Capítulo 4

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Lena

Despertarse, tomar un baño.. no una ducha, un baño.. en una bañera. Fue increíble. Que te ayuden a vestirte como niña de cinco años cuando tu madre te está arreglando para ir a la fiesta de uno de los niños del colegio. No fue tan increíble. Más aún cuando la cara de Carol pareciera anunciar que alguien murió.

-¿Puedo preguntarde algo?
-Usted es la Princesa, supongo que puede hacerlo.- dijo con evidente fastidio
-¿Por qué te caigo mal? Quiero decir, tenemos dos días o menos de dos días viéndonos. No entiendo que hice. Si tu quisieras podría preguntar si pueden hacer un cambio y tal vez irte con cualquier otra Princesa.- volteo a ver a todos lados como avergonzada.
-No es eso señorita. Le... le ofrezco una disculpa si he sido grosera.- trato de hacer una reverencia y la detuve
-Hey. No hagas eso, realmente no soy una Princesa, yo solo vengo a divertirme en este juego que me va a permitir fingir ser una.- la tomé de la mano y la llevé a los sillones que están junto al ventanal -No te pregunte esto para que te disculparas, lo hice porque estaremos aquí un año, juntas. Me gustaría que no siempre.fuera incómodo, así que si no te agrado y no quieres estar aquí, entendería perfectamente si quisieras irte.
-Mi disculpa no fue solo por compromiso.- suspiró -La verdad es que yo no debería estar aquí. Soy hija de una de las señora que limpia el Palacio, mi hermana era la que quería ser doncella pero se lastimo un pie y no se recupero, así que tuve que ocupar su lugar.
-¿Ella quería ser doncella?
-Si. A mi hermana no le gusta estudiar. Así que su plan era ayudar a su Princesa a ganar y así ella sería Doncella tosa su visa.
-Supongo que ese no es tu sueño
-No. A mi me gusta estudiar, estoy empezando la Universidad y ahora tengo que trabajar y tratar de aprobar mis exámenes.
-¿Qué estudias?
-Publicidad
-¡Vaya! Cuando te gradues puedes venir a mi empresa a trabajar. Necesitamos un buen departamento de publicidad.- ella sonrió como si hubiera contado un chiste nada gracioso -Hablo en serio. Soy diseñadora y tengo mi propia empresa, pero no somos tan populares aun.
-¿Y como podría graduarme asi?
-Porque no necesito que me vistas y me arregles, Carol. No tengo cinco años. Si tuviera algún problema, puedo perdirte ayuda, mientras tanto traerás tus libros y tareas y re pondrás a estudiar aquí. Puedes ocupar cualquier espacio, incluso la cama. No tengo ningún problema y aquí nadie te molestara.
-Oh no, yo no podria
-Si puedes, si necesito darte la orden como Princesa, lo haré. Si tengo que hacer que te corran para que puedas estudiar, también lo haré. - algunas lágrimas se asomaron en sus ojos, pero las limpio enseguida
-Muchas gracias, Princesa
-Soy Lena. Si te causa problemas, delante de la gente dime Princesa, pero aquí en privado, soy Lena ¿Esta bien?
-Por supuesto, Lena.- me sonrió.

Una vez que estuve lista, baje al desayuno. Ahora ya sabíamos cual era nuestro lugar, así que ya no había necesidad de formarnos. Tome asiento y la cantidad de utensilios en la mesa había aumentado un poco. Ayer cuando nos retiraron todo de la mesa, solo nos había dejado un vaso con agua, una copa con vino, un tenedor para la pasta y ya. Esta vez había un tenedor pequeño y un grande, una cuchara pequeña y dos cuchillos.

Antes de bajar, Carol me comentó sobre esto, dijo que una de sus amigas era una de las camareras y bueno, me explico para que era cada cosa. Estaba nerviosa pero supe identificar cual era cual. Me sorprendí a mi misma, sonriendo ante mi calma para desayunar sin dar pequeños aplausos por lo que ahora sabía.

Levante la mirada y exactamente frente a mi, al otro lado de la mesa, estaba sentado el Príncipe con el que choque ayer. Sus ojos impasibles estaban clavados en mi y al instante se me borro la sonrisa. Parecía estar molesto con mi presencia lo que me hizo sentir incomoda todo el desayuno. Cada que levantaba la mirada me estaba viendo, no importa que estuviera comiendo o estuviera respondiendole algo al Príncipe que se encontraba a un lado de él, incluso inclinaba su cuerpo hacia un lado para decirle algo o escucharlo mejor, pero sus ojo seguan fijos en mi.

El Diario Real: Princesa Lena Donde viven las historias. Descúbrelo ahora