Día 17. Cordón umbilical

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Claire condujo lo más rápido que la precaución de tener a una persona en labor de parto permitía, se dirigían al búnker, Cas había llamado en cuanto se dio cuenta que Dean no estaba en casa y el rubio tuvo que admitir que se había escapado y ahora estaba a punto de dar a luz. Casi pudo escuchar el ceño fruncido y la exasperación cuando dijo su nombre y pidió su ubicación, entonces Claire dijo que estaban a dos horas del búnker y que no permitiría que Dean diera a luz en el Impala (había dejado su camioneta porque el rubio se negó a irse a menos que fuera en baby). 

La distancia de tres horas se redijo a una y media, Dean había tenido un poco más de contracciones, pero en general estaba bien, tranquilizo a la chica tanto como pudo y trataba de convencerla de que no tenía que ir tan rápido, las contracciones ni siquiera eran tan cercanas una a otra, ella lo ignoro y pronto estaba bajando las escaleras hacia la sala principal del búnker. 

Castiel lo recibe y de inmediato usa su gracia para analizarlo. 

— Tienes tres centímetros de dilatación.  

— Oh genial, yo también te extrañe, sunshine—, Cas le dio una mirada tan exasperada que Dean borro su sonrisa bobalicona y se dejó arrastrar hacia la enfermería—, ¿Muy pronto?

 — De todas las cosas estúpidas, irresponsable e inconscientes-

Una contracción particularmente fuerte salvo a Dean del regaño que le esperaba, Cas lo sostuvo y trato de aliviar el dolor hasta que se recuperó y lo llevo a la enfermería en silencio. 

En la habitación lo estaban esperan Sam y la bruja Rowena. 

— ¿Qué hace esa perra aquí? 

Sam hace una mueca y la pelirroja solo hace una mueca y lo despide con comentario sarcástico, la verdad era que la había llamado hacia una semana para que los ayudara a evitar que Dean muriera en el parto. junto con ella armaron un plan que no les había dado tiempo de afinar porque esperaban al bebé mucho después que esa tarde. 

— Tranquilízate querido, estoy aquí haciendo un favor, no tratando de matarte—, Dean le frunció el ceño y apenas permitió que Cas lo moviera por la habitación, la bruja rodo los ojos ante su desconfianza—, si te quisiera muerto saldría por esa puerta y que pases por el parto solo.

El rubio la miro aun confundido, entonces poso su mirada en Sam y Cas que parecían sumamente mortificados y culpables, y puede que Sam sea el inteligente de la familia, pero Dean no era ningún estúpido, rápidamente unio los puntos y se soltó del agarre de su pareja, bastante alarmado, convirtiendo su miedo en ira.

— ¡¿Voy a morir?! 

Rowena se apresuró a negarlo con ese tono condescendiente que Dean tanto odiaba. 

— No lo harás, querido. No lo harás—, dijo mientras se alejaba para hablar con Sam en voz tan baja que Dean no la escucho, pero parecía exaltada— Sammeul, ¿No le dijeron lo que le espera?

Sam hizo una mueca sintiéndose aún más culpable, la bruja rodo los ojos como si no pudiera creer que en su corazón quedara tanta compasión para mantenerla ahí para ayudar a su Winchester menos favorito. Claire estaba junto a Dean, la unica persona que no había alejado, lo acompaño a caminar por la habitación y cuando le pido que salieran se encargó de que no los siguieran. 

— Estúpidos—. Mascullo Dean al salir con la única persona que soportaba en ese momento—. Son un par de estúpidos, ¡¿Acaso no debería saber si voy a morir?!

Claire lo seguía sintiéndose insegura de cómo actuar, pero decidió que mientras Dean siguiera actuando como Dean ella podía tratarlo como tal. 

— Prefiero que no lo hagas, en realidad. Sería difícil conseguir otro compañero de caza competente. 

 Dean la miro como si agradeciera la distracción.

— ¿Compañero? Que bajo he caído.

Ambos rieron hasta que una contracción llegó y todo se fue en picada, la dilatación estaba avanzando con demasiada rapidez y después de media hora de deambular los rubios regresaron a la enfermería. Rowena había convencido a Sam y Cas de permanecer en la enfermería hasta que terminaron con los preparativos para el parto, cuando Dean volvió Castiel cayó sobre él como un tornado de preocupación. 

Dean llevaba tres horas de parto, estaba agotado, sudoroso y harto del olor a hierbas quemadas que Rowena no dejaba de pasar entre Claire y Sam, si le ponían otra bolsa de protección con olor a jengibre iba a vomitar como el exorcista sobre Cas. Su ángel solo estaba sosteniendo su mano mientras lo ayudaba superar cada contracción y nunca lo había amado y odiado tanto como ese momento. 

— Veo la cabeza, solo un poco más querido ya casi terminas. 

Dean había pasado 40 años en el infierno, sobrevivido a más de un apocalipsis, se había enfrentado a tantos monstruos que perdió la cuenta, estuvo en el purgatorio y aun con eso, nunca había pasado por tanto dolor como en ese momento dando a luz un Nephilim. 

Cuando Rowena por fin dijo que podía detenerse que ya había terminado Dean pudo haberse desmayado del cansancio, se sentía tan débil que pudo haberlo hecho. La pelirrojo les pidió a Sam y Claire que salieran de la habitación y le dijo a Castiel que tuviera lista su espada ángel. 

— Corta el cordon cuando yo te indique—, le dijo Rowena al serafín, ella hizo un hechizo rápido que ilumino levemente el cordon, después se preparó para un largo y complicado encantamiento— ¡Ahora!

Castiel hizo lo que se le pidió y Rowena continúo hablando en latín, derramando sangre que le habían quitado a Dean mientras estaba en labor, solo que cuando la espada termino de cortar una onda de poder envió al ángel y la bruja por los aires hasta chocar con el objeto más proximo (Rowena, la mesa de madera donde tenía sus instrumentos y libros, Castiel, una pared) dejándolos a ambos inconscientes. 

El bebé, que había sido arrancado de su cálido hogar a un lugar desconocido y frio, estaba llorando inconsolablemente. Sam entro corriendo a la habitación en cuanto escuchó el estruendo. Encontró tres cuerpos y un bebé llorando, rápidamente fue a cargar a su sobrino lo envolvió en una manta que ya tenían preparada y revisó a Rowena y Cas, ambos parecían estar bien, pero el bebé no dejaba de llorar y Sam tenía miedo de revisar el estado de Dean. 

El cuerpo de su hermano mayor estaba en la cama mucho más relajado incluso que cuando dormía, Sam trato de hallar pulso sin ningún resultado, su corazón estaba destrozado mientras escuchaba los incontrolables llantos de su sobrino y las preguntas cada vez más desesperados de Claire. Después de unos segundos, como si estuviera actuando por instinto, coloco al bebé sobre el pecho de Dean, sintiendo que algo muere dentro de él al ver que el pecho no se eleva, sin embargo, el bebé calma su llamado y eso es al menos un consuelo.

Claire ya estaba levantando a Castiel y Sam debía de hacer lo mismo con Rowena pero simplemente no podía moverse de su sitio, solo podía ver a Dean, su hermano a quien no había sido capaz de proteger como este lo hizo con él y a su sobrino descansar felizmente sobre el pecho de su fallecido padre.

— ¿Dean?— Preguntó Castiel al otro lado de la cama, su voz quebrada al ya no sentir la vida en la persona que amaba.

Entonces una de las manos de Dean se movió para acunar a su bebé.

Agosto M-preg 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora