3. Puzle

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Momo no había visto mucho a Sana como le hubiese gustado. Agradecía que trabajaran juntas, porque se había convertido en el único momento en donde podían conversar, reírse y contarse las cosas.

Sana había estado saliendo con Dahyun hace dos semanas aproximadamente. La pelirroja le confesó que no era nada serio aún. Después de todo no se habían besado aún y Momo agradecía silenciosamente esa información.

-¿Por qué crees que no me besa? – le preguntó Sana a Momo mientras almorzaban en la cafetería – cada vez que estoy con ella se siente genial. No puedo negarlo. Es amable, gentil, graciosa y le encanta escucharme. Cada vez que le cuento algo ella está con los ojos bien abiertos mirándome – la pelirroja sonreía mientras observaba su comida.

-No tengo idea Sana, quizás, quizás está esperando el momento correcto.

-Hemos tenido muchos momentos especiales Momo – y la pelinegra lo sabía, lo sabía porque Sana le contaba todo con lujo de detalle. Momo sabía que se habían dado las manos, que habían ido a comer a todos los restaurantes que Momo había pensado en llevar a Sana alguna vez. También supo cuando la pelirroja se quedó a dormir en el departamento de Dahyun. Jamás olvidaría esa noche. Probablemente, la peor noche de su vida.

-Me encantaría poder ayudarte querida amiga, pero le estás pidiendo mucho a alguien que no ha tenido pareja en un buen rato.

-Es verdad, no eres muy buena en las relaciones – Momo se sintió ofendida, pero trató de no demostrarlo – tengo una idea.

-¿Cuál?

-Una cena.

-¿Una cena?

-Sí, en nuestro departamento – Momo no respondió – le avisaré a Jihyo y Jeongyeon también – Jihyo y Jeongyeon eran las mejores amigas de Sana y también eran pareja entre ellas. Llevaban 3 años de relación y vivían juntas hace uno. La pelirroja siempre las envidió de cierta manera. Cada vez que las veía no podía evitar imaginarse a Momo y a ella en las mismas circunstancias, pero, desde que había conocido a Dahyun, sus pensamientos con Momo no hacían más que volverse más constante de lo que ya eran, pero también eran los de Dahyun. Todo era muy confuso - ¿Podrías ayudarme con la comida? – Momo quería responder que no.

-Sí, claro.

-Perfecto. Será mañana.

-Invitaré a Chaeyoung y Nayeon – Sana la miró - ¿Qué?

-¿Por qué las quieres invitar?

-¿Por qué no? Dahyun será alguien constante en tu vida y vivimos juntas. Así que, creo que es bueno que Dahyun conozca a las dos personas más importantes en mi vida y, mejores amigas. Así que las invitaré.

-Está bien – el almuerzo siguió en completo silencio.

Después del trabajo Momo decidió ir al bar de Chaeyoung. Sana ni siquiera le preguntó si podía ir con ella, porque tenía planes con Dahyun. Momo lo sabía y su corazón sufría. Su corazón venía sufriendo desde que Dahyun había entrado por la puerta de la cafetería y no tenía idea del por qué.

-¿Por qué Nayeon está acá? – preguntó la pelinegra cuando se sentó en el bar.

-Llegó hace una hora – Momo miró a Chaeyoung – vino a decirme que le gusto – la pelinegra se sorprendió.

-¿Por qué no te ves feliz?

-No sé qué decirle, aún estoy en shock.

-Te lo dije el otro día.

-Sí, pero pensé que era broma.

-¿Por qué bromearía con eso?

-¡Oh! Momo.

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