9. Sana y yo somos tuyas

208 20 6
                                    

Dahyun les había dicho a Momo y Sana que necesitaba un día para pensar las cosas, pero se había alejado de las chicas una semana y media. La pelirroja intentaba llamarla todas las mañanas y la pelirrubia todas las tardes. Por las noches eran mensajes. Pero Dahyun necesitaba alejarse y concentrarse en los exámenes finales. No les había dicho a las chicas, porque sabía que no podría concentrarse con ellas al lado. No después de lo que había pasado con ellas. Los gemidos de Sana y las órdenes de Momo aún resonaban en su cerebro. No podía olvidar ese momento y se estaba volviendo loca por repetirlo o, al menos, ser lo suficientemente valiente para salir corriendo hacia sus brazos. Pero la distancia era necesario para ella.

Los primeros días estudio dos noches completas seguidas. Sólo se había alimentado de cafés, energéticas y papas fritas. Igual no era nada nuevo. Dahyun nunca pudo regularizar su alimentación cuando estaba en semana de exámenes. Su ansiedad simplemente la superaba, pero esta vez había un plus en la historia. El plus era qué, sus dos almas gemelas eran parejas y estaban disfrutando de su relación después de esperar años y, aparte, existía ella y no podía dejar de sentir todo lo que pasaba con ellas dos. Se había llenado de emociones lindas. Pudo sentir todo el amor que se sentían y el que tenían para entregarle desinteresadamente. A veces podía sentir la sensación de sus risas. Su corazón solía latir de una manera diferente cuando las dos se reían juntas. Era increíble la conexión.

Le quedaba un maldito examen para dar y pidió ser la primera. No quería seguir esperando más. Se había alejado de lo más importante de su vida por este momento y no lo iba a arruinar.

Dahyun entró a ese teatro con sus profesores sentados frente a ella para evaluarla. Decidió enfocarse en el recuerdo de las dos japonesas sonriéndole a ella cuando se conocieron por primera vez en esa cafetería.

La primera vez que vio los ojos color avellana de Momo terminó arrodillada ante la diosa que tenía en frente. Y cuando se encontró con Sana simplemente terminó por hacerle una reverencia. Era la chica más perfecta que había conocido en su vida. Pero si ella era perfecta Momo no podía quedarse atrás. Sus facciones no eran dignas de nosotros, los terrenales.

Estuvo en el teatro 25 minutos y salió con una sonrisa en su rostro. Había aprobado su último examen poder convertirse en actriz profesional. No podía creerlo. Se esforzó tanto por este momento que no pudo evitar llorar mientras corría hacia el departamento de las japonesas. Querían que la abrazaran y le dijeran que estaban orgullosa de ella, que irían a ver todas sus obras, dramas o películas. Eso quería.

Se demoró en llegar 20 minutos corriendo. Apretó el ascensor y se abrió inmediatamente. Se subió y apretó el piso 7. Comenzó a mover su pierna derecha desesperada. Nunca había necesitado tanto un abrazo como en este momento. Era hasta doloroso.

-Por fin – la puerta se abrió y Dahyun tuvo que parar. Frente a ella estaban Sana y Momo con una torta tamaño mediano que decía "felicitaciones pequeña actriz" ¿Cómo se habían enterado?

-Inferimos que tu nerviosismo era por los exámenes. Nayeon dijo que te había visto camino a la universidad con un café y despeinada.

-Yo... que vergüenza.

-¿Entonces? ¿Sí pasaste tu último examen? – preguntó Sana.

-Sí, lo pasé.

-¡Felicitaciones tofu! - Momo se acercó rápidamente a su cuerpo y tembló cuando fue consciente de que había cruzado su zona de confort y ahora podía sentir sus brazos rodeando su cuerpo – vamos a estar en todas tus obras.

-Gracias.

-¡Ya! Suéltala, yo igual quiero abrazarla – Momo la soltó y Sana le pasó la torta – felicitación Dahyun. Te echamos de menos – Sana acercó el cuerpo de Dahyun a su pecho colocando su mano izquierda delicadamente detrás de su nuca – no debió ser fácil esta semana para ti.

Our FutureDonde viven las historias. Descúbrelo ahora