Luego de la aniquilación de sus padres y la proximidad a alcanzar su edad adulta de 1.800 años, el príncipe Barcode de la Comunidad vampírica del Este, necesita una pareja para convertirse en rey.
Tras buscar al adecuado sin suerte alguna, entre los...
Barcode llegó muy fácilmente a la calle donde estaba el local nocturno donde esperaba hallar las respuestas que buscaba.
Todavía era temprano y el lugar estaba cerrado, así que se quedó esperando en la esquina del edificio contiguo.
Durante su espera, varias veces comprobó su atuendo y también su parche en el bolsillo, hasta que finalmente a lo lejos escuchó las voces de los meseros, quiénes se acercaban.
Agudizó entonces su oído, con la intención de saber si hablaban del humano del misterioso olor pero solo lo hacían del deporte favorito de casi todos los humanos, fútbol.
Luego de esperar un poco más, justo cuando el reloj estuvo cerca de marcar las diez de la noche, los clientes se apelotonaron en la puerta, por lo que Barcode se acercó para mezclarse entre ellos.
Tenía su sed de sangre saciada para toda la noche, así que no había peligro para ninguno de ellos, tan solo esperaba que su cuerpo e instinto siguieran igual de satisfechos mientras no resolviera el misterio.
No estaba muy seguro de cómo lograría saciar su curiosidad y mucho menos si le serviría de algo, tan solo sabía que necesitaba estar allí para averiguar.
Barcode sentía como si una fuerza tirara de él, por lo que cuando llegó a la puerta y un corpulento humano le pidió su carnet para así comprobar su mayoría de edad y dejarle entrar, este no dudó en usar su poder de hipnosis y ordenarle que le dejase pasar sin problema.
Cuando finalmente el vampiro entró, se acercó a una mesa en el rincón más alejado y oscuro y se sentó.
Enseguida vino uno de los meseros y le preguntó por su pedido, entonces Barcode miró las demás mesas y señaló una, en la que un hombre bebía una copa de whisky, junto a su pareja que se tomaba un refresco.
El mesero no lo había reconocido y entonces el príncipe sonrió triunfante pues su disfraz parecía estar cumpliendo bien su cometido.
Durante unos diez minutos, este escuchó y observó a los humanos parloteando y bebiendo, hasta que de repente las luces se apagaron.
Tan solo una luz tenue iluminó el escenario y entonces sentado en el taburete del escenario, Barcode pudo ver a un joven humano portando una guitarra.
...-Buenas noches. Soy Jeff Satur y está noche les haré más agradable su estancia en este club. Espero les guste y vuelvan por aquí muy a menudo, gracias.
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El músico comenzó a tocar y cantar, embelesando a cada uno de los asistentes con su hermosa voz, consiguiendo que guardaran silencio de inmediato.
El vampiro se encontró cerrando los ojos, mientras sentía su interior experimentar el mejor de los estados de éxtasis.
Tras terminarse esa primera canción, este abrió nuevamente los ojos muy desconcertado pues jamás había experimentado una sensación igual al escuchar una voz así, humana o vampírica.