La Ciudad Del Pecado.

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El amor es una cosa extraña que le sucede a personas normales, es un estado de animo del cual no hay una definición exacta pero muchos saben a que se refiere. Simplemente extraño.

Ahora, teníamos a dos raros que sin sentido y sin razón comenzaron una anormal historia de amor, cosa normal en algo extraño, sin duda.

El amor de Vegas y Pete sin duda no era el mejor, en ningún sentido, pero se amaban, y era un amor extrañamente romántico, ya que a pesar de la mente trastornada que Vegas poseía, estaba dispuesto a morir por Pete. Y Pete a pesar de sus múltiples trastornos, estaba dispuesto a matarse si eso significaba tener a su Vegas.

Vegas estaba destinado a ser un demonio desde el momento en que vio como su madre drogada y alcoholizada tenia sexo con varios tipos a la vez, no solamente era eso, sino que también estaba bañada en sangre y esperma. Recuerdo que permaneció en la mente de Vegas hasta el día de su muerte.

Después de que Kan se enterará de lo que el pequeño Vegas vio, decidió separase de aquella mujer, quedando el mismo a cargo de Vegas y el pequeño Macao.

Para Kan no fue fácil criar a dos niños el solo, sin embargo lo logro y estaba orgulloso de ello, pues Vegas siempre era de las mejores calificaciones de la clase 1 y Macao prometía ser un buen chico, sin embargo lo que Kan no sabía era que Vegas era todo lo contrario a lo que el imaginaba. 

Siempre iban al templo, rezaban, hacían méritos y nunca faltaba nada en su casa, incluso Vegas y Macao llegaron a llevar a algunas chicas a su casa; a primera vista parecía ser una familia normal, nadie imaginaba que después de la escuela Macao iba a tomar y fumar en algún callejón junto a sus amigos y que Vegas se inyectaba e inhalaba cocaína antes de follar con algún tipo en algún callejón obscuro.

Pues no todo era color de rosa dentro de su hogar, los gritos y golpes para Vegas por proteger a Macao, eran pan de cada día, como todo padre, solo mostraría y presumiría los logros de sus hijos, mas nunca sus procesos. Kan nunca admitiría que golpeaba y molestaba a Vegas todo el tiempo para que fuera de los mejores. Y ni Vegas ni Macao aceptarían que vivían un infierno con su padre.

Ambos hermanos sabían los secretos del otro, sin embargo ninguno decía nada, seguían siendo Vegas, el futuro del gran señor Kan. Y Macao, el inocente pero inteligente. Los tres era su mundo, un mundo con mucha mierda, ¿pero que tanta diferencia había lejos de la realidad?.

Un día después de la aventura de Vegas y el pasatiempo de Macao; al llegar a casa vieron a su padre bastante ebrio en el comedor, bebiendo sin parar y con dificultad se paro y comenzó a caminar hacia Vegas y Macao, siendo Vegas el que escondió a Macao detrás de su cuerpo.

"Lo distraeré, ve a tu cuarto, enciérrate y no salgas." Susurro Vegas a su hermano antes de empujarlo hacia las escaleras.

"¿A donde mandas al inútil?" Preguntó Kan con pesadez.

"Cállate" Gruñó Vegas, listo para hacerle frente al ebrio de su padre. No era novedad, últimamente siempre lo encontraba ebrio en la sala de su casa.

"Vegas... Vegas... No nos equivocamos al escoger tu apodo." Sonrió el mayor. "Eres un pecado después de todo. Drogándote y follando con cualquier hombre se te cruce. Igual a la puta de tu madre, eres un desperdicio después de todo..."

Vegas se quedo callado y sin expresión alguna en su rostro. Eso hasta que Kan menciono a Macao.

"Tu hermano... Macao sabe aprender bien, va siguiendo tu camino... Ambos son un desperdició." Kan rió antes de tomar de la botella, sin embargo fue agarrado del cuello y estampado en una pared por Vegas.

"Y todo lo aprendimos de ti y de tu esposa..." Antes de que Vegas continuara, fue golpeado fuertemente en la cabeza con la botella de licor de la que Kan bebía.

El Karma de la locura 《VegasPete & BibleBuild》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora