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Un poco de final feliz

No podía creer lo hipócrita que era Akashi, aunque hubiera escuchado el anuncio en el que decían que la primera ronda de la Copa de Invierno iba a comenzar y que los equipos fueran yendo a las canchas de baloncesto

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No podía creer lo hipócrita que era Akashi, aunque hubiera escuchado el anuncio en el que decían que la primera ronda de la Copa de Invierno iba a comenzar y que los equipos fueran yendo a las canchas de baloncesto. Le dio igual, eran capaces de ganar sin ella. Si ella estuviera jugando desde el principio, se los dejaría muy fácil a los demás y nunca mejorarían sus habilidades ni se esforzarían tanto como si ella no estuviese. Además de que la inminente derrota de Too sería muy letal.

—Tenía un presentimiento de que estarías aquí.

—¿Qué haces aquí y no jugando?

—Debería preguntarte lo mismo entonces.

Se sentó a su lado. Estaban en ese momento en la parte trasera del estadio, en donde nadie estaría ya que todos o estarían jugando los partidos o viéndolos jugar.

—¿Qué ha pasado esta vez contigo y Akashi?

—No sé a qué te refieres.

—Lo he notado cuando nos hemos reunido antes y creo que los demás también. Aunque no lo creas, nos sentimos mal por lo que te pasó.

—¿Recuerdas el día en el que tu equipo fue a las aguas termales? Todo comenzó...

Flashback

¿Era necesario esto? Creo que dejamos todo en orden el otro día.—comentó ella sentada junto a él.

—Quiero hablarte sobre otras cosas en privado.

—La última que hicimos eso, acabe en el hospital pero esa es la gracia de la historia, ¿verdad?

—Eso fue un infortunio accidente, sabes bien por qué pasó.—dijo.—Yo he cambiado, te lo puedo asegurar Han'er. Cuando nos casemos, prometo que nada semejante pasará el tiempo que estemos juntos. También la estupidez de unir las empresas, podríamos ser socios. Cada uno con su empresa pero cooperando entre sí. Así no tienes que dar tu derecho de nacimiento a la deriva.

Podía notar algo de sinceridad en sus palabras, no era con ese aire de arrogancia o superioridad con el que siempre hablaba o esa mirada penetrante que te ofrecía cada vez como si te dijera que soy mejor que tú. Esta vez no, no había nada de eso. Cabizbajo, hablando con un tono suave y un poco nervioso lo podía notar, estaba crujiendo sus dedos. Estaba nervioso. Algo dentro de ella le decía que era verdad lo que le decía y que podría tomar el peligro de confiar en él una vez más.

—¿A donde vamos?

—A mi casa, podemos hablar ahí sin que nadie nos moleste. Mis padres están en un viaje de negocios en Francia, así que volverán el próximo fin de semana.

—Hace tiempo que no venía por aquí.

—Demasiado diría yo.

Era una gran mansión, con unos hermosos jardines bien cuidados. Muy raro en Japón pero no era de extrañar cuando su familia gozaba de bastante prestigio desde hace mucho tiempo, estaba cada era una herencia que tenía su padre de parte del abuelo. Ella solo estuvo una vez aquí y quedó impresionada por los interiores.

—Las damas primero.—dijo mientras le abría la puerta de la mansión.

—Nunca falla en asombrarme.

—Por supuesto, acompáñame al segundo piso. Tengo una sorpresa para ti y creo que te gustará si mi memoria no me falla.

Lo decía con sonrisa tan bonita mientras le ofrecía su mano, la tomó y lo siguió mientras caminaba por esos pasillos oscuros porque ya era noche en ese momento. Tal vez media noche, no contó las horas. La llevó a una recámara grande, con una de esa típicas camas con sábanas rojas y bordes dorados. Había un armario, una escritorio y un balcón en la habitación. Podía deducir que era la de él, era bonita pero noto que había una que estaba con pomos dorados. Seguramente la de su padre.

—Bien, dime lo que tengas que decir.

—Lo dije en serio Han'er, quiero que me perdones realmente.—se sentó en la silla del escritorio.—Quiero que creas en mí en que he cambiado, tu hermano no me creerá seguramente pero eso tomará tiempo. La única validación que necesito es la tuya, eres la única persona que necesito para subsistir.

—Es irónico Akashi, esas mismas palabras me las dijiste cuando salíamos en la secundaria, ¿qué me asegura que no me harás lo mismo?

—¿Necesitas que te un seguro? Te lo daré, lo pondré en el mismo contrato que hagamos.—se levantó y tomó su mano.—Mi vida por tu bienestar.

No parecía estar bromeando, ella ya no sabía en ese punto de su vida cuando mentía y cuando decía la verdad pero se sentía bien cuando tenías a alguien que estaba dispuesto a dar su vida por ti. Alguien que mo vieras como un hermano o que fuera tu hermano, alguien a quien pudieras amar.

—Seijuro, no te preocupes. No hace falta llegar a esos extremos.—hizo una pausa.—Te perdono.

Fin del Flashback

Cuando se trata de Seijuro, algo en mí no confiará completamente en él.

—No me llevé mucho con Akashi antes de eso, era el capitán y lo respetaba por eso. Amigos de verdad, creo que solo te tuvo a ti y tal vez Midorima pero nunca conecto con el resto.

—Es difícil de tratar cuando no estuviste en una situación similar a la de él.

Después de algunos minutos más, para cuando estaba por empezar el tercer cuarto ya decidieron dar la cara en el partido. Llegaron a la vez, querían divertirse un poco. Aunque no hubiera rival para uno de ellos, le podía traer algo de felicidad a ella.

—He tenido algunos inconvenientes, lo siento por llegar tarde.—se disculpó.

—Está bien, estarás jugando en vez de Kuroko para que descanse después de haber usado su habilidad especial.—dijo Riko.— Parece que Aomine también jugará, así que Han'er iras contra él y los demás seguís igual que antes.

Fue inevitable la derrota de la Academia Too, Han'er fue compasiva de ellos al no dejar un margen de puntos muy grande pero se notaba aún así la diferencia de jugadores y nivel. Su talento era desbordante, que todos los que no la habían visto jugar antes quedaron impresionados. Cuando tuvieron que darse la mano con el equipo contrario, miró al público. Entre ellos vio a su querido hermano sentado ahí junto con Kise, interesante pensó Han'er.

—Fue un buen partido Aomine.

—Lo mismo digo, los tienes bien entrenados. Especialmente a Kagami, tengo la sensación de que podría ser una de esas luces.

—Claro, es la luz de Kuroko ahora como lo fuiste una vez tú.

Al entrar en los vestuarios a cambiarse, recibió un mensaje de su hermano que estaba esperándola a fuera del estadio. Que quería hablar con ella, se preguntó por qué quería hablar con ella y salió rápidamente no queriendo hacerlo esperar ahí. Quizás tenga que ver por la misma razón que estaba hablando con Kise antes.

 Quizás tenga que ver por la misma razón que estaba hablando con Kise antes

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𝐒𝐄𝐕𝐄𝐍𝐓𝐇 ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora