"Sueños"
—Al demonio con esto—pateas agresivamente las frazadas para sacarlas de tu cuerpo, batallando con las que se niegan a soltar tus piernas.
Sales farfullando insultos y frases regañándote. La fe depositada se pierde con cada paso que das, los pensamientos negativos haciendo que ignoraras el repentino cambio de ambientes en el que estabas.
Te diriges a través del corto pasillo a tu cocina, tu garganta gritaba por líquido y había un jugo que algún familiar escondió detrás de la leche que te llamaba para que cayeras en la tentación.
Una pequeña risa surge al imaginarte a dicho familiar molesto por el hurto misterioso.
Tu plan mentalmente trazado es interrumpido, en la oscuridad de la casa, dada la redundancia de apenas notarlo, un pequeño destello de iluminación proviene de la cocina; conocías bien ese destello, era la luz automática de la heladera abierta. Al parecer no eras solo tu con el plan de asaltar la cocina esta noche.
Te acercas de puntillas a la puerta, tenías que verificar quien era antes de hacer tu aparición, la identidad del individuo decidiría si pospondrás tú asalto o te unirias.
La expresión que se forma en tus rasgos fue todo un poema, allí sentado luciendo majestuoso estaba un mono antropomórfico, su pelaje tan oscuro tomando un aire encantador gracias a la leve luz dorada que desprendía la heladera. Su torso carecía de alguna prenda protectora e inconscientemente agradeces que aún tuviera sus pantalones o tal vez no.
Toda tu atención se dirige hacia su expresión; Un ojo blanco lechoso y el otro bañado en un hermoso morado, tan profundos que sobresalen gracias a la pequeña iluminación, llenos de una pequeña melancolía, perdidos en un punto muerto. No pierdes el pequeño detalle de una cicatriz en su ojo izquierdo.
Stop, stop, stop... ese es-
Tu garganta se seca de golpe, soltando un jadeo por el aire contenido de manera inconsciente. De manera casi automática revelas tu presencia captando toda la atención del antropomórfico. Tus ojos demostraban toda la conmoción que tu cuerpo inmóvil no podía, abiertos al punto de casi salirse de su órbita.
—¿Ciruela? —Retrocedes sobresaltada por su voz, profunda y lenta que delataba su anterior estado de sueño, no había un tono cauteloso de quien sea que esté en la oscuridad sino un llamado. Él sabe que eres tu, pero porque te habías quedado ahí parado como imbécil.
Tus orbes se redirigen de su cuerpo a una extremidad que parecía tener conciencia propia por los pequeño movimientos que hacía.
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One shot LMK
Hayran KurguSituaciones desesperadas requieren medidas desesperadas. Porque esta serie merece más amor y fanfics.