió sus manos hasta el estómago del contrario y lo atacó con cosquillas —¿Me dirás que mi novio no era lindo en esa época?¿Eh?

Las carcajadas llenaron el gris estudio, dejando un lindo sentimiento en el pecho de Yoongi. El delgado y pequeño chico se retorcía encima de él intentando escapar de sus manos.

Amaba transformar esas tediosas tardes en risas y lindos recuerdos.

—¿No me responderás?— El tono de Yoongi lo desafiaba a continuar la conversación —¿Tengo que hacerte más cosquillas acaso?

—¡Te amo!

Sus manos se quedaron congeladas en el cuerpo ajeno. Sus gatunos ojos se llenaron de pequeños brillos, sus delgados labios rosados se quedaron entreabiertos, probablemente saboreando esas palabras llenas de ternura.

MinJun respiró agitadamente mientras lo miraba feliz, se recostó por completo encima de él, nuevamente, guiando su rostro a su escondite favorito en el mayor, su cuello.

—Te amo, hyung...Te amo mucho...—Susurró muy cerca de su oreja, para luego dejar un pequeño beso por allí.

Podría parecer algo muy simple y cotidiano para los demás, pero para ellos, era algo especial y lindo de recordar, un momento único para ambos.

La relación se basaba en comunicación, apoyo y seguridad.
El hecho de estar casi siempre juntos, tener la presión de los fans y los medios en ellos, hacía que a veces ambos se distanciaran momentáneamente y tuvieran discusiones medianamente pacíficas, intentando mantener la relación lo más sana posible.

—Yo también te amo, Junnie —Sus manos recorrieron la espalda del menor, dejando cálidos trazos a medida que se desplazaba—Tanto que no tienes idea de cuánto.

Segundos más tarde, sus miradas— completamente acarameladas—se encontraron, sus narices se rozaron y volvieron a sellar su pacto con un sentimental beso, dando libertad a sus manos para recorrer el cuerpo del contrario.
Un pacto que prometía lo que ambos venían cumpliendo hace años.

Amor, respeto y lealtad.

Lee MinJun, aquel delicado, talentoso, tímido y hermoso chico sin duda era su primer y último amor. Yoongi no dudaría en elegirlo a él una y otra vez, y podía decir con total confianza que ese pensamiento era mutuo.








©𝗗𝗢𝗥𝗔𝗘𝗡🧸 - editado.

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