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¡CAPITULO LARGO!
Sentía el cuerpo adolorido, su cabeza no dejaba de palpitar, su pecho se contraía de una forma que juraba iba a morir en ese momento, trataba de abrir sus ojos pero solo los sentía mas pesados, no sentía sus manos, temblaba sin fin mientras unos brazos la tomaban y acomodaban en su pecho mientras acariciaba su cabello, pero no era capaz de abrir sus ojos, quería ver quien era, quería saber si era otra sorpresa humana.
───Estarán bien───Fue un susurro para después otros brazos la tomaran y con un cuidado impresionante comenzarán a caminar.
Escucho a sus sombras hablar molestas consigo mismas mientras otras buscaban entre todo algún rastro de las personas que habían llegado, una piedra que usar pero no había nada. No había rastro de ellos mas que el liquido que inyectaron en su cuerpo y ahora sentía su cuerpo tan entumecido y adolorido.
───Annika... Vamos trata de respirar───Susurro otra voz mientras tocaba su nariz para comprobar que el aire no salía ni entraba───Estas viva pero no respiras, ¡se que me escuchas ya respira!.
Sintió una mano enguantada tomar su rostro, tocando su cuello para comprobar su pulso y después dirigir su mano a su pecho, antes de golpear una, dos y tres veces, sentía el aire entrar muy poco hasta que dio un cuarto golpe mas fuerte que los demás. El aire entró tan rápido que mareo, abrió sus ojos para notar la oscuridad de esa noche y mirar a un costado. Lincon la sostenía entre sus brazos mientras al otro costado estaba Silco con su mano arriba de su pecho, el había sido quien había golpeado para que pudiera respirar.
───Hey, ¿cuantos dedos tengo aquí?.
───¿Cuatro...?
───Esta mal, señor Silco.
───Sus cuerpos están fallando demasiado y morirán si no hacemos algo───Dijo viendo con su ojo bueno el dolor contraído en el rostro moreno───Mantente despierta, Annika.
───Jinx───Susurro viendo la cabellera azul en los brazos de Silco.
