One Shots [Stranger Things]

💇🏻Steve Harrington💁🏻

Resumen: Te gusta Steve pero piensas que sigue enamorado de Nancy.

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El timbre de la escuela había sonado, marcando el inicio de otro día en Hawkins High. Caminabas por los pasillos con la mochila colgada de un hombro, intentando concentrarte en cualquier cosa excepto en él. No era fácil. Nunca lo había sido.

Doblabas la esquina y, de repente, lo viste.

Steve Harrington estaba ahí, apoyado contra una de las taquillas, con esa sonrisa despreocupada que siempre lograba desarmarte. Pero no estaba solo. Nancy Wheeler estaba frente a él, riendo suavemente, inclinando la cabeza de una manera que te resultaba demasiado familiar. No escuchaste lo que decían, pero tampoco lo necesitabas. Los gestos, las sonrisas, la cercanía... todo parecía demasiado íntimo, demasiado natural.

Un nudo se formó en tu estómago.

No deberías sentirte así. Steve y Nancy habían terminado hacía tiempo, o al menos eso era lo que decían. Pero entonces, ¿por qué él la miraba de esa forma? ¿Por qué parecía tan cómodo a su lado, como si nada hubiera cambiado? Como si siempre fueran a encontrarse el uno al otro sin importar lo que pasara.

Apretaste los labios y apartaste la mirada, obligándote a seguir caminando, fingiendo que la escena no te había afectado.

Pero lo había hecho. Y lo sabías.

Billy Hargrove, que parecía oler a cualquier chica débil y triste que pudiera caer fácilmente ante sus encantos, se acercó rápidamente a ti con su sonrisa coqueta.

–Así que Harrington está jugando a dos bandas, ¿eh?

Frunciste el ceño y cruzaste los brazos, sintiendo el fastidio subir por tu pecho.

–¿De qué hablas, Hargrove? –lo miraste, sabiendo perfectamente que la única razón por la que se había acercado era para coquetear contigo o simplemente para molestar a cualquiera que estuviera cerca de Steve.

Billy inclinó la cabeza con diversión, como si disfrutara cada segundo de la conversación.

–Coquetea contigo, pero no da el paso –comentó con sorna–. ¿La razón? Está enamorado de Wheeler.

Tu mandíbula se tensó. No ibas a darle la satisfacción de una reacción.

–Qué curioso que de todas las personas en esta escuela, tú seas el que va dando lecciones sobre fidelidad –soltaste con indiferencia, fingiendo que sus palabras no te habían afectado.

Billy soltó una carcajada, ladeando la cabeza mientras te escaneaba con esos ojos llenos de arrogancia.

–No necesitas actuar, preciosa. Sé reconocer cuándo alguien intenta convencerse de una mentira.

Rodaste los ojos y diste un paso para alejarte, pero Billy no tardó en caminar a tu lado, manteniendo su tono burlón.

–Míralo bien la próxima vez. Cuando la tiene cerca, cuando ella sonríe, cuando le habla como si aún fueran algo. Harrington es demasiado cobarde para decirte la verdad, pero tranquila, para eso estoy yo.

–Para eso estás tú –repetiste, forzando una sonrisa sarcástica–. Para hablar de cosas que no te incumben y hacerte el interesante.

–Dilo, vamos. Solo entre tú y yo... Te molesta, ¿verdad?

Lo miraste directamente a los ojos, manteniendo la expresión neutra.

–Lo único que me molesta es que sigas respirando cerca de mí.