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Llegamos a un pequeño local de comida que se encontraba en el centro del pueblo que estaba de paso, me sorprendí la cantidad de comida que comía Rengoku y más que cada vez que comía un bocado decía "Delicioso" me explicó que saboreaba cada bocado como si fuera el último que comeria.

La platica era amena, empezaba a soltarme más con el soltando pequeñas risas de vez en cuando cuando el decía algo gracioso o al verlo concentrado comiendo.

-Entonces tienes un poco de sordera como resultado de tus primeras misiones.- Dije llevándome los palillos con arroz a mi boca.

-Ujum, ¡ese demonio tenía una técnica de sangre demoníaca muy fuerte!- Pero eso no me detuvo al cumplir mi deber.- Dijo para volver a mirar a su plato y seguir comiendo.

-¿La respiración de la flama es difícil?.- Nunca la había visto en acción y en mi mente previa buena idea querer aprenderla.

-Un poco, al principio mi padre me entrenaba junto a mi hermano, pero después aprendí las respiraciones de los libros que padre tenía.-Dijo mirándome y me sorprendí, había aprendido las respiraciones con solo leerlas.

-Eso es genial.-Dije mirándolo, pensé un rato en lo que diría no quería incomodarlo. - RENGOKU PORFAVOR ENSÉÑEME LA RESPIRACION DE LA LLAMA.- Dije gritando y haciendo puños en la mesa mientras cerraba fuerte los ojos.

-CLARO QUE SI MAI.-Gritó de la misma manera, me sentí avergonzada de gritar así.

-Discúlpeme, quisiera ver su respiración en acción, desde que supe que podía hacer diferentes respiraciones quiero aprender más.- dije bajando la mirada.

-Cuenta conmigo Mai, ¡Serás también una gran portadora de la respiración de la llama!.-Dijo riendo.

Terminamos de comer y de nuevo empezamos el viaje de regreso a la finca de Tomioka.

. . .

-Mi téfavorito es el de grosella.- Dije respondiéndo su pregunta en ningún momento del camino la conversación se apago, nos detuvimos frente a la entrada de la finca.

-Rengoku, le agradezco enormemente que me haya acompañado hasta acá y me disculpo si lo desvíe de su camino, fue muy grata su compañía.- Dije haciendo reverencia.

-Fue un placer conocerte mejor Mai, gracias por dejarme acompañarte.- Dijo igual haciendo una reverencia.- Cuando quieras puedes ir a mi finca para que aprendas la respiración de la llama y puedes envíar a tu cuervo a avisar que irás.- Dijo pasando sus manos por su cabello alborotado.

-Tenga por seguro que iré.-Dije sonriéndole di una última reverencia, me despedí de él diciéndole que tuviera cuidado al regresar y entre a la finca.

-Tomioka estás aquí.-Dije abriendo ligeramente la puerta de su habitación.

-Mai, tardaste más de lo normal, tú cuervo aviso que fuiste herida y transladada a la finca mariposa y que por alguna razón Rengoku te acompaño hasta acá.- Dijo tomándome de los hombros y zarandeándome.- Tenias a tu amigo preocupado, perdón ya no te haré la ley del hielo, no quiero que mueras como sab.-Lo detuve poniendo mi mano en su boca, cuando estaba alterado se ponía de esa manera.

-Giyuu.-Muy pocas veces lo llamaba así, lo abrace se muy bien la carga que lleva sobre sus hombros.

-Porque no me dijiste que podías dominar otras respiraciones.-Dijo en el mismo tono.

-Porque eres un cascarrabias.-Dije abrazándolo.

-¿Y Rengoku? Porque te acompaño hasta acá.- Pregunto pude notar que ahora me estaba regañando.

Querido sol. [Kyojuro Rengoku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora