Episodio 28: Destrucción.

2.6K 268 26
                                    

Nathan agarró a Derek por la camisa y lo pegó a la pared. Acto seguido le encestó dos golpes en el rostro.

Alana entró a la casa cuando escuchó los gritos y se dio cuenta de la escena. Nathan estaba golpeando a Derek y este le devolvía los golpes. De pronto, Derek le dio un golpe a Nathan con el codo y este cayó al suelo, pero antes de que el muchacho se le fuera encima, Alana se interpuso en su camino y puso sus manos en el pecho de joven.

—No vale la pena —declaró ella, pero podía ver como la cara de Derek comenzaba a enrojecer producto de los golpes. Se giró y se encontró con Nathan de pie—. Vete, no tienes nada que hacer aquí.

—Mamá tiene razón, estás alterado y estas no son formas de resolver las cosas —convino Jackson.

—Es que no lo entiendes. Tu madre se anda revolcando con el idiota que tienes por amigo —reveló Nathan furioso.

La sala quedó en silencio.

Jackson pasó la vista por la sala, Derek, sujetaba a su madre por la cintura; Nathan estaba rojo de ira y su respiración era regular y Rue, esa muchacha, tenía una media sonrisa en el rostro disfrutando la escena.

—¿Qué necesidad tienes de meterte en la vida de los demás? —indagó el joven.

—Creo que no has entendido —dijo Rue dejando de sonreír—. Mi hermano y tu madre...

—La que no entiende eres tú. ¿Qué maldita urgencia tienes en joderle la vida a todos? Claro, como la tuya es una mierda, te molesta ver a los demás felices —manifestó el chico molesto.

—Espera un segundo —intervino Nathan—. ¿Me dices que tú lo sabías?

—Es difícil, no notar, cuando una mujer es feliz —expresó Jackson.

—Hijo... —comenzó a decir Alana, pero las palabras se quedaron atoradas en su garganta.

—No te juzgo —aseguró el joven—. Desde siempre lo único que había deseado era verte feliz. Y si eso lo logras estando con Derek, entonces, yo también lo seré.

—¡Maldito, infeliz, te abrí las puertas de mi casa! —gritó Nathan abalanzándose sobre Derek.

El muchacho no tuvo mucho tiempo, pues, delante de él, estaba Alana, como pudo, la apartó del camino y recibió el golpe de Nathan.

Derek retrocedió un par de pasos y lo primero que observó fue si Alana estaba bien, al darse cuenta de que estaba a salvo. Tomó a Nathan del cuello, lo pegó a la pared y comenzó a golpearle.

—Tenías a la mujer más maravillosa del mundo, pero elegiste ignorarla, engañarla y ahora que ella es feliz, vienes a joder. No lo voy a permitir. —Derek golpeaba el rostro de Nathan con fuerza.

Jackson tomó a su amigo y lo separó de su padre.

—¡Basta! —exclamó Alana llorando—. Nathan vete, eres el menos indicado para reclamar nada. ¡Largo!

—Te vas a arrepentir —sentenció Nathan escupiendo sangre al suelo.

Derek tomó a Alana de la cintura y la puso detrás de él.

—De lo único que me arrepiento, es haberme casado contigo —declaró la mujer con tenacidad.

—Eres tan estúpida, que jamás te diste cuenta de nada —comentó Nathan con sorna.

—Vete o llamaré a la policía —intervino Jackson.

—Ya me voy —dijo Nathan levantando las manos—. Solo una cosa más. Eres idéntica a tu madre, a tu verdadera madre.

Amarte; es mi PecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora