4. Face to Face

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Había pasado casi un mes y medio desde que Sana y Dahyun habían comenzado a salir. Sana estaba increíblemente feliz y Momo lo veía todos los días en el trabajo. Su sonrisa se adueñaba de todo lo que la rodeaba. Momo no sabía cómo lidiar con todas las emociones que tenía diariamente.

Habían noches en donde Momo no dormía absolutamente nada. Sus madrugadas las estaba pasando viendo dramas. Había hecho que Nayeon y Chaeyoung se obsesionara con algunos de los que ella miraba. De vez en cuando Sana enganchaba con ella cuando veía en el living del departamento que compartían.

-Tienes que hacer algo – le dijo Nayeon a Sana cuando entró a la cafetería ese día.

-¿De qué hablas? – la pelinegra notó el semblante brillante y único de Sana - ¿Nayeon?

-¡Oh! Lo siento, es sólo... te ves... te ves bien – Sana sonrió – supongo que estar con Dahyun si te hizo realmente bien.

-Era bonita estando sola también. Al menos eso decías antes – Nayeon se ruborizó al pensar que, en algún momento de los comienzos de su amistad le había gustado la chica que tenía frente a ella. Pero nadie podía culparla. Sana tenía esa personalidad burbujeante que volvería loca a cualquier chica - ¿Nayeon?

-No puedo verme un drama más Sana, eso pasa.

-¿Se trata de Momo? Me he dado cuenta que está obsesionada con los dramas.

-Sí, bueno. Debes hacer algo.

-¿Por qué debo hacer algo yo?

-Vives con ella – Sana no entendía su lógica - ¡Oh vamos! Momo ha cambiado en muchos aspectos, no sólo en su obsesión con los dramas. Serías una estúpida si no te dieras cuenta – la pelirroja frunció el ceño – pero, si no te has dado cuenta es mejor que empieces a observar mejor Sana – Nayeon tomó su bolso – tengo que ir a trabajar, nos vemos.

Sana se quedó en el mesón con un montón de pensamientos aleatorios en el interior de su cabeza. Era cierto que ya no pasaba el mismo tiempo con Momo que antes. Que a veces llegaba tarde al departamento y pasaba directo a su habitación sin ver si su mejor amiga dormía o no en casa. Pero también, era una manera de poner límite a los sentimientos que, de ella, que aún estaban ahí. Los sentimientos por Momo han estado siempre. Parecía que a su corazón no le importaba que ella estuviera saliendo con Dahyun. Hacía que Sana se volviera loca con las dos.

-¿En qué piensas? – Momo apareció con un café para ella y para Sana.

-Gracias – la pelirroja dio un sorbo – Creo que a Nayeon le molesta que te hayas vuelto una obsesiva con los dramas.

-No es obsesión.

-Siempre te gustaron los dramas, pero rara vez terminabas uno.

-Digamos que ahora tengo tiempo para verlos – Pero Sana no entendió esa excusa. Nada había cambiado en la vida de Momo que hiciera, que sus tiempos cambiaran mucho – pero no tienen de que preocuparse. Pararé de ver tantos dramas.

-No me molesta.

-Tranquila – Momo tomó la mano derecha de Sana y la pelirroja comenzó a sentir como todo su cuerpo se adormecía de a poco – te haré caso.

-¿A qué te refieres?

-Tengo una cita – Momo está segura que sintió, como la mano de Sana comenzó a tener espasmos - ¿Estás bien?

-Sí... es sólo... ¿En qué momento decidiste tener citas? ¿Por qué no me lo dijiste?

-Sana, no sé si te has dado cuenta, pero no nos comunicamos como antes. Las cosas han cambiado un poco desde que estas con Dahyun. Todo tu tiempo es para ella – la pelirroja tragó en seco – no te estoy reprochando nada, porque si tú eres feliz yo también lo seré. Y se te ve muy bien.

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