CAPÍTULO 9

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Wei Wuxian despertó envuelto en el aroma que tanto anhelaba.

Cuando abrió los ojos se encontró con el pecho de su novio.

Wei Wuxian se congeló. Lo último que recordaba era estar bebiendo mientras planeaba tomar las pastillas supresoras.

Un leve recuerdo de Lan Wangji en su habitación, el llorando y el alfa quedándose a su lado llegó a su mente.

Se movió con rapidez para buscar su medicamento y salió de la cama.

Encontró unas cuantas píldoras en el suelo y se aterro al no ver el frasco de estas.

¿Las habría encontrado Lan Wangji? 

El alfa se despertó cuando escuchó a su omega maldecir. 

—Wei Ying... Llamó.

Wei Wuxian se paralizó y vio a su novio.

—Wei Ying, vuelve a la cama. Pidió.
Wei Wuxian negó.

—¿Lo tomaste? Preguntó con la voz ahogada.

Lan Wangji alcanzó el frasco de píldoras que estaba en la mesa.

—¡Lan Zhan no puedes tomar mis medicamentos! Exclamó yendo hacia la mesa.

Lan Wangji lo vio fijamente.

—Sin ellas yo.. Sin ellas yo no... Lan Zhan no las muevas de lugar ¿de acuerdo?

Lan Wangji se puso de pie y abrazó a Wei Wuxian.

—Estaban en el suelo. Susurró el alfa.

Wei Wuxian abrazó a su novio y se rió cuando Lan Wangji le mordió la oreja.

De un empujón, Wei Wuxian llevó a su alfa a la cama.

Era ahora o nunca, si Lan Wangji había visto sus medicamentos, tarde o temprano sabría de su mal. Antes que se malinterpretara debía hablar.

—Lan Zhan... Tengo algo que decirte. Dijo mientras recordaba vagamente los sucesos del día anterior. 

Lan Wangji asintió mientras el omega se colocaba en su regazo.

—Abrázame. Pidió.

El alfa apretó su abrazo.

—Lan Zhan... Lan Zhan yo tengo un secreto que debo contarte.

Lan Wangji lo escuchó.

—Lan Zhan... Quiero que me escuches primero, si después de esto tú decides irte yo lo entenderé.

Lan Wangji sintió un escalofrío en toda su espalda.

—¿Recuerdas cuando yo me presente como un omega y luego tú te presentaste como un alfa? Preguntó.

Lan Wangji asintió.

—Teníamos doce años. Agregó Wei Wuxian. 

—Mnn... Wei Ying olía bien después de su presentación. Reconoció el alfa. 

Wei Wuxian se rió.

—Tú también conejito. Eras un tierno alfa bebé. 

Lan Wangji sonrió.

—Lan Zhan... Te juro que no sabía lo que había hecho hasta que estuve lejos de China. Indicó Wei Wuxian.

Lan Wangji frunció el ceño.

—Yo quería confesarme cuando me dijiste que MianMian era tu enamorada secreta y yo pensé que había perdido ante ella.

Lan Wangji negó

—Mi reacción fue exagerada, dejé la escuela y sentía que estaba enloqueciendo cuando mi mente me mostraba escenarios tuyos con MianMian.

Lan Wangji apretó su agarre.

—Lan Zhan, cuando dejamos China yo enfermé.

Los ojos de Lan mostraron muchas emociones.

—Al inicio se creyó que era depresión debido al cambio radical que estaba viviendo. Pero mis celos se fueron por completo, cuando eso sucedió A-Niang pensó que estaba esperando un bebé.

Lan Wangji Parpadeó atónito.

—El diagnóstico fue otro. Tras largos análisis físicos y psicológicos se me diagnostico el síndrome del abandono de omega. 

—¿Por qué? Preguntó Lan Wangji. 

Este era el momento de la verdad. 

—Lan Zhan, inconsciente y accidentalmente fue totalmente mi culpa, quiero que lo sepas. 

Lan Wangji asintió. 

—Mi omega creo un vínculo psicológico con tu alfa. Un lazo unilateral que incluso yo mismo desconocía hasta que reaccioné a unos feromonas parecidos a los tuyos. 

Lan Wangji se quedó con la boca semiabierta. 

—Al parecer sucedió después de nuestra presentación y lo alimente con las constantes muestras de afecto que manifesté. El rechazo que sentí fue exagerado porque mi omega así lo percibió. El perderte fue devastador porque existía un lazo invisible que me conectaba a ti. 

Lan Wangji en ese punto no sabía que decir. 

—Estuve en terapia y medicado y lo sigo ahora. Aunque este viaje me trajo a ti y no he tenido necesidad de medicarme porque tu simple presencia calma a mi omega. 

—Wei Ying... No sabía. 

Wei Wuxian sonrió. 

—Claro que no sabías conejito. Cuando descubrí que eras tú a quien me había vinculado me negué a volver o a decirte. Prácticamente te hubieras atado a mi. 

—Voy a hacerlo. Afirmó Lan Wangji y Wei Wuxian sonrió. 

—Si no los habías consumido desde que volviste, ¿Qué pasó ayer? Preguntó Lan Wangji. 

Wei Wuxian respiró hondo. 

—Te vi con MianMian. Reconoció. 

Lan Wangji frunció el ceño. 

—Sé que ella es muy hermosa y es cercana a ti. Tú te mostraste bastante interesado cuando descubriste que fue ella quien se confesó por medio de esa carta y yo... Yo no podría pelear por su lugar en tu vida. 

Wei Wuxian bajo la mirada. 

—Desconozco si pasó algo entre ustedes y si fue así no tengo derecho a reclamar nada. Por eso volví a mi medicación, porque mi omega me estaba consumiendo. No necesitas decir o hacer nada, este es mi problema porque para empezar fui yo quien provocó esto. 

Lan Wangji besó la sien de su pareja. 

—Yo no salí con ella y nunca tuve otros sentimientos que no fueran de amistad. Entiendo lo que sucedió pero me hubiera gustado saberlo. No necesitas más medicamentos cuando yo puedo cubrir las necesidades de tu omega. Permiteme hacerme cargo. 

Wei Wuxian respiró el aroma de Lan Wangji y respondió. 

—Lan Zhan, no habrá vuelta de hoja, te ataras a mi. 

—No voy a arrepentirme. Respondió el alfa. 

Esa tarde tomaron sus pertenencias y salieron rumbo a Gusu. Wei Wuxian llamó a sus padres desde el aeropuerto y aunque Wei Changze lo regaño, le deseo buen viaje. 

Lan Wangji habló con sus suegros y solo él sabía lo que le dijeron, la única indicación de que estaba avergonzado fueron las orejas rojas del alfa. 

Llegaron tres horas después de haber salido y se instalaron en la residencia de los Lan.

Lan Wangji llevó a su omega hacia su habitación y antes de acomodarse lo besó hasta dejarlo sin aliento. 

Wei Wuxian estaría cinco días más en China.

Lan Wangji le daría una muestra de la vida que podía ofrecerle en ese tiempo.

Yo te escojo a ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora