La mordida de una araña genéticamente alterada, le otorgó a la estudiante de secundaria Luz Noceda, increíbles y espectaculares poderes arácnidos. Gano y supero su propia velocidad, agilidad y fuerza, así como la capacidad de adherirse a las paredes...
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«¿Luz, estás bien?»
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Gotas de sudor se esparcieron en su cuerpo, sus sentidos estaban en un constante mareo y le era imposible no poder controlar sus emociones.
Tenia muy poco tiempo para reaccionar, pero el miedo que sentía, no le estaba ayudando.
Luz no quería perder mas tiempo, pero su fobia a aquel objeto que había observado en las manos de ese sujeto encapuchado, la había traumado y marcado de por vida.
Odiaba eso.
Tenía poderes sobrehumanos, habilidades únicas obtenidas por error en "Oscorp" y la edad suficiente para no considerarse una niña (o así quería hacerse ver), pero estaba tan rota psicológicamente, que aquel recuerdo que la había marcado, la estaba acechando y llevándola a lo mas profundo de su ser.
No quería; sin embargo, no podía deshacer o controlar lo que su propia mente quería hacerle ver.
Aunque escuchaba la voz de su amigo intentando que reaccionada, los gritos de los demás estudiantes y profesores, los disparos de aquel lunático chocando cerca de ella, los casilleros y las paredes.
Su sub-consiente solo perdió el conocimiento, para hacerle presenciar, por una vez mas, el trauma que no la dejaba descansar por las noches...
La noche en la que perdió la felicidad.
«¡Papa! ¡Papa! ¡Por favor despierta!»
(...)
Los pasos que estaba dando en su rebelde vida, con los cambios repentinos, la suerte y los poderes arácnidos, no le importaba. El atraco que había sufrido su jefa, tampoco. Y, dejar huir al sujeto que lo había hecho, mucho menos.
Ella ya tenia su paga, lo que había ocurrido después del show, ya no era su problema ni de su importancia.
Solo pensaba en como gastar el dinero que había obtenido.
