Enemies | Kookmin AU

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Así el rubio decidió caminar de regreso a casa en lugar de ocupar sus poderes vampíricos para aparecer allí en un pestañeo, decidió caminar para poder pensar con la cabeza fría y en lo único que podía pensar era en ese lobo de tan delicioso aroma.

Fue al llegar a casa que encontró a Seokjin y a Taemin discutiendo, algo que era común para ellos ver aunque esta vez se podía ver que era una pelea fuerte y la razón el rubio la desconocía.

— ¿Que está pasando aquí ? -preguntó el rubio

— A que no adivinas, tu hermano y Taehyung de la manada de los lobos fueron llevados a la oficina del director porque volvieron a pelear, con la diferencia de que ambos se dieron un rasguño con las uñas y debido a eso como castigo deberán hacer trabajo comunitario -explicaba Seokjin mientras Taemin lo miraba con odio y con aquel rasguño en su mejilla

— ¿Pero como pasó? ¿Taemin?

— Ese maldito perro me estaba provocando y logró ponerme de malas, no pude controlarme.. lo siento

— Y es bueno que lo sientas, pero un lo siento no arregla nada, por lo que ustedes hicieron tendré que ir a la casa de Namjoon y hacer las paces -dijo Seokjin paseándose por la sala- justo el día de hoy..

— Dije que lo siento, ¿okay? -dijo Taemin de mala gana

— Y yo te dije que un lo siento no arregla nada, es por eso que además me vas a acompañar a la casa de Namjoon y no quiero un no por respuesta porque esto es culpa tuya -y sin decir más Seokjin desapareció de la sala

Al igual que Seokjin Taemin de mala gana se fue a su habitación dejando solo al rubio en la sala que no hacía más que pensar en aquel lobo castaño y la conversación que habían tenido, lo curioso que se veía y sus pensamientos acerca del rubio.

"El es increíble"

No, no soy increíble.. -pensó el rubio mientras miraba por la ventana y recordaba los del castaño- estoy muerto en cambio tu.. podrás tener una vida normal, envejecer junto a tu amor y ver a tus hijos y nietos crecer, lo que es yo.. viviré por siempre, solo..

— Hey Jimin, ¿en qué pensabas? -dijo Chaeyoung apareciendo en la sala

— Uh.. nada importante -dijo el rubio riendo nervioso- iré a mi habitación, con permiso

Que gusto le daba al rubio ser el único de la familia que pudiera leer los pensamientos de las demás personas.