Jaque mate ©

Capitulo 12

Monaco parte 1

Alejandro

Cuando era solo un niño pensaba que la vida sería fácil... de hecho no, siempre supe que la vida sería una mierda, pero las personas a mi alrededor siempre querían hacerme creer que todo sería perfecto, que la vida era mágica y que las estrellas guiarian mi camino; basta decir que nunca fue así para mi y supongo que jamás lo será.

De un día para otro caí en un vacío sin fin que me enseñó que nada es lo que parece y que hasta el ser más bueno tiene su lado malo, que hasta la persona más brillante tiene un lado oscuro. Solo que ellos deciden qué lado quieren mostrar pero si tan solo nos adentramos un poco en su verdadero esencia notaremos su gran mentira.

Mi trastorno se desarrollo siendo un niño, porque si, se desarrolla no naces con el o no en todo los casos. Las bestias no nacen se hacen y eso es lo que soy, una maldita bestia que nadie ha visto en su peor estado, mi mente es tan volátil y desequilibrada que nadie pudo ayudar a controlarla nadie pudo dominar a la bestia en mi... Hasta que llego Scarlett, con su lindo cabello dorado, su mejillas rosadas, sus lindos vestidos llamativos y toda la luz que poseía.

Aún siendo tan joven me aferre a ella para poder seguir viviendo en el infierno pero manteniendo una esperanza porque tenía a mi ángel guardián pero luego su luz se fue apagando poco a poco y aunque sabía que no era mi culpa no dejaba de sentirme culpable y miserable porque sabía que algo le pasaba y yo no podía hacer nada, porque ella no dejaba que la viera vulnerable, me seguí aferrando a ella pero ya ella era solo un cascarón vacío un cuerpo, muerta en vida y aunque ella no lo supiera me dolía verla así, pero fui egoísta y la mantuve conmigo sabiendo que le estaba haciendo daño porque estaba en una de las peores fases de mi enfermedad, seguí y seguí siendo egoísta hasta que le quite el poco de luz que tenia en ese momento, yo era su salvación y ella era la mía, pero necesita alejarme porque la iba a terminar destruyendo de todas maneras si se enteraba de lo que yo era capaz.

Me llevo el whisky a los labios y trago el líquido completo que quema mi garganta y termino rompiendo el vaso en mil pedazos porque la frustración y el desespero que tengo no me deja razonar, mañana tengo viajar a monaco a supervisar mis negocios de allá y no he dormido una mierda en dos días.

Salgo de mi despacho desabotonando la camisa que me estorba llego a mi habitación y me coloco un pantalón de chándal para luego ir a la cocina y buscar lo que necesito, desde que soy un adolescente se me ha dificultado dormir, siempre tuve temor de hacerlo ya que siempre me levantaba llorando por las mismas pesadillas recurrentes, pero luego de un tiempo me medicaron y mi propio cerebro se encargo de bloquear cualquiere recuerdo de esa constante pesadilla.

Trago la pastilla, me dirijo a mi habitación para luego sumergirme en un sueño profundo.

-Por favor ayúdame.- me susurro la pequeña voz atraves de la puerta.

Ayer descubrí este lugar y he intentando abrirlo pero es imposible se que adentro no hay nada ni nadie solo es mi mente creando voces o eso dice mis padres.

-Por favor te lo suplico... Yo me portare bien, pero por favor saquenme, no quiero estar aquí. Este lugar es feo y no me gusta, me asusta mucho.- sigue diciendo esa vocecita.

-¡Callate! Déjame en paz. Esto no es verdad. No eres real.- me digo a mi mismo tapando mis oídos salgo corriendo de ese lugar hasta llegar a el ala norte del complejo de mi padre.
Esa vocecita sigue en mi cabeza pero no le tomo importancia. Pasan los días y decido volver a ese lugar.

A mi padre no le gusta que este ahí pero a mi me gusta jugar en ese sitio, es el lugar más tranquilo aunque ahí siempre escucho la voz extraña, pero del resto es mi lugar favorito, corro sin que nadie me vea con mi nuevo conejito, estoy creando mi nueva arma, y la estoy probando en el. Sigo mi camino hasta ese lugar coloco al conejo y comienzo armar las cosas necesarias para el veneno.