Mientras la noche caía (The Half Of It)

Nunca quise lastimarte

¡Nuevo capítulo! No lo esperaban tan pronto, ¿verdad? Yo tampoco. Este me ha salido algo dramático, pero todos necesitamos algo de drama en la vida. Y aprovecho para decirles dos cosas.

1: Llevaba un par de capítulos pensando a donde quería llevar la historia y mientras escribía el capítulo se me ocurrió como quiero que sea el final. Aún no se cuantos capítulos haré hasta llegar a eso, pero unos cuantos más si haré para desarrollar bien ese final.

2: Hace no mucho vi la serie de Dickinson. Las tres temporadas de un tirón. ¿Alguien la ha visto? Porque yo terminé enamorada de Emily y Sue, y me he estado planteando seriamente si escribir un fanfic de ellas o no. ¿Les gustaría?

Y finalmente, gracias por leer y apoyar a esta chica que hace lo que puede con las palabras para crear una bonita historia.

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Había pasado una semana desde que Aster había viajado desde San Francisco para terminar con la horrible distancia que las separaba. Ellie tomó la decisión de que iba a aprovechar cada segundo de ese tiempo porque no sabía cuando iban a volver a estar en el mismo sitio, aún no lo habían planeado.

Por las mañanas, la morena era la primera en despertarse, pues tenía que ir a trabajar. Apenas abría los ojos, una sonrisa tonta se instalaba en su rostro al recordar que su novia estaba a su lado en la cama y se tomaba unos minutos para apreciarla. Le gustaba verla dormir porque le transmitía una calma que nunca antes había sentido. Se sentía segura ahí con ella, bajo las sábanas, aunque Aster estuviera dormida y perdida en su sueños, le hacía sentir que podían superar cualquier tipo de problema juntas. Y estaba segura que nunca se cansaría de despertar a su lado durante toda su vida.

Después de observarla, sabiendo que el tiempo avanzaba y tenía que prepararse para ir a trabajar, depositaba un beso sobre la suave mejilla de su novia y susurraba con voz ronca un "Buenos días, cariño" que la hacía revolverse en la cama y no con mucho éxito intentaba devolverle los buenos días.

Despertar de esa manera la llenaba de energía para sobrellevar el día. Se sentía motivada en el trabajo y eso le ayudó para acabar con el trabajo que tenía pendiente. A la hora de la comida Aster hacía acto de presencia en la librería para que fueran a comer juntas. El primer día la morena le presentó a algunos de sus compañeros de trabajo y le hizo un pequeño tour por la librería. Aster escogió un par de libros para leer en el tiempo libre que tenía mientras esperaba a que su novia regresara al departamento después de trabajar. Y también aprovechó el tiempo para conocer algunos lugares de Iowa.

Las risas de esos días, las caricias que compartieron, contemplarla cuando no se daba cuenta, escucharla hablar sobre las cosas que había hecho durante el día, contarle como le había ido en el trabajo, eran cosas que Ellie atesoraba. Serían esos momentos los que le ayudarían a resistir cuando la distancia volviera a separarlas.

El viernes había llegado y la morena había organizado una reunión en su departamento después de que Aster le había dicho en repetidas ocasiones que quería conocer a sus amigos. Los podía contar con los dedos de sus manos así que el pequeño espacio era más que suficiente. Entre sus invitados se encontraba Rose, quien mantuvo un especial interés en la castaña haciendo las típicas preguntas que hacen los padres cuando conocen a las parejas de sus hijos. Aster no se limitó para responder sus preguntas aunque sí se preguntaba de dónde venía su interés. Con el resto de amigos también se llevó muy bien y algunos de ellos también le hacían preguntas para conocerla aunque con el paso de la noche sus conversaciones se centraron en contar algunas anécdotas chistosas de Ellie y a su novia le parecía muy tierno verla sintiéndose avergonzada por algunas. Los chicos se fueron pasando la medianoche, dejando sola a la pareja en el departamento.