ɴᴇɢᴏᴄɪᴏs ᴏ ¿ᴀᴍᴏʀ?
"Ella y él estaban decididos a centrado únicamente en los negocios, sin espacio para el amor. Sin embargo, el destino les depara sorpresas inesperadas en su búsqueda de éxito. ¿Serán capaces de resistir la tentación del amor en med...
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La castaña cayó lentamente en los brazos de su novio, su piel pálida contrastando con el cabello oscuro que enmarcaba su rostro. Sus ojos, apenas abiertos, reflejaban el dolor y la confusión. Jimin la miró con desesperación, su corazón latiendo desbocado, mientras las lágrimas brotaban de sus ojos sin control. "¿Ya no habrá más oportunidades para ser feliz?", pensó, sintiendo como si el mundo se derrumbara a su alrededor.
El silencio de la oficina fue roto por el eco de los pasos apresurados de Hwasa, quien salió corriendo, con una expresión de horror grabada en su rostro. La visión del cuerpo ensangrentado de Emily había dejado a todos los empleados paralizados, sus miradas llenas de shock y miedo.
—Emily, mi amor, resiste —le suplicaba Jimin, su voz entrecortada por la angustia—. No te quiero perder de nuevo.
Con un esfuerzo titánico, levantó a Emily en sus brazos y se dirigió hacia la puerta, sus movimientos impulsados por el pánico y la adrenalina. Sus manos temblaban mientras la acomodaba cuidadosamente en la parte trasera del auto, tratando de protegerla del frío metal del vehículo. El sonido de las sirenas de la ambulancia se mezclaba con el rugido del motor cuando Jimin arrancó el auto y aceleró, dejando atrás la oficina en una frenética carrera hacia el hospital más cercano.
Cada semáforo en rojo, cada automóvil en el camino, parecía un obstáculo insuperable. Jimin tocaba la bocina sin cesar, rogando para que el tráfico se despejara. Su mente era un torbellino de pensamientos oscuros, cada segundo que pasaba sin saber si Emily sobreviviría era una tortura.
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Jimin estaba desesperado, incapaz de pensar con claridad mientras esperaba en la sala de urgencias. Lo único que podía hacer era llorar, su mente invadida por los peores escenarios posibles. ¿Qué tal si ya está muerta? ¿Qué haré si la pierdo? Sus pensamientos eran un torbellino de miedo y desesperación.
La sala de urgencias estaba llena de gente, pero para Jimin, todo parecía un borrón. El sonido de los pasos apresurados, las voces de los doctores y las enfermeras, todo se mezclaba en un caos ensordecedor. De pronto, vio llegar a Jin, el asistente de Emily, que había llegado corriendo, el sudor cubriendo su frente.
