-𝟓-

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Steve y Robin estaban detrás del mostrador de Family Video, pasando el tiempo hablando. Robin arreglaba los broches de su chaleco de trabajo mientras Steve jugaba con el ordenador, haciendo clic en absolutamente nada.

Era un martes por la tarde y, por supuesto, no tenían clientes. Sólo los fines de semana había mucho trabajo por aquí, e incluso entonces, no era mucho.

"¿Así que has estado todo el día flipando porque crees que Eddie podría ser gay?" preguntó Robin, asegurándose de entender la situación.

"Sí", respondió Steve, sin volverse hacia ella, con los ojos puestos en el monitor. El recuerdo de fumar con Eddie surgió en la mente de Steve. La forma en que Eddie lo miraba fijamente en la habitación teñida de azul, la forma en que miraba los labios de Steve. Steve sacudió la cabeza mientras su ritmo cardíaco comenzaba a aumentar.

"¿Pero qué tiene que ver eso contigo?" Preguntó Robin confundido. "Digamos que es gay. ¿Por qué te asustas por ello?"

"¡Robin! ¿No has oído todo lo que te acabo de decir? Estuve en su caravana, fumamos, me miró... de forma extraña. Apuesto a que piensa que soy gay y que estoy enamorado de él, cosa que... no es así", explicó Steve minuciosamente.

"Bien..." El cerebro de Robin estaba disperso. "Entonces... pregúntale a él". Se encogió de hombros.

Steve se volvió hacia ella, con los ojos muy abiertos. "¿Estás loca? No puedo simplemente preguntarle si es gay". Steve empezó a pasearse detrás del mostrador, pensando en formas de averiguar las intenciones de Eddie con él.

Robin suspiró. "Creo que estás exagerando. Incluso si es gay, ¿realmente crees que estaría enamorado de ti?", preguntó, cruzando los brazos.

"Tendrías que haber visto cómo me miraba", le dijo Steve a Robin, lo que hizo que ésta levantara las cejas. "Te juro que si lo hubieras visto, no me estarías preguntando eso".

La pequeña campana situada sobre la puerta de la tienda sonó, anunciando la entrada de un cliente. Era una chica de la edad de Steve y Robin. Se acercó al mostrador. "¿Podría mostrarme dónde están todas las películas de terror, por favor?", preguntó la clienta a Robin.

Robin asintió y salió del mostrador, guiando a la chica hacia la sección de películas de terror en la parte trasera de la tienda. Steve pudo oírles hablar y discutir sobre las películas, así que se limitó a poner los ojos en blanco, sabiendo que Robin estaría un rato con la clienta.

El timbre volvió a sonar: había llegado otro cliente. Steve conocía muy bien a este cliente: su pelo largo, el tintineo de sus cadenas al caminar, el taconeo de sus botas, sus ojos.

A Steve se le cayó el corazón al estómago. Quiso llamar a Robin, pero ella estaba demasiado ocupada con el otro cliente del fondo, parloteando sobre cine.

Eddie se acercó al mostrador con un brillo en los ojos. "¿Harrington? No sabía que trabajabas aquí", dijo, con un toque de sorpresa en su voz.

Steve trató de mantener la calma, asintiendo a Eddie. "Sí, empecé a trabajar aquí la semana pasada a tiempo parcial", respondió Steve, aclarándose la garganta. "¿Puedo ayudarte con... algo?"

A Steve no le gustaba Eddie, en absoluto, de hecho. No le gustaba la forma en que Eddie lo hacía sentir. Las piernas de Steve se convertían en gelatina cuando Eddie estaba cerca, siempre tartamudeaba cerca de él, su corazón latía rápidamente incluso con el simple pensamiento de Eddie, y Eddie hacía que Steve se sintiera como un desastre ansioso.

Dios, cómo odiaba Steve a Eddie por eso.

"Sólo quería devolverlas", le dijo Eddie a Steve encogiéndose de hombros, colocando tres películas sobre el mostrador. Steve las cogió y empezó a escribir en el ordenador. Mientras Steve pulsaba el teclado, Eddie intentaba entablar una pequeña charla. "Así que sobre el informe del laboratorio... Puedo ayudarte, si quieres", sugirió Eddie.

Steve ni siquiera hizo contacto visual con el chico de pelo largo. Sus ojos permanecieron fijos en el monitor. "Está bien, yo puedo encargarme", contestó, manteniéndose firme en la idea de escribir el informe de laboratorio solo.

Eddie se mordió el interior de la mejilla y asintió. Qué tipo tan testarudo era Steve Harrington, y cómo odiaba eso Eddie. Steve se volvió hacia él y asintió, haciéndole saber que ya podía irse. Pero Eddie no quería irse todavía.

"En realidad, ¿podrías ayudarme a buscar una película de acción con, por ejemplo, mucha sangre y peleas?" Eddie preguntó, sabiendo que Steve no podía decir que no. Era su trabajo después de todo.

Steve lo superó. O bien este Eddie era extremadamente molesto por naturaleza, o bien le encantaba molestar a Steve.

Steve suspiró y se dirigió a la sección de películas de acción, Eddie lo siguió. "Están todas aquí. Diviértete". Steve estaba a punto de volver al mostrador cuando de repente sintió que la mano de Eddie le rodeaba el brazo.

Eddie lo atrajo hacia él. Steve estaba demasiado aturdido para ceder, así que se dejó tirar. "Tío, ¿me estás evitando o algo así? Sé que no somos amigos ni nada, pero desde ayer, has estado actuando jodidamente raro".

Steve no sabía qué decir. ¿Era tan obvio? Por supuesto que lo era. "Uhh", Steve buscó una respuesta. "No, sólo... he estado estresado y todo eso".

Eddie se sorprendió a sí mismo preocupándose demasiado por el tipo que tenía delante. ¿Qué le importaba si Steve estaba actuando raro? ¿Y qué si Steve lo estaba evitando? ¿No lo hace todo el mundo? Eddie finalmente soltó el brazo de Steve.

"Sí, sólo preguntaba", dijo Eddie, dándole a Steve una palmada en el brazo. "Llámame si necesitas ayuda con el informe", le recordó a Steve mientras se alejaba y salía de la tienda.

Steve se quedó parado. Se acercó lentamente a tocar el lugar exacto donde Eddie lo había agarrado. La parte superior de su brazo estaba caliente por el duro agarre de Eddie.

"Deberías llamarle" dijo Robin, haciendo que Steve saltara y se diera la vuelta rápidamente. "Averigua si es gay o no, ya que al parecer es lo único en lo que puedes pensar en este momento", sugirió ella, dedicándole una sonrisa.

"¿Viste eso? ¿La forma en que me agarró?" exclamó Steve, caminando hacia Robin. Ella negó con la cabeza. "Te lo juro, Robin, él... él no está metido en..."

"¿Tetas?" Robin terminó la frase de Steve con una pequeña risa. Steve dejó escapar una risa, y por primera vez hoy, se sintió relajado.

"Sí, las tetas", aceptó Steve con una sonrisa. ¿Qué haría él sin Robin Buckley, honestamente?

Además, ella le dio una gran idea.

Steve podría averiguar fácilmente si Eddie Munson era gay o no sin tener que preguntarle.

Así que Steve iba a llamarlo.

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N/A: estas perras gay
N/T: Este capítulo se iba a publicar el miercoles, pero como veo que estan muy prendidos con la historia les dejo este regalito♡♡♡

𝐈 𝐖𝐈𝐒𝐇 - 𝐒𝐭𝐞𝐝𝐝𝐢𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora