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En otro salón no muy lejos de allí se encontraba Seokjin quien había tenido que compartir salón con el líder de la manada de lobos quien amistosamente se acercó a el y se sentó a su lado.

— No te molesta que me siente aquí, ¿verdad? -preguntó el licántropo

— Oh no, no pasa nada tranquilo -dijo Seokjin riendo levemente

— Sabes.. me preocupa que los muchachos se lleven tan mal y que no puedan ser capaces de estar en una misma habitación sin discutir, más aún cuando algunos de ellos ya habían convivido con la otra especie antes.. -dijo el moreno

— Recién es el segundo día, esperemos que dentro de la semana las cosas cambien, además se nota que tus chicos son buenos -el vampiro sonrió

— También los tuyos -dijo Namjoon sonriendole

Todo el resto del salón estaba sorprendido de ver a los líderes de los eternos bandos rivales hablando tan tranquila y civilizadamente, nada comparado a los otros miembros de los bandos que no podían estar en la misma habitación sin querer comenzar una pelea o arrancarse la cabeza.

Por otro lado Jimin y Jungkook volvieron a encontrarse en un mismo salón en la última clase del día y como si nada hubiera pasado cada uno se sentó en un extremo diferente del salón, debido a que era una clase común no fue mucho lo que hicieron y debido a eso el rubio poca atención estaba prestando.

— Joven Park si mi clase le parece tan aburrida podría venir aquí adelante y leer el ultimo verso del poema que acabamos de ver -le habló el profesor al rubio que sin más se puso de pie y caminó hasta el frente del salón atrayendo la atención de todos

Cuando pueda sostener la eternidad
sobre la palma muerta de mis manos,
tendré tiempo para escribir y expresar
todo lo que siento cuando estoy a tu lado.

Aquel verso que solo pertenecía a un poema cualquiera tuvo más sentido cuando quien lo leyó fue un ser casi inmortal que gozaba de la vida eterna, sus palabras y el sentimiento que expresó a través de ellas dejó a todo el salón en silencio y al castaño viéndole fijamente, tras haber hecho lo que él profesor le había pedido el rubio regresó a su asiento mientras desde el otro lado del salón el castaño le miraba.

Su voz al leer el poema me causó escalofríos -pensó el castaño

— ¿O no que soy todo un poeta? -oyó el castaño de repente aquella voz colándose por su mente y sin más sus ojos viajaron hasta el rubio que desde el otro lado del salón le veía con una sonrisa ladina

¿Quieres dejar de meterte así en mi mente? Me perturba saber que puedes oír lo que pienso y hacerme oír tu voz sin estar hablando -pensó el castaño

— Se le llama telepatía, perro. Me causa gracia ver tu reacción al oír mi voz en tu mente

 Me causa gracia ver tu reacción al oír mi voz en tu mente

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Enemies | Kookmin AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora