Episodio 33: No me rendiré.

2.3K 241 2
                                    

Derek entró a la casa que lo vio crecer, caminó hasta la sala y se echó en el mueble, estaba derrotado, no podía creer lo que estaba pasando justo cuando creyó que al fin sería feliz con la mujer que amaba... ella lo deja.

Las lágrimas comenzaron a caer de sus ojos, mientras pensaba en una manera de recuperar a su mujer.

Rebeca entró al lugar y observó a su hijo en el sofá, sus orejas y su cara estaban rojas; él solo miraba al techo perdido en su propio mundo. La mujer se acercó y tocó la frente de su hijo comprobando que estaba caliente.

—¿Estás bien? —preguntó ella sabiendo la respuesta.

—No. Estoy enamorado de una mujer a la que no estoy dispuesto a renunciar —murmuró el chico.

—No parece que ella te ame —alegó la madre con malicia.

—Ella me ama, solo que tiene miedo y la entiendo, yo también siento temor, pero por ella soy capaz de luchar contra el mundo —prometió Derek levantándose del sofá.

—A tu edad cualquier sobresalto es amor —replicó la madre en tono de burla.

—No, mamá, yo la amo y sé que ella me ama.

—¿Dónde está ella ahora?

—Se fue, no sé a dónde, pero la encontraré —aseguró el joven.

—Quizás lo mejor fue que ella se fuera, una mujer de su edad, no debe estar con un chico inexperto como tú —comentó la madre.

Las palabras le cayeron como un balde de agua fría. Su madre sabía de su relación con Alana, no es que fuera un secreto, pero lo sabía y ella no le había dicho nada.

—¿Quién...?

—Tu hermana —reveló Rebeca, la mujer se aceró a su hijo y tomó sus manos—. Sé que no lo ves ahorita, pero que esa relación llegara a su fin fue lo mejor que ha pasado.

—¿Si es lo mejor, por qué siento que este dolor me ahoga y no me deja respirar? ¿Por qué no tengo ánimos de nada? —Derek se soltó del agarre de su madre y se giró para que no lo viera llorar.

—El dolor pasará y te darás cuenta de que ella no te convenía.

Derek se giró y miró a su madre, las lágrimas caían manchando sus mejillas.

—¿No me conviene? ¿Lo dices porque ella es mayor que yo?

—Claro que lo digo por eso, ella ha vivido su vida. ¿Por qué ella te va a robar tu juventud?

Derek observó a su madre y lo supo, ella había hablado con Alana.

—¿Qué fue lo que hiciste? —preguntó con el alma rota.

—Lo que debía hacer para protegerte —contestó ella.

—No, mamá, me has roto de tal forma que ahora mismo no me reconozco. —Derek sintió sus piernas pesadas, pero aun así camino a la salida.

—Era por tu bien —gritó la madre desesperada.

—No, lo haces porque te da miedo lo que pueda decir la sociedad. ¿Por qué contigo y con mi padre es diferente?

—No te sigo —admitió la madre.

—Mi padre te lleva 15 años, pero allí no está mal ni eres juzgada, porque así es como se debe ser. Pues sí, aún no lo sabes, para el amor no hay edad —declaró el muchacho.

—No vayas tras ella —le advirtió la madre furiosa.

—¿Qué harás si la busco? —indagó el muchacho.

Amarte; es mi PecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora