Capítulo XXV

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POV: EVAN.

Knock knock. Noah se detiene, con las manos todavía en mi abdomen. Cualquier rastro de lo que estaba sintiendo se esfuma de rostro de ambos. Me apartó de él, no sé ni cómo, recolocándose la camisa  y me siento en el retrete. Sabía que esto pasaría, lo sabía. Noah me hace un gesto con las manos, diciéndome que respire. Le lanzo una mirada que lo hace casi reírse, aun cuando puedo notar que él también esta nervioso. Después de prender las luces, abre la puerta apenas unos centímetros. Es su madre. Puedo escucharla. Apoyo mi cabeza entre mis manos. Mis piernas tiemblan, intento tranquilizarme. "No se sentía bien, le estaba echando una mano. Ahora lo llevaré a casa". No logro escuchar lo que dice su madre, porque están susurrándose y , por un momento, agradezco no poder ser un cotilla. "Sí, vale. Ahora voy. Gracias". La puerta vuelve a cerrarse.
-¿Se lo ha creído?
-Claro que se lo ha creído. Estás paranoico. - pongo los ojos en blanco. Noah se pone de cuclillas, para estar justo a mi altura. Coloca una de sus manos en mi rodilla derecha y aprieta, me obligo a dejar de mover la pierna por instinto ansioso y lo miro. Me quedo mirando sus labios, pero, no permanezco inmovilizado  - te llevaré a casa. ¿Quieres que lleve a Lea también?
-Um, sí.  Gracias. - Noah se levanta.
- Tengo que despedirme de todos. ¿Prefieres quedarte aquí hasta que regrese?- le sonrió sarcásticamente, como diciéndole "¿Tú que crees?". El suelta una risita, asintiendo, y se marcha. Espero unos segundos en las misma posición y decido salir del baño de una puta vez. Me miro en el espejo. No estoy seguro de qué impresión doy, pero la de una persona que se la ha pasado vomitando no es la primera que se me ocurre. Vuelvo a estirar mi ropa, e intento recomponerme un poco. Salgo de puntillas del baño, y me decido a esperar afuera, por el jardín frontal. El aire fresco me hace suspirar. Me apoyo en la pared de la casa y recuesto la cabeza. El corazón empieza a irme más lento. Y suelto un largo suspiro cuando finalmente creo que me he tranquilizado.
-¿Estás bien?- la voz repentina me hace dar un leve salto.
-Joder- lo suelto mientras doy un salto. "Ahí va mi tranquilidad". Alec se rie, apenas. Había estado escondido, observándome. Se acercó un poco. Tenía un cigarro entre sus dedos, ya terminándose. Lo tiro a una de las macetas, mientras rebuscaba en sus bolsillos.Me extendió su caja de cigarros, ofreciéndome uno. Mire a los cigarros, lo miré a él directamente a los ojos verdes que eran casi iguales a los de Noah  y desvié la mirada.
- Como quieras. - encendió su cigarrillo y se puso a fumar a mi lado.
- ¿Podrías hacer eso en otra parte?- lo digo lo más cortante que puedo. Y en realidad ni siquiera lo digo en serio, porque me gusta el olor del tabaco. De nuevo, se ríe.
-Joder, Evan. Esta sigue siendo mi casa, no importa lo cercano que tu y Noah sean ¿o no?- le da una calada profunda al cigarro. El solo hecho de que pronuncie mi nombre hace que me erice, como un gato. Suelto un bufido. - si lo hago fuera me verán las cámaras, preferiría ahorrarme el problema. - hay cámaras fuera de la casa de Noah. Anotado.
- ¿No se supone que esta era tu casa?-
- Mi madre sigue siendo mi madre, no importa la edad.- el comentario casi me hace querer gastarle una broma pero me detengo y guardo silencio. No creo que a Noah le haga gracia...considerando todo. Tal vez lo mejor sea volver a entrar. - ¿la pasaste bien hoy?
Enarcó las cejas,  en respuesta al giro de la conversación. Lo miro, entre sorprendido y asqueado. La sonrisa de Alec se ensancha, y me doy cuenta de que Noah y él sonríen de manera distinta e igual. El rostro de Alec es más definido, más recto, y su pelo es de un color oscuro, como el de su madre.
- Perdona, pero ¿por qué mejor no te vas con tu novia?  - me arrepiento de traer a Lena a la conversación apenas la menciono. - A mi solo me estás molestando.
- ¿Mi novia?- su tono denota una falsa inocencia. Sabe a quién me refiero.
-Sí, tu novia. - Lena . Parte de que la noche no haya sido una mierda es que no ella no había hecho ninguna aparición. Si Alec no estaba ahí ella no tenía razón para estar ahí tampoco. Sin embargo aquí estábamos los dos, teniendo una conversación ridícula, y no había señales de ella. - hacen la mejor pareja.
-Terminamos. En realidad no estuvimos juntos, no en serio. - ahora tengo ganas de golpearlo. Típico. Cruzo mis brazos sobre mi pecho y me aseguro de que Noah ya tiene que estar por llegar. - en serio me odias ¿no?
- No. -
- Éramos muy cercanos, antes, Noah y yo. - le lanzo una mirada, pero no respondo. La curiosidad me obliga a seguir escuchando, en silencio. - No pretendía hacerle daño, sobretodo a él.
- No hiciste un muy buen trabajo.- ¿Cuantos años se supone que se llevaban?  Lena había sido mayor que Noah cuando habían estado juntos, así que supongo que Alec debía ser mayor que ella, o al menos de la misma edad. Noah había tenido 15, llegando a 16 cuando todo el asunto había ocurrido.  Genial.
- Espero que tú hagas uno mejor que yo. - no digo nada. Pero, en este momento, no me puedo plantear una situación en la que pueda lastimar a Noah. Me es más fácil plantearme lo contrario. - tengan más cuidado con lo que hacen en los baños, ¿vale? Mi madre se hace la tonta, pero no lo es.
El comentario hace que la cara empiece a quemarme de repente. Debo estar rojo hasta las orejas.
- No sé de qué hablas. -
-Ya.- Alec asiente, riéndose, siguiéndome el juego. La puerta se abre, Noah y Lea salen, pero apenas nos ven ahí lo que sea que estaban diciendo se enmudece. Noah nos mira, primero a él, y luego a mi. Los ojos verdes se ensombrecen un poco, pero solo dice "¿vamos?" , sin siquiera dedicarle otra mirada a Alec. Creo notar que esto, hasta cierto punto le duele o al menos ocasiona algo en él, pero el hermano mayor guarda silencio, apaga su cigarro en la misma maceta y me hace un gesto con la cabeza como diciendo "adiós". Dudo que el gesto haya pasado desapercibido para Noah, así que no respondo y salgo en silencio, siguiendo a Lea por la puerta principal. Noah se marcha de nuevo, para acercar el auto, y su mirada no se detiene en mi por más que por fugaces momentos. "Mierda".
- ¿Me parece o me he ganado una pelea?
-Hmmm sí. Mira, no quiero ser defensora del diablo...pero el tio está buenísimo. Lo siento mucho. - las palabras de Lea, junto a su caminata borracha,  me hacen reír hasta que me acuerdo de que yo me había visto de la misma forma cruzando el jardín de Noah.
- No hay que volver a beber nunca más. -
-Hecho. -
La camioneta de Noah se detiene al frente de nosotros. Lea se sube al asiento de atrás y yo me subo al del copiloto. No hacemos el viaje en silencio, Lea nos hace reír a ambos con sus anécdotas. Me resulta curioso la cantidad de veces que menciona a Sem pero me guardo las ganas de joderla para más tarde. Cuando la dejamos en casa ella nos hace prometer que deberíamos repetirlo, pero esta vez con Ryder presente. Noah pone música y maneja hasta casa. "Descansa un poco", me lo dice con un tono normal, así que a pesar de todo me acurruco en el asiento, mirándolo y me quedo dormido.
Despierto por la sensación de sus dedos pasando por mi pelo. Instivamente busco su tacto y suspiro. Con los ojos todavía medio cerrados me fijo en el reloj. Son apenas las 11.
-¿quieres quedarte?

Lamentablemente....Soy un chico (gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora