#15 Dura realidad

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Desperté con mucha dificultad, mis párpados pesaban, la luz que atravesaba mis pestañas me molestaba levemente la vista y hacia que entrecerrara mis ojos para aclarar mi visión. Al tener total visión sólo pude observar una tenue luz encima de mi cabeza que intentaba iluminar la pequeña habitación en la que me encontraba.

Me levanté sin conocimiento alguno mientras observaba a mi alrededor buscando algún indicio de lo sucedido mucho antes de estar allí.

-Oh... Despertaste- Un individuo frente a la cama yacía sentado esperando, al parecer, que yo despertara. -

-¿Quién eres?... ¿Qué sucedió?... ¿Dónde estoy?- las preguntas llenaban mi mente a medida que permanecía mas tiempo en ese frío lugar -

-Se que tienes preguntas...- hizo una pausa -Y primero responderte a todo si tu prometes tomar esto de la mejor manera-

Comencé a ponerme nervioso. Esa voz parecía familiar pero... No podía recordar de quien era.

-¡¿Quién Eres?! -Grité furioso e intentando levantarme

Al sentarme fue inútil intentar alcanzar al sujeto frente a mi, mis brazos y piernas estaban encadenados, las cadenas poseían energía oscura que la hacia inmune a mis habilidades. Mis ojos se tornaron magenta y mi cuerpo comenzó a levitar con furia.

-¡Estás en Noxus! -Gritó el individuo dejando ver su rostro y su aspecto en total.

Me calmé de inmediato. ¿Noxus? ¿Dijo Noxus?, eso era imposible... En cuanto un noxiano me viera intentaría asesinarme, y si estaba en Noxus ¿Quién sería este tipo?.

-Te desencadenaré, pero debes calmarte un poco -Opinó mientras sacaba unas pequeñas llaves de extraño aspecto de su bolsillo.

-No soy un animal al cual debas enjaular.

-Lo se, pero si te dejaba en libertad saldrías sin precaución y te hubiesen asesinado, y a mi encarcelado por ayudarte, Kiottor. -Explicó con calma mientras soltaba las cadenas.

-¿Cómo sabes mi nombre?

-Se mucho mas que eso, Alejandro.

Su voz se me hacía terriblemente conocida. Baje de la camilla y me acerqué a el intentado recordar quien era. Él usaba unos Goggles verdes y una banda roja en su frente, en señal de que pertenecía al ejército Noxiano.

Se quitó lentamente los goggles y al ver sus ojos lo reconocí de inmediato.

-¡J.A! ¡No puedo creer que en verdad seas tu! -Grité fuertemente y le di un apretón de manos acompañado de fuerte un abrazo.

-¡Lo sabía! Sabía que me reconocerías... Y Liann diciendo lo contrario -Expresó con alegría.

-¿Liann? ¿También está aquí? -Observe por doquier buscando a la chica.

-Luego del arduo entrenamiento con Jayce, los noxianos lo detectaron e intentaron capturarlo... Pero él fue más inteligente- Tragó con dificultad y prosiguió -Volvió al futuro.

Su ánimo decayó casi inmediatamente al pronunciar esas palabras. Se sentó en la cama cabizbajo.

-Sólo dejó esto -De su espalda sacó una enorme y reluciente espada con un aspecto casi idéntico al martillo de Jayce.

Soprendido abrí mis ojos como platos.

-J.A. pero... ¿Se despidió? -Me senté a su lado.

-El martillo de Jayce tiene el poder de viajar en el tiempo a conveniencia. Su poder es cargado gracias al nexo autosustentable que es protegido por Demacia.-Suspiró -El nexo se autosustenta por una extraña energía llamada Fusión Térmica, que se lleva a cabo reuniendo las Gemas Kryxon.

-¿Y esas gemas... Donde están?

-Cada imperio de Valoran y Runaterra poseen una. Es imposible reunirlas, porque para hacerlo cada imperio debe estar en total armonía con todos. -Explicó J.A viendo sus goggles con desánimo.

J.A. había perdido la esperanza de recuperar a su maestro y a su familia, no recordaba quien era en el pasado y eso lo hacia ser otra persona distinta a la que yo conocí en un tiempo.

-J.A... ¿Cómo llegué a Noxus? -Inquirí intentando distraerle.

Tu barco encalló, te encontramos en la costa norte de Noxus. Justo pasábamos por allí de regreso de los entrenamientos y te vimos allí, supimos que era tu porque todo Noxus te busca. Pusieron un precio muy alto a tu cabeza.

Quedé completamente sorprendido, mis ojos abiertos de par en par expresaron perfectamente mi sorpresa frente a lo que acababa de escuchar. Mi cabeza tenia precio en ese lugar, debía buscar la manera de salir de allí cuanto antes.

-En cuanto a tus amigos... - Me miró con severidad.

Se levantó de la cama y tomó una bolsa negra que estaba en el suelo. De ella sacó una bufanda azul rey y una pequeña cuchilla y me las entregó.

Las tomé en mi mano sorprendido y con dudas. Era la bufanda de Kazh y una de las cuchillas de Shieem, no cabía duda. La bufanda que siempre cargaba en su cuello y una de las cuchillas que tenía tallado una I de Ionia.

Sentía mis ojos pesados... Mi labio inferior comenzaba a temblar pero lo detuve mordiéndolo fuertemente.

No puedo creer que habían muerto.

O al menos para mí...

[...]

Sorcerer's ApprenticeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora