Capítulo 7

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Despertó en una cama que no era la suya, miró alrededor y tampoco reconoció la habitación en la que se encontraba. Recordó lo ocurrido en la carretera y supuso que Zhan lo había llevado a algún lugar que no conocía.

Salió de la habitación procurando ser sigiloso, pero no tuvo suerte en su intento de escapar de ahí, ya que se encontró con un chico en el pasillo.

—Veo que ya has despertado.

—¿Tú también eres como Zhan? —preguntó a la defensiva.

—Sí, también soy un vampiro, o chupasangre, como quieras llamarnos —el chico respondió divertido—. Mi nombre es Darren, soy amigo de Zhan.

—¿Dónde estoy?

—Esta mansión pertenece a Zhan, ese chico lleva mucho tiempo en este mundo y ha podido acumular una gran fortuna.

Yibo lo miraba con temor, confundido, desorientado, sin prestarle real atención. No quería estar ahí, pero la situación no estaba a su favor, no podría salir de ese lugar, no tenía oportunidad contra Zhan, mucho menos si ahí había más criaturas como él.

—Tranquilo, no te haremos daño, Zhan ya nos ha amenazado a todos. Si algo te pasa, no dudará en matarnos.

—¿Hay más de ustedes aquí?

—Sí, así que te agradecería que tengas cuidado con herirte, podemos controlarnos, pero el olor a sangre siempre es tentador. —Yibo asintió nervioso—. Por cierto, Zhan regresará pronto, si gustas puedes esperar en la habitación o dar una vuelta por el lugar, pero te advierto que es mejor que no intentes escapar, no queremos pasar malos ratos.

—Me quedaré aquí. —Yibo lo miró con repentina curiosidad—. ¿Puedo preguntarte algo?

—Claro.

—¿Por qué tus ojos no son rojos?

—Oh, eso es porque nuestros ojos se vuelven rojos en determinadas situaciones, por ejemplo, cuando bebemos sangre, cuando atacamos o cuando nos enfadamos.

Al escucharlo, Yibo instintivamente llevó una mano a su cuello y notó la mordida que Zhan le había hecho. Darren vio el temor en los ojos del castaño y supuso a qué se debía.

—No te preocupes por eso, pronto sanará

—Pero... ¿seré como ustedes?

—No, para eso es necesario más que solo una mordida de Zhan, también debes beber su sangre antes de que cicatrice la mordida. —Sus palabras solo lograron inquietar más a Yibo—. Lo siento, Yibo, debo irme. Cualquier cosa no dudes en hacerla saber.

Darren se despidió y lo dejó solo en el pasillo. Yibo regresó a la habitación pensando en las palabras de Darren. Zhan no lo obligaría a beber su sangre, ¿cierto? Porque definitivamente no lo haría por las buenas, él no quería ser uno de ellos.

Con ese pensamiento en mente, pasó casi toda la tarde analizando las opciones que podría tener para escapar de ese lugar, pero, por más que le daba vueltas, era cada vez más claro que no tenía posibilidad alguna de huir.

Entonces cayó la noche y Zhan entró a la habitación. Yibo, en un acto reflejo, se alejó cuando vio que el mayor se acercaba a él.

—No te haré daño, Yibo, deja de alejarte de mí.

—No te creo, ¿ves aquí? —Señaló su cuello—. ¿Crees que aplica a eso de no hacer daño?

Zhan desvió la mirada, no respondió, sabía que no debió hacer eso, pero en ese momento estaba molesto, frustrado, no estaba pensando con claridad.

—¿Qué? —habló Yibo al ver que Zhan no respondía—. ¿Quieres convertirme en alguien como tú? No quiero, escucha bien, no quiero ser como tú y no puedes obligarme.

—Eso está fuera de discusión, pero no te preocupes, todavía no es tiempo.

—Y nunca lo será —desafió Yibo—. Encontraré la forma de escapar de ti, me oyes, no creas que me has vencido tan fácil.

Zhan ya estaba irritado, había ido con las mejores intenciones, quería ser amable, ofrecerle algo de comer al menor y ver si necesitaba algo, pero Yibo no estaba poniendo de su parte, insistía en desafiarlo y eso lo hacía enfadar.

—No puedes contra mí.

El pelinegro tomó a Yibo de forma brusca y lo arrojó sobre la cama. Sin cuidado, Zhan se posicionó sobre el castaño y rompió la camisa que éste traía puesta, haciendo saltar por todas partes los botones.

—No, Zhan, déjame. —Yibo forcejeaba, pero Zhan era mucho más fuerte—. No me toques.

Zhan atacó el cuello y el pecho de Yibo, besó y dejó pequeñas mordidas para marcarlo. No dejaba de tocarlo, y el castaño no dejaba de forcejear.

—¡No! ¡Zhan, no quiero! —Yibo se estaba desesperando—. No... no me toques.

Pero Zhan no le hacía caso, lo calló con un beso y mordió sus labios hasta hacerlos sangrar. Estaba siendo brusco y agresivo con sus caricias, no se daba cuenta de que estaba lastimando a Yibo. Dejó los labios del menor y bajó a su cuello.

—¡Detente! ¡Zhan! ¡No quiero!

Ya era presa del pánico, no quería estar con Zhan, no quería que lo obligara a hacer algo que no deseaba, no quería que lo forzara. Zhan lo estaba lastimando, pero no solo de forma física, Yibo sentía cómo su corazón se rompía y sabía que no resistiría una desilusión más.

—¡Prometiste que nadie me lastimaría! ¡Ni siquiera tú! —gritó Yibo con lágrimas en sus ojos.

Zhan se congeló, aquella promesa era una que le hizo a Yibo cuando tenía siete años. ¿Lo había recordado? Eso no podía ser.

—¿Qué?

—Me haces daño, Zhan. —Lágrimas amargas bajaban por sus mejillas—. Dijiste que siempre cuidarías de mí.

Yibo sujetó su cabeza con ambas manos y se quejó por una fuerte punzada en ella, probablemente debido a los recuerdos que luchaban por regresar, luego perdió la consciencia.

—Lo siento, lo siento, cariño, perdóname, por favor. —Zhan lo acunó en sus brazos, totalmente arrepentido—. Solo... no quiero perderte... no quiero que me alejes... tu rechazo me duele...

Acomodó a Yibo en la cama y abandonó la habitación. Se odiaba por lo que estuvo a punto de hacer, él no quería lastimarlo, no quería hacerle daño.


.........


Darren entró al estudio de Zhan y se sentó en la silla que se encontraba frente al escritorio donde trabajaba su amigo.

—¿Qué sucede? Sabes que no me gusta que me interrumpan cuando estoy aquí.

—Lo siento, es importante.

—Habla.

—Wen Xu te está buscando, dicen que ha estado reuniendo algunos aliados.

—¿Aliados? ¿Acaso planea atacarme?

—¿Crees que quiera vengarse por lo que le hiciste a su hermano?

—Puede ser.

—Pero, ¿por qué ahora? Lo de Wen Chao ocurrió hace años.

—Quizá no lo hizo antes porque permanecí cerca de Yibo, cuidándolo desde las sombras, y el pacto de nuestra raza no permite atacar en territorio humano. O quizá... —Lo meditó por un segundo antes de darle una orden a Darren—. Aquí Yibo corre peligro, aumenta la seguridad, protéjanlo con sus vidas si es necesario, estoy seguro de que el ataque en la carretera está relacionado, no era un simple vampiro recién convertido en busca de sangre.

Darren asintió y se retiró. Zhan estaba decidido, si Wen Xu iba por él, estaría preparado.

Siempre mío (ZhanYi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora