𝐒𝐄𝐕𝐄𝐍𝐓𝐇 ✅

04

Otro azul y mi dulce rosa

Después del partido victorioso de su parte, aprovechando de que su hermano estaba en una reunión y saldría un poco tarde la compañía. Iba a ir a un restaurante a comer, no con el equipo porque sinceramente no tenía esa misma confianza, conexión con ninguno de ellos. Ya eran un grupo hasta que ella lo arruinó pero menos mal que era como un pase directo al primer puesto de la Inter-High y Winter Cup. Si Kiyoshi y Kuroko sabían eso de sobra pero después de lo que pasó, nadie supo cómo hablar con ella porque pensaban en eso justamente.

Pidió un hamburguesa de queso con patatas fritas,, sentada al lado de la ventana comenzó a observar a la gente mientras comía su cena. Increíble era el hecho de que pasaba tanta gente delante suyo y cada uno llevaba la historia de su vida con ellos, también lo secretos que nadie sabría. De repente la campaña de la puerta sonó y dos personas entraron, reconoció inmediatamente la voz.

—¿Han'er?— espato sorprendida la chica de cabellos rosados.—No me esperaba verte aquí.

—Ni yo a vosotros, ¿Qué queréis que os diga?

—¿Como has estado todos estos años?

—Supongo que bien, después de que todos mis amigos me dieran la espalda sabes.—dejó su comida intacta y salió del establecimiento, caminando a dónde fuera que sus piernas le llevasen.

Es que Momoi no era la mejor persona para hablar tan amablemente con Han'er, más cuando en parte era culpable de lo que le pasó. Seguro que estaba tan arrepentida de arruinarle la vida por sus malditos celos al chico que le gustaba. Han'er se hizo muy amiga de Kuroko, a Momoi le gustaba Kuroko y el mínimo contacto con otra chica que no fuera ella le era inaceptable. Se ponía de muy mal humor y explotaba en privado pero era algo que se sabía entre el equipo, menos Kuroko claro. Un día un número desconocido no paraba de mandarle mensajes sin parar, con corazones y todo eso. Ese día fue en el que Akashi simplemente explotó y se fue, luego más tarde por los investigadores que mandó su hermano con este asunto. Descubrieron que todos los mensajes venían de su dirección, digamos que ellos eran mucho más eficientes que los policías.

—Espera un momento Han'er.—dijo un voz masculina.

—Aomine, no, no te disculpes por Momoi.

—Lo que te pasó, te pasó hace tiempo y debes dejarlo ir. Ella no tiene la culpa de tus problemas ni de lo que pasó en aquel entonces.

—En ese caso, creo que tú amiguita no te contó toda la historia.

—¿De qué hablas?—pregunto curioso.

—Yo no estoy en lugar de arruinar vuestra amistad, ella es la que debe sincerarse, no yo.

La de cabellos azabaches se hizo una con la noche que sumía a Tokio y desapareció antes de que Aomine pudiera responderle a lo que le dijo, podía serte sincero siempre estuvo del lado de Momoi porque era su mejor amiga de la infancia y vecinos. Con lo que pasó, notó algo extraño en Momoi como si se alegrara o su tristeza fuera fingida pero nunca le hizo mucho caso. Después de eso nadie la volvió a ver y bueno, la relación entre los del equipo titular deterioro por los constantes enfrentamientos que tenían con Akashi sobre el equipo y como se disoció de todos a ese punto.

—Dai chan, ¿como está?

—Necesitamos hablar seriamente, ¿qué le hiciste a Han'er para que te resienta tanto?—pregunto, la mujer se hizo la sorprendida.

—Nada, será por Akashi pero yo no le hice nada de nada.

—No me lo creo, lo poco que la conocí se que no odia a nadie por odiar sabes. Algo hiciste y me mentiste todos estos años sobre ello, ¿por qué le harías algo? No lo entiendo, no eras así.

—Que enserio no le hice nada, solo está paranoica.

—Soy incapaz de ser amigo de una mentirosa, hablemos cuando se te pase tu rabieta Momoi.

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Tenía un presentimiento de que algo pasó esa noche, dos estrellas que se habían juntado hacía tiempo se separaron después de tantos años aún dejando huellas de esa amistad. Iba a ser honesta, tenía miedo de encontrarse con alguno de ellos por aquí y ya lo había hecho menos con los otros dos que vivían en otras ciudades lejanas. Murasakira en Akita y Akashi en Kioto, menos mal que estaban lejos. Bueno, corrección que estaba lejos.

El pasado no podía ser superado cuando aún quedaban cicatrices de aquella paliza que le dio, ella tampoco es que no supiera defenderse es que nunca pensó que tendría que defenderse de él.

—Estoy en casa, ¿Seung?

—En la cocina, preparando la cena.—dijo el mayor desde lejos.

Dejó sus zapatos en la entradas y la bolsa en su dormitorio, tras eso se dirigió a la cocina para ver a su hermano haciendo pasta carbonara. Podía oler el delicioso plato que preparaba, lo ayudó a terminar con algunos detalles y se sentaron a comer juntos como la única familia que tenían.

—Cuéntame sobre lo que te ha pasado con Momoi, ¿Como es que te los has encontrado?

—Estaba comiendo en el restaurante y ellos entraron, el problema fue cuando ella empezó a hablar y todo se fue al carajo. Además de que nunca le contó a él sobre lo que me hizo, me siento mal por haber arruinado probablemente su amistad de años.—dijo jugueteando con la comida.—Éramos tan unidos hasta que todo se fue desmoronando.

—Sabes que tienes que dejar el pasado atrás para avanzar en tu brillante futuro.

—Lo se.

Continuaron cenando, hablando de cosas triviales de la vida y como estaba yendo todo de momento. Lo que pasó hace tiempo no era incluido en sus conversaciones muy a menudo, pero esta era una de esas pocas veces que sí pasaba. Hasta que el pelinegro se acordó de algo.

—Necesito que vengas mañana conmigo a la empresa, vienen los de la familia Akashi.—dijo su hermano.—Su padre y creo que él también.

—No puedo.

—Si que puedes, sabes que puedes hacerlo. No hace falta que hables con ellos, solo cuando te pregunten y listo. Son solo formalidades.

—Lo haré por ti, me debes una.