1. La castaña, pelirroja y pelinegra

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Dahyun nunca olvidará el día en que vio a Sana por primera vez. Era sábado por la mañana y llovía en Seúl. Dahyun amaba la lluvia, especialmente cuando aparecía de un momento a otro sin avisar. La castaña y estudiante de último año de teatro tenía una rutina muy establecida. Todos los sábados caminaba por el centro de Seúl y trataba de entrar a alguna tienda nueva, sólo porque lo encontraba entretenido.

La lluvia no dejaba de caer y la ropa de Dahyun se demoró 3 minutos en empaparse por completo. Así que, sin pensarlo mucho decidió entrar a una pequeña tienda que se encontraba pegada a una panadería y comida típica coreana.

Al entrar se dio cuenta que el local no era grande, pero tampoco tan pequeño como lo había imaginado. Tenía plantas colgando desde el techo, vinilos por doquier, todo tipo de revistas de música, repuestos para instrumentos, CD's, remeras y polerones de grupos musicales. También había una máquina dispensadora de dulces ácidos, un estante de diferentes tipos de libros y una zona de cafetería. Era realmente bonito.

Después de observar algunos segundos se dio cuenta que, la tienda, tenía hartos clientes adentro – "supongo que es un buen lugar después de todo" – pensó mientras dejaba su abrigo colgado a la entrada. Caminó hasta el interior y no tardó en darse cuenta que, la tienda no tenía muchos vendedores. Sólo dos. Y las dos eran chicas.

-Hola – saludó una de las dueñas.

-Hola.

-¿Deseas beber algo?

-¿Tienen chocolate caliente? – Momo sonrió al escuchar esa pregunta - ¿dije algo gracioso? – Dahyun se río.

-Nunca piden chocolate caliente.

-Es gusto de personas con paladar fino – la mesera estiró el brazo y le mostró el puño - ¿quieres que lo choqué? – la chica asintió con la cabeza. Dahyun lo encontró adorable.

-Está bien – Dahyun lo hizo.

-Team chocolate caliente entonces.

-Sí, gracias.

Después de que la dueña o mesera se fuera, Dahyun sacó un libro y comenzó a leer. No sin antes, echarle una última mirada a la tienda. Las plantas y las flores que lo decoraban eran llamativas. Sus colores no eran comunes y eso llamaba la atención. Su mirada aún estaba perdida en las rosas de un rojo intenso, cuando su mirada se desvió hacia una chica de cabello rojo, con perfil perfecto y cabello liso.

La chica parecía querer vender el vinilo de "The Beatles" a toda costa. La chica le regalaba la sonrisa más honesta y brillante a su cliente que, ella hubiese visto en el pasado. Dahyun pensó que sus dientes brillaban y que sólo a ella le quedaba bien el color rojo intenso – linda – dijo en un volumen de voz en donde sólo ella podía escuchar.

-Tu chocolate caliente.

-Gracias – Dahyun notó que venía una rebanada de pastel de chocolate – yo no pedí esto.

-No te preocupes, invitó yo – entonces Dahyun se permitió mirar más de lo normal a la chica que tenía frente a ella. Tenía el cabello negro y largo. Ojos café oscuros, un lunar en el costado derecho de su cuello, delgada, piel blanca, labios gruesos - ¿Pasa algo?

-No – mintió – muchas gracias por el pastel.

-No te preocupes. Si necesitas algo más, por favor avísame.

-Gracias... Mmm...

-Momo, me llamo Momo.

-Momo – repitió el nombre casi como un susurró – me llamo Dahyun.

-Dahyun – la mesera repitió lo que Dahyun había hecho. Estaba segura, de que había sentido como se le erizaba los bellos del cuello cuando la chica había susurrado su nombre – un gusto.

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