Sorcerer's Apprentice

#7 Un Rumbo fijo

Brand estaba a mi lado, sus puños explotaron dejando una enormes llamas azules furiosas y ardientes, parecía listo para luchar.

Yo, por otro lado no sabía a que me enfrentaba, así que decidí esperar y observar la situación con precaución. Miramos unos segundos a la luna gigante que había salido esa noche y podías apreciar como una silueta se movía entre los árboles, alborotando a las aves que allí vivía y moviendo las ramas y hojas de los árboles.

Gnar se preparó para luchar también, aunque su manera de enojarse era un tanto tierna y provocaba un sentimiento gracioso. Él tomaba su boomerang, se acomodaba la corona de huesos y sacaba sus pequeñas y graciosas garras.

- Sonreí -¿A qué nos enfrentamos?- Pregunté esperando una buena respuesta -

Brand y Gnar hicieron ruidos inentendibles.

-Soy idiota, olvidé por completo que ustedes no hablan- Dije aburrido -

La luz de la luna era muy fuerte, tanto que nuestra sombra era proyectada en el pasto a nuestras espaldas. De repente sentí una extraña energía proveniente de mi espalda, miré de reojo mi sombra y vi como de ella surgía otra sombra sin forma que poco a poco se transformaba en una figura humana.

Antes de poder reaccionar, una mano tapaba mi boca y una shuriken rozaba mi garganta.

-Shhh.. No hagas ruido, no te haré daño- Una voz muy ronca hablaba en mi oído -

Brand lanzó una llamarada de fuego que atravesó la cabeza del individuo en mi espalda. Antes que la ráfaga de fuego lo tocara, su silueta desapareció dejando una sombra en forma de humo que se destruyó por la misma ráfaga, dejando así solo un poco de humo negro sin forma.

Escuché un objeto afilado que se me aproximaba y rápidamente volteé a mirar de donde provenía tal sonido. A una velocidad indescriptible tomé con mi energía el objeto y lo destruí en mil pedazos dejando solo pedazos minúsculos de acero por todo el lugar.

Una risa ronca y abrumadora se escuchó proveniente de un árbol paralelo a nuestra posición. -Así que... ¿Si eres Kiottor, el Hechicero legendario, discípulo del mismísimo Malzahar, Eh?-

Miré a la copa del árbol y noté la misma silueta agachada mirándome con ojos rojos y frios como el filo de un sable saliendo de tu estómago. Sentí como su mirada pesaba e infligía miedo y causaba terror.

-Sí, soy yo Zed- Respondí de inmediato -

-Ah.. ¿Me conoces?, Es un honor poder verte cara a cara- Dijo bajando del árbol -

Gnar comenzó a gruñir y mirar a Zed con desprecio.

-Tranquilo amiguito- Le dije con mi mente -

-Sí así es, he escuchado muchas historias de ti.. incluyendo lo que le hiciste a tu maestro por un simple pergamino con técnicas especiales- Respondí frío -

-Un pequeño precio que pagar por la gloria eterna, mi querido amigo- Dijo Zed con voz burlona -