NECESITAS SEGURIDAD.
Avalon
Creo que debería encargar que me hagan una máscara con una boca sonriente para usarla en los inútiles, pomposos y tremendamente aburridos eventos sociales en los que la Familia Real es anfitriona. Así podría ocultar mi expresión amargada con esa sonriente y bonita máscara.
Dios mío la de sonrisas que tenido que fingir. Hasta agujetas tengo en la comisura de mis labios.
«Y eso es solo el comienzo, bonita, así ve buscándote un médico que te pinche Botox para evitar arrugas.»
Oye mente, vete un rato a incordiar a otra persona.
Hasta mi propia mente está contra mí. Bueno, en realidad el mundo está un poco contra mí.
Hace unos días fue mi cumple, ¿sabías? Un horror, por si te lo preguntas. No por ser un año más vieja, eso me das completamente igual porque es ley de vida, sino porque ya no los voy a poder celebrar como lo hacía anteriormente.
Antes, el día de mi cumpleaños, viajábamos a un lugar en el que no hubiéramos estado y lo celebrábamos allí, las chicas, mi hermano, su chico y yo.
Este año habría tocado un viaje a Grecia inspirado en Mamma Mía, una de mis películas favoritas. Hoy estaríamos cogiendo un barco para cambiar de isla en el mar Adriático después de haber estado en Mykonos para saltar a Santorini.
Pero aquí estamos, en palacio, rodeado de absurdos regalos que ni mi hermano ni yo queríamos ni son lo que de verdad nos representa.
Aunque eso nos quita que entre hermanos no nos hayamos hecho buenos regalos, hasta el punto de regalarnos lo mismo.
A veces la conexión de mellizos nos asusta.
Will hizo posible que mis Clot y Pia se mudaran a palacio para estar con ellas y yo hice lo mismo con Caleb.
Digamos que nos respaldamos en la figura antigua de la corte de un rey y lo adaptamos a nuestra conveniencia para tener a los nuestros cerca y hacer más ameno este proceso.
El Palacio de Buckingham tiene demasiadas habitaciones libres y mucha falta de vida, de vitalidad y de esa sensación de hogar que escasea en abundancia.
Una buena compañía es el mejor regalo que te pueden hacer.
Bueno, también hubo regalos materiales, como un set de pinturas de acuarela edición coleccionista, un cuadro y escultura de una de mis artistas favoritas, al igual que yo le regalé una pluma exclusiva para cuando tenga que firmar todos los papeles oficiales y un traje de raya diplomática corte italiano que le queda con un guante.
Otra cosa no, pero buenos regalos doy.
He conseguido escabullirme de la recepción que hoy hay en palacio con todas las embajadas para mejorar las relaciones internacionales.
Excusas baratas para que las altas esferas se reúnan para comer, beber y negociar entre susurros. Lo que siempre se ha hecho por siglos, vaya.
Después de la parte en la que había que saludar a todos y tener unas palabras con cada uno para no ser ni demasiado soberbia ni extrovertida en exceso, cuando ya la fiesta ya pasó a la parte de las copas y las conversaciones en sillones y sofás, aproveché de que la atención no estaba puesta exclusivamente en mí y me largué sigilosamente al estudio de mi abuela, mi ahora estudio provisional.
Provisional porque ahora el que tenía en Londres no sé si será adecuado para que yo esté yendo y viniendo diariamente allí, ya que al estar en Candem, bastante alejado del palacio, no saldría rentable. Pero eso no quita que no deje de ir, será cuestión de distribuir espacios.
ESTÁS LEYENDO
DINASTÍA ©
RomanceAvalon Casterwill se grabó a fuego en su mente la expresión "Carpe diem" y eso es lo que ha estado haciendo desde hace tres años. Se considera un alma libre, ardiente e indomable que no quiere ser encerrada en una jaula de oro y diamantes. Amante de...