Destrucción.

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En alguna parte del mundo, alguna vez se escuchó a alguien decir: 

"La rabia no resuelve nada, pero puede destruirlo todo."

Y cuanta razón tenía.

Varios días habían pasado, días en donde la convivencia que se llevaba acabo en aquella casa donde Vegas y Pete cuidaban de los pequeños, había mejorado de sobremanera. 

Incluso hubo días en donde Vegas dejo de ir al taller y prefería quedarse ayudar a Pete con el cuidado de los niños.

Aquellos días donde Vegas ayudaba y cuidaba de Pete fueron importantes para el, puesto que en estos días la condición de Pete había mejorado en su totalidad, incluso se podría decir que estaba como si aquellos azotes no hubieran estado en su cuerpo.

Sin embargo, nada es eterno, ni el dinero, ni la felicidad. El amor tarde o temprano se acaba o muere, las personas son pasajeras en nuestras vidas y los árboles nunca serán los mismos durante diez años.

Ahí se encontraba Vegas ayudándole a Pete con la comida para los niños, mientras Pete los cuidaba y jugaba con ellos.

"Pete, ya casi esta listo." Exclamó Vegas mientras preparaba la mesa para los niños y para ellos. Sin embargo no hubo respuesta de su parte. "¡Niños, la comida esta lista!" Gritó Vegas mientras comenzaba a servir pequeñas porciones de arroz para los niños.

Sin embargo, nuevamente, no hubo respuesta. Vegas comenzaba a alterarse, pero tanto a el como a Pete se había prometido no alterarse tan rápido, así que decidió esperar unos cuantos minutos más.

"¿¡Donde carajos están?!" Gruñó Vegas después de haberlos buscado por todo el lugar, sin encontrarlos. "Pete... Te voy a matar Pete..." Murmuraba Vegas mientras salía de la casa a buscar a los niños y a Pete, sin embargo, no iba solo, llevaba un cuchillo junto con el.

Varios minutos después, Vegas por fin encontró a Pete junto con los niños. Todos estaban bien, solamente estaban fuera de la casa o del taller.

Así que sin saber, lo que a Pete le pareció buena idea hacer por los niños, en realidad se había convertido en su casi perdida de vida. Pete solo quería que los niños vieran un poco el lugar donde habían estado viviendo y vieran lo hermoso que estaba sus alrededores llenos de hermosos árboles tupidos. 

Vegas tomo a los niños de los brazos y bruscamente los aventó a la entrada de la casa,  mientras Pete con ojos llorosos veía atentamente la escena.

"Vegas, déjalos, ellos no tuvieron la culpa..." Habló mientras intentaba apartar  las manos de Vegas de los brazos de sus niños. Sin embargo después de que Vegas les gritara que fueran a sus habitaciones, volteo rápida y furiosamente hacía Pete y lo separó de el de un solo golpe en la mejilla, el cual provoco que su labio se abriera un poco.

"¡Maldita sea, Pete. Solo una jodida regla tenias, no sacar a los niños de la casa y aún así la rompiste, maldito hijo de perra!" Gritó Vegas con frustración e irá mientras comenzaba a dar algunas patadas al cuerpo de Pete, el cual ya se encontraba en el piso.

"Vegas... yo..." Una nueva bofetada fue impactada en su rostro. Pete, sin saberlo, comenzó a llorar.

"Maldito..." Vegas comenzó a dejar varios pequeños cortes en la piel de Pete. "¡¿Donde quedo el respeto a tu dueño, mascota de mierda?!" Gruño Mientras dejaba un gran corte en la mejilla de Pete, este lo único que podía hacer era llorar.

"Khun..." Susurró Pete con miedo, sin embargo los murmureos de Vegas lo interrumpieron.

"Que la tierra te adopte y en fuego del infierno te consuma, mientras tus pensamientos vagan por el mundo sin rumbo alguno y tu alma sufre en el limbo sin poder cruzar y mucho menos regresar... Que la miseria del mundo caiga sobre tus hombros y el dolor nunca cese... ¡Que los malditos como tú, nunca vuelvan a aparecer!." Después del grito, Vegas clavo con fuerza el cuchillo en la tierra, cerca del cuello de Pete, cosa que le hizo orinarse.

Al ver a Pete mojado de sus pantalones, sonrió y lo dejo ahí, mientras iba rápidamente a su cuarto y salía nuevamente, no sin antes ir a supervisar que los niños hubieran acatado sus ordenes.

Cuando volvió con Pete, este estaba recargado en un árbol, mientras abrazaba sus piernas y sus sollozos iban aumentando su volumen.

"Por favor, cállate." Habló Vegas mientras llegaba hasta el árbol y amarraba una cadena a este y Pete se mordía el labio inferior, tratando de callar lo más posible sus llantos.

Mientras tanto, Vegas le ponía un collar de perro a Pete, y este lo miraba con extrañeza.

Cada movimiento de Vegas, estaba siendo observado e intentado ser procesado por Pete, sin embargo, su imaginación paró en el momento en que vio pequeños parches con pedazos de metal en medio, eran colocados al rededor de su pecho y abdomen.

Vegas sonrió y levanto la vista, topándose con la mirada confundida de Pete. Al instante Vegas sonrió y sostuvo el mentón de Pete con su mano, obligando a verlo.

"Pete, eres una mascota muy estúpida." Admitió Vegas mientras reía. "El clima de hoy... parece que pronto lloverá terriblemente. Estos son unos imanes que al contacto con la humedad dan pequeños pero dolorosos electrochoques. Yo los invente... interesante ¿No crees?" Sonrió Vegas mientras se alejaba de el y recogía un poco de agua de un vaso. 

"Khun... ¡Ahhh!"  Pete no pudo terminar su oración cuando Vegas ya había empapado el pecho de Pete y al instante los electrochoques habían inundado su cuerpo, entumiendolo un poco.

"Valla... funcionan a la perfección." Sonrió Vegas mientras con una sonrisa aventaba un poco de agua al pecho de Pete, haciendo que este soltará pequeños quejidos. "Ahora... a callarte." Vegas sonrió y coloco un trozo de tela en su boca, amordazándolo.

Vegas sonrió y se alejó un poco para ver el cuerpo de Pete. "Who's a Good Boy?... Who's a Good Boy?" Pero al poco tiempo comenzó a llover.

El Karma de la locura 《VegasPete & BibleBuild》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora