Jaguars.

»Capítulo 3: Haciendo amigos y enemigos.

El miércoles para muchos era el día más atravesado de la semana. Para otros, simplemente era un día más en sus vidas, pero para Nathan y Dana era un día especial. El día en el que los mejores filetes de toda la ciudad se encontraban en la cocina del comedor de su universidad, esperando ansiosos por ser devorados por cientos de estudiantes y bueno, dos jaguares.

Como si se tratara de un niño pequeño, Nathan abrió la puerta de la sala del comedor y visualizó con agilidad la mesa en la que se encontraban sus amigos, incluida Dana, se acercó hasta la zona en la que las amables cocineras servían la comida y cogió una bandeja, poniéndose el último en la fila a la espera de tener su ansioso filete en el plato. Una vez se lo sirvieron, lo miró disfrutando de su aroma, relamiéndose los labios cual jaguar sobre su presa, y nunca mejor dicho.

-¡Buenas noches!- Exclamó el moreno sentándose al lado de Declan, mirando hacia todos con una pequeña sonrisa. Dana le dedicó una pequeña mirada algo furiosa por no haber llegado antes, pero Nathan la ignoró completamente. Tenía todos y cada uno de sus sentidos puestos en su comida. Sin más dilación, tras escuchar los saludos de su grupo de amigos, agarró el filete y comenzó a mordisquearlo con ansia, haciendo un ruido un tanto molesto que hizo soltar una carcajada a Gigi y rodar los ojos a Dana.

-Le estábamos diciendo a Dana que últimamente estáis hambrientos.- Comentó Declan, alzando una de sus cejas mientras volvía su mirada a la incómoda Dana, que miraba hacia los restos de huesos que estaban completamente limpios sobre su plato.

-¿Por?- Habló el moreno con la boca llena y las comisuras de los labios manchadas de la salsa barbacoa que le había echado. Gigi hizo una pequeña mueca de disgusto y sacudió la cabeza.

-Porque coméis demasiado y a lo bestia..- Amablemente la rubia le acercó una servilleta, que como era de esperar Nathan no cogió. Nathan le dedicó una pequeña mirada de confusión a todos sus amigos y esbozó una dulce e inocente sonrisa, volviendo toda su atención a su manjar.

-Lo mejor de todo es que Dana era vegetariana hasta hace nada.. ¿Qué te ha pasado?- Preguntó Leslie entre pequeñas carcajadas, haciendo que todos centraran su mirada en ella, haciendo así que Nathan se quitara el malestar de sentirse extremadamente observado. Dana agachó la cabeza, frunció el ceño y se encogió de hombros.

-Es que en Malibú fui a una barbacoa, probé la carne y..- La castaña se encogió de hombros y sonrió con nerviosismo, dedicándole una rápida mirada a sus amigos.

-¿Y en Malibú os enseñaron a comer como auténticos cerdos?- Preguntó Gigi, alzando una de sus cejas con superioridad y mirando a Dana, que frunció el ceño de nuevo para mirar a la rubia con cara de asco.

-Comemos normal..- Aclaró Dana, negando con la cabeza.

-¿Seguro? Díselo a tu amigo el jaguar..- Sebastien hizo una pequeña seña hacia Nathan, que continuaba ensimismado limpiando con su lengua el hueso del filete, dejándolo tan limpio como los que había en el plato de su compañera. Al sentir todas las miradas sobre él, este se detuvo por un instante, abrió un poco más de lo normal los ojos, giró suavemente la cabeza hacia sus amigos y sonrió. Todos soltaron una gran carcajada al ver al joven que tenía parte de la cara manchada y restos de carne entre sus colmillos, que eran bastante más afilados de lo normal. Dana simplemente rezó para que se tratara de un comentario aleatorio, que así era, pero ella no lo sabía.

-T-tienes un trozo de carne ahí..- Susurró Declan, haciéndole un pequeño gesto con su dedo meñique hacia el lugar en el que se encontraba dicho trozo de carne. Nathan se ruborizó y cerró la boca, relamiendo toda su cavidad bucal con la lengua para eliminar de la forma más rápida cualquier resto de carne. Dana, que llevaba un rato curioseando en su teléfono móvil para aislarse un poco de la situación, hizo que este sonara con su tono de llamada, una de sus canciones favoritas. Al escucharla y reconocerla, todos miraron hacia ella.