Querido sol. [Kyojuro Rengoku]

5.

Durante el resto del día en la finca Rengoku, el mismo me mostró los libros donde venía explicada la respiración, ya que primero se centró en que aprendiera la teoría y escuchara con atención la historia de la misma.
Al final agradecí que se tomara su tiempo y antes de que anocheciera partí a la finca de Tomioka.

Volvieron a pasar los días, cumplía misiones sin contratiempos o hacía encargos que Tomioka me pedía.

Después de una misión me encontraba en el río donde me gustaba descansar cuando escuché a alguien tomar mi hombro por detrás.

-Mai que gusto verte por aquí.- Volteé a ver a Uzui acompañado de Rengoku.

-Uzui, Rengoku.- Dije mientras daba una pequeña reverencia a lo que Uzui le tomó con su brazo me tomó del cuello y frotó su puño contra mi cabeza.

-Vamos, tú y yo ya no nos saludamos de esa manera tonta, acaso mi pequeña aprendiz ya me tiene respeto.-Dijo sin dejar de frotar su puño a lo que lo empuje.

-No lo hago por ti.- Dije saliendo de su agarre y poniéndome detrás de Rengoku.

-¡No sabia que se llevaban bien!.- Dijo Rengoku mientras reía.

-No lo hacemos.- le dije dije mientras le sacaba la lengua a Uzui.- Cuando me enseñó su respiración trataba de matarme.- Dije recordando su extravagante entrenamiento.

-Sigue sin superar que la deje tres dias en una cueva.- Dijo cruzándose de brazos.

-¡FUERON SEIS DIAS!.- Dije empujándolo a lo que escuchamos la carcajada de Rengoku de tras de nosotros.

-¡Uzui deberías ser más cuidadoso con tus aprendices! Por suerte Mai es muy fuerte y pudo aguantar tanto tiempo en esa cueva.- Dijo caminando hacia mi y me tomó por los hombros.- Cuando empecemos a entrenar no seré tan duro.- Dijo a lo que me sonroje pero para esto Uzui rápidamente me pasó detrás de él.

-Ni lo pienses, ella no aprenderá tu respiración, es notorio que le queda muy bien la del sonido.- Dijo cruzándose de brazos.

-Yo pienso que se vería genial manejando la de la llama, aparte Mai ya acepto ser entrenada por mi.- Dijo casi burlándose de Uzui en su cara. Este se dio media vuelta y se fue por el camino.

-¿¡A donde vas?!- Grité para que el escuchara.

-No toleraré esta falta de respeto a tu maestro, me voy antes que vaya y te encierre en una cueva de nuevo.-Dijo para finalmente salir de mi campo de visión.-¿Así es con usted Rengoku?.- Dije suspirando mirándolo.

-No muy a menudo suele ser así con todo el mundo.- Dijo riendo.

-De echo usted esta de suerte, cuando pase por el pueblo recordé lo de su postre favorito Rengoku y ¡Ta dah!.- Dije mientras le entregaba una bolsa de batatas dulces que había comprado.-Se las llevaría en cuanto terminara de descansar un rato pero que bueno que lo encontré por aquí.- Dije sonriéndole.

-¿Me acompañas a comerlas?.- dijo mientras se sentaba a la orilla del rio donde me encontraba hace un momento a lo que lo seguí.- Claro que si, de echo si no tiene prisa quisiera poder charlar con usted sobre la respiración de la llama.-Dije sentándome a su lado a lo que él asintió.

-Puedes hablarme mientras como.-Dijo mientras comía una batata.-¡Delicioso!.- Gritó.

Estuve un rato hablándole de mis dudas sobre la respiración de la llama, el escuchaba atenta mente mis preguntas y las respondía muy alegre, después simplemente estuvimos hablando de temas triviales, como el clima o sobre las misiones que realizábamos, la platica era muy amena, últimamente me gustaba charlar con el.

-Mai, Porque aún no eres una Tsuguko.- Pregunto mirándome a los ojos.- Ya tienes un rango muy alto.-Me miro confundido.

-Eso es porque un pilar debe ser el que me elija a mi para ser su tsuguko, Tomioka se niega a hacerlo porque dice que es una carga muy grande y ningún otro pilar me ah dicho nada.-Dije encogiéndome de hombros.- Tambien yo se que podría pedirle a algún pilar que me pusiera a prueba, pero prefiero no molestar.- Dije pegando mis rodillas al pecho.

-¿Y gustaría ser una Tsuguko?.- Pregunto a lo que yo asentí.-Sería un honor, protegería a muchas más personas y así me volvería mas fuerte.- Pense en la promesa que me hize a mi misma cuando me convertí en cazadora.

-¡MAI, SI ACEPTAS, SE MI TSUGUKO¡-Grito dejándome perpleja.- ¿Usted está seguro de eso?.- Pregunté con mi cara iluminada.

-¡Seria para mi el honor tenerte a ti como mi Tsuguko, eres una joven muy fuerte y con una gran capacidad muy poco común en el cuerpo de cazadores.- Tomo mis manos y las puso en su pecho.

-¡Y-Yo aceptó! Pero primero debo hablar con Tomioka sobre esto, el es mi familia y quisiera pedirle su opinión.- Dije tartamudeando.

-¡Vamos ahora mismo!.- Dijo levantándose de un brinco a lo que yo lo seguí.- Rengoku si gusta puedo hacerlo yo.- Dije apenada pero el solo demostraba emoción.- Tomioka deseara preguntar el porque te pedí ser mi Tsuguko y quiero estar ahí para aclarar que conmigo estás en buenas manos,¡seré un buen maestro!.- dijo tomándome de la mano mientras nos dirigíamos a la finca a paso veloz. 

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Datos:

[Rengoku comió más lento de lo normal las batatas que Mai le dio.]

[Mai tiene miedo de la reacción de Tomioka al enterarse de la propuesta de Rengoku.]

[Uzui no acepta que dejo a Mai olvidada en la cueva tantos días.]

[Rengoku se pregunta porque Mai nunca habla de su familia antes de llegar con Tomioka.]