09 / Amistad

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—¿Robin?—Cuestioné aún con lágrimas en los ojos.

—¿Qué tal amiga?—Preguntó. —No llores.

—No estoy llorando.—Respondí y me limpié las lágrimas.

—Si lo estás, puedo verte.—Dijo haciendo que me gire hacia todas partes. —Pero tú a mí no...—Comentó al notar que miraba hacia todos lados.

—¿Enserio?—Sonreí.

—Un hombre nunca abandona a su amiga.—Respondió. —Mi padre no abandonó a los suyos cuando estuvo en Vietnam, por eso no volvió, y yo tampoco volveré. Y no voy a dejarte ahí sola.—

—Pronto estaremos juntos.—Dije.

—¡Claro que no! Tu no terminarás como yo.—

—Ya lo intenté todo y nada funciona.—Hablé.

—Aún.—Dijo. —¿Recuerdas lo que te dije?—Preguntó.

—¿Que ibas a comprar algo?—Respondí.

—Lo que te dije unos días antes, también se lo dije a Finney.—Comentó.

—Que un día me tendría que defender sola.—Recordé.

—Y un día, es hoy Gabriela. Hoy es el día que dejas de aceptar la mierda de los demás.—Dijo.

—Puedo pelear pero no tan bien como tú, Robin.—Aclaré.

—Siempre has podido pelear Gabriela, eso es lo que tenemos en común. Por eso somos amigos, puedes dar golpes muy bien pero no quieres, y siempre cuando recibías un golpe sabías levantarte, siempre. ¿No recuerdas cómo peleaste con el pelirrojo?—Recordó.

—El pelirrojo y el raptor no son la misma persona, no soy tan fuerte.—Dije.

—Tienes que serlo, tienes que salir de aquí. Si no lo haces por tí, hazlo por mí.—Ordenó.

—Pero ya no importa.—

—Que mi muerte no sea en vano, por lo menos espero haber muerto por un amigo, no pude matar a ese hijo de puta y quiero que lo hagas por mí.—Comentó.

—¿Y qué hago?—Pregunté.

—Usarás un arma.—Respondió.

—¿Qué arma?—

—La tienes en la mano.—

—¿El teléfono?—Cuestioné mientras lo miraba.

—Lo llenarás de tierra hasta el tope, hasta que pese.—Indicó.

—¿Y luego?—Pregunté mientras caminaba.

—Practicarás.—Respondió —Levanta el teléfono, un paso hacia atrás, hacia delante, hacia atrás y pegas. Hazlo— Indicó y empecé a hacer los pasos que dijo Robin unas cuantas veces. —Ya lo tienes, ahora llénalo de tierra como te dije.—

—¿Y vamos a seguir hablando?—Pregunté.

—Esta es la última llamada, seguirás sola.—Respondió.

—Te hecho de menos.—Dije.

—Entonces sal por mí, con lo que te dimos.—

—Lo haré.—Sonreí.

—Adiós Gabriela.—Se despidió el pelilargo.

—Nos vemos en otra vida, Robin. Adiós.—Me despedí y colgué la llamada.

Luego rompí los cables del teléfono con la linterna de Finney y lo llené de arena para luego tenderle una trampa al raptor, miré hacia la ventana y vi que estaba lloviendo. Por último me quedé esperando al raptor mientras caminaba de un lado a otro, miré el teléfono y este parecía moverse como la otra vez.

La luz se encendió y agarré el teléfono, la puerta empezó a abrirse lentamente esperando al raptor pero un hombre desconocido apareció detrás de la puerta.

—No lo puedo creer...—Dijo mientras miraba todo el lugar. —Sabía que me ocultaba algo, no puedo creer que seas tú.—

—Porfavor, ayúdame.—Dije. —¡Tienes que llamar a mis padres o a Gwen!—Exclamé.

—Tranquila, no te preocupes, no está aquí, está trabajando.—Comentó. —Soy, soy Max, cálmate. Con razón estaba tan nervioso por la mañana, ¿quieres saber la historia de como te encontré?—

—No.—Repetí unas cuantas veces.

—Tu tranquila puedo contartelo más tar...—No pudo seguir la frase porque una hacha aterrizó en su cráneo haciendo que suelte un grito desgarrador y detrás de él salió el raptor.

—¿Ves lo que me hiciste hacer?—Preguntó. —Maté a mi hermano por tí.—

—No fue por mí, yo...—No podía hablar por la grotesca escena que había pasado.

—El era un idiota.—Aclaró. —Pero era mi idiota.—Dijo con los ojos cristalizados mientras veía a su hermano muerto. —Perdoname Max.—Se acercó a él. —Tendré que enterrarte con los otros, al final si encontraste a los niños traviesos.—Le sacó el hacha de la cabeza y se dirigió hacia la puerta. —¿Qué haces con ese teléfono? ¡Te dije que no funciona! Casi siempre uso un cuchillo, pero tú... eres especial Gabriela. Y quiero que esto enserio te duela, ¡Samson!—Su perro apareció detrás de él y lo ató a la puerta. Cogió el hacha y se acercó a mí con una sonrisa.

Intentó matarme como hizo con su hermano pero esquivé el ataque y corrí hacia la trampa, la salté y la activé, el raptor no tardó en aparecer y cayó en el agujero rompiéndose una pierna.

Intentó agarrarme pero le di un golpe en la cara e hice los pasos que me indicó anteriormente Robin, le dí dos golpes más pero a la tercera me cogió del brazo y me acercó a él.

En un forcejeo intentó asfixiarme pero le quité la máscara y se tapó la cara con las manos así soltandome de su agarre, le di unos golpes más y puse el cable del teléfono alrededor de su cuello así asfixiandolo y el teléfono empezó a sonar.

—Es para tí.—Dije con toda la furia almacenada y le puse el teléfono en el oído.

—Bienvenido a la pesadilla que va a acabar con tu pobre vida.—Escuché la voz de Vance.

—No te queda mucho tiempo.—Dijo Griffin.

—No puedo matarte hijo de puta, pero Gabriela lo va a hacer por mí.—Comentó Robin.

—¡Mi chica te hará mierda!—Exclamó Bruce y finalmente le rompí el cuello al raptor.

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No hables con desconocidos (Bruce Yamada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora