7. Los nervios de Dahyun

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Las tres chicas habían dormido durante gran parte de la tarde. Para cuando Dahyun despertó, eran las 5 y se dio cuenta, de que no alcanzaría a llegar a su clase. Así que decidió avisarle a su profesor que había tenido un problema familiar y no podía asistir a clases. Sabía que no le haría problema alguno. Ella era la mejor de la clase.

Al abrir sus ojos, lo primero que observó fue a Momo entre ella y Sana con su rostro completo hacía ella. Dahyun se entretuvo observando las facciones de la chica. No podía creer que fuera tan linda. Claro, Sana también lo era, pero Momo tenía algo que la hacía querer lanzarse encima y no dejar de besarla. Quizás, era esa aura de mujer adulta que trataba de entregar, pero le encantaba.

Momo tenía los labios levemente abiertos. Se podía ver algunos centímetros de sus dientes frontales. Su cabello estaba desordenado sobre la almohada. Todo su rostro parecía estar descansando.

-¿Muy linda verdad? – Dahyun se sobresaltó al escuchar la voz de Sana – Disculpa, no quería asustarte.

-Descuida.

-¿Te tienes que ir?

-No, avisé que no iría a la universidad.

-¿Por qué?

-No alcanzó.

-¡Oh! Lo siento.

-Tranquila, no pasa nada – Dahyun tomó la mano derecha de Sana, que estaba sobre el estómago de Momo – sigue durmiendo, bajaré a preparar la cena.

-Puedo bajar contigo.

-No es necesario. No creo que le guste despertar y darse cuenta que está sola en la cama.

-Es una adulta Dahyun. Sé que se ve hermosa durmiendo y parece un bebe, pero es una adulta. Créeme –Dahyun sonrió – de todas formas, bajaré contigo, se me fue el sueño.

-Bueno.

La pareja bajó mientras se besaban. A Dahyun le encantaban los besos de Sana. Estaba segura, de que, se podía volver adicta a ellos, pero, aunque estaba besando a Sana, no dejaba de pensar en Momo. Necesitaba sacarse ese maldito peso de su espalda de una vez por todas.

-¿En dondé estás cuando te estoy besando?

-¿En dónde crees que estoy?

-¿Pensando en Momo?

-Sí.

-¿Qué es lo que ocurre con ella?

-Estoy ansiosa.

-¿De qué? – Dahyun se ruborizó y Sana comprendió todo - ¡Oh!

-Sé que ella y tú...

-Somos las tres. Siempre he sabido que somos las tres. Desde la primera vez que te besé y se sintió tan bien, supe que, aunque se sintiera así de bien, faltaba algo más o, mejor dicho, alguien más.

-Creo que no podré detenerme cuando lo haga.

-Me paso lo mismo.

-¿Cómo fue?

-¿EL beso?

-Sí.

-Fue... fue como siempre me lo imaginé. Tiene unos labios muy suaves y sabe ocuparlos – Dahyun notó como las mejillas de Sana se ruborizaban al recordar el beso – ella quiere pasar tiempo contigo Dahyun.

-Ni siquiera puedo mirarla a los ojos – Sana sólo sonreía - ¿Por qué te ríes?

-Bueno, me haces recordar a cuando me di cuenta que estaba enamorada de ella y cuando me di cuentas de que estaba enamorada de ti también. Porque lo estoy – se hizo silencio entre ambas – no sé cómo termine todo esto, pero sí sé que quiero intentarlo. Quiero intentar estar contigo y con ella al mismo tiempo. Que vivamos juntas las tres, que salgamos las tres y, si alguna quiero tener una cita a solas con la otra que no sea tema de discusión. Quiero disfrutar todo de la manera más orgánica posible.

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