Se dice que el amor no tiene edad, que no importa la edad que tengas si te enamoras, pues es amor eso le ocurrió a Alessandra Rossi una chica de 19 años que cursa su segundo año de universidad, tiene una vida monótona desde la muerte de su madre per...
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𝓐𝓵𝓮𝓼𝓼𝓪𝓷𝓭𝓻𝓪
- ¿Qué te parece si vemos una película? - me sugiere
Miro la gran vista que tiene el penthouse de Massimo y no puedo dejar de apreciar lo hermoso que se ve
Yo no quiero ver ninguna película
-Quiero hacer otra cosa - volteo y le miró fijamente, con lentitud me retiro el vestido quedándome solo en ropa interior
Me acerco donde él y me siento encima, coloca sus manos en mi cintura mientras yo comienzo a besar su mandíbula
-Alessandra - suspira y baja sus manos a mi trasero - ¿Qué es lo que quieres hacer?
-Quiero que me des muy duro - enredo mi mano en su cabellera negra
- ¿Eso quieres? -su voz sale entrecortada, muerdo su cuello
-Si - en un movimiento rápido me pega al respaldar del sofá y comienza a morderme, lamerme y chuparme
Su mano tira de mi cabello con fuerza para exponer mi garganta y pasar su hábil lengua por toda la extensión hasta mi barbilla
-Sabes tan bien - muerde el lóbulo de mi oreja, aprieta mi cadera y con una rapidez abismal retira la fina tela que cubre mi sexo y me embiste con fuerza
-Oh, Massimo...- cierro los ojos, me sujeto de sus hombros y comienza a subir y a bajar con lentitud, sintiendo como su miembro se desliza aún más profundo
Sus grandes manos aprietan mi trasero presionándome contra de una manera extraordinaria, pongo los ojos en blanco al sentirlo completamente dentro de mi
Grito de placer
Enredo mi lengua con una suya y me sostengo de su espalda, con rapidez me coloco encima suyo y comienzo hacer círculos con las caderas, emite un gruñido de satisfacción que me incentiva a continuar, apretuja mis pechos y se los lleva a boca, los muerdes, los succiona, los chupa y el morboso sonido que genera al lamerlos me excita demasiado, suelto un sonoro gemido y su mano desciende a la unión de nuestros cuerpos
- ¡Carajo! - gimo, sus dedos presionan mi clítoris en círculos dejándome totalmente aturdida -Dios mío, si, así - me muerdo el labio
Me toma desprevenida y sus manos inmovilizan las mías detrás de mi espalda, arremetiendo contra mí con salvajismo y llevándome al mismísimo éxtasis
- ¡Santo dios! - echo la cabeza hacia atrás, y miro al techo blanco
Esto están bueno
- ¿Así te gusta? - murmura contra mi cuello dejando un beso en la parte trasera de mi oreja
- ¡Si así! ¡Así me gusta Massimo! - mi respiración se atasca en mi garganta, en mi estado de hipersensibilidad escucho los frenéticos latidos de mi corazón a punto de estallar, su miembro se agranda en mi interior, palpita y se desliza como la seda - Massimo por favor, por favor...
-Córrete para mi
Entierro mis uñas en las palmas de mis manos cuando siento un escalofrió recorrerme la columna vertebral mientras que mis músculos se tensan ante maravillosa sensación
Aprieto los ojos cundo siento varias lágrimas de placer rodar por mis mejillas mientras que mi cuerpo se sacude sobre el suyo gracias al intenso orgasmo que acabo de tener, él llega al tiempo, al momento que percibo como su miembro suelta hasta la última gota de placer
Suelta mis manos y entonces soy capaz de rodearlo con mis brazos, nuestros labios se pegan y suspiro de satisfacción cuando su mano se desplaza por mi piel en una lenta caricia, sus dedos quitan el cabello de mi cara, me observa con anhelo, amor como si fuera la joya más preciada que él tiene
Con delicadeza me retira las lágrimas de mis mejillas y me contengo las ganas de decirle que se ve divino recién follado, que su piel se enrojece, sus ojos adquieren otro brillo y que sus labios se hinchan por cada beso
- ¿Satisfecha?
Niego
-No - sonríe
- ¿Qué quieres que te haga? - pregunta besándome la comisura de mis labios
-Que me lleves a tu cama y me hagas tuya otra vez - susurro tan lento que creo que lo he hipnotizado
Sin decir palabra alguna, se pone de pie conmigo en brazos y me lleva a su habitación, entramos y me deja en la cama
Pasa sus manos por mi abdomen acariciándome con parsimonia
- ¿Qué quieres que haga? - cuestiona separando mis piernas, pasado sus dedos por la cara interna de mis muslos
Me muerdo el labio y sonrió
-Lo que tú quieras hacerme - jadeo, sus dedos encuentran mi dolorido clítoris, húmedo por mi anterior orgasmo
-No quiero quejas - ahogo un grito de placer cuando dos de sus dedos irrumpen en mi interior
-Massimo...- gimo y arqueo mi espalda
- ¿Te gusta? - no soy capaz de responder - Vamos Alessandra dime cuanto te gusta
-Me gusta...-sus dedos aprietan mi pezón erguido - Me encanta....
Sin siquiera darme cuenta, me da la vuelta dejándome de espaldas ante el
Recibo un fuerte azote en el trasero y suelto un sonoro gemido cuando mi sexo palpita
-Levanta el trasero - ordena
Cumplo su orden
Siento que se pega a mí, su miembro presionando mi entrada, sin penetrarme, solo sube y baja por la humedad de mi entrepierna
Gimo y aprieto las sabanas entre mis dedos, Massimo posa su mano en mi espalda baja y tengo que morderme mi labio cuando me embiste de golpe
- ¡Mierda! - grito y trato de llevar aire a mis pulmones, pero es casi imposible, estoy a una embestida de sufrir un paro cardiaco -Así, Massimo, si así....
- ¿Quieres más? - se presiona hasta el fondo, se retira y vuelve a repetir el proceso lentamente con suavidad
-Sí, mas...- jadeo entre bocanadas de aire, aprieta mi cintura - oh dios mío...
Y así seguimos, entregándonos en un suave vaivén que nos roba suspiros y gemidos por los profundos y suaves movimientos que emplea detrás de mí, hasta que ambos llegamos al clímax
hasta aquí el capitulo de hoy, espero que te haya gustado no te olvides de votar y comentar ✔
